Las pasadas elecciones dejaron en el ambiente un aroma a cuarta república, si sustituimos las siglas en disputa, al psuv por ad y a copei por primero justicia, nos queda un cuadro igual a las querellas de la cuarta: sin contenido político, reclamos de resultados, protestas inútiles, un ambiente deportivo, alegrías artificiales, gimnasia numérica, reclamos indoloros. Cambio de caras para que todo siguiera igual, sin peligro para el sistema capitalista, ahora rentista sin renta. Retrocedimos a la cuarta y no nos dimos cuenta.
El asunto no es una mala anécdota, se trata de las señales de algo muy grave, de la pérdida de la esperanza en la construcción de una sociedad viable que sirviera de ejemplo para el resto de la humanidad. No es la pérdida de una opción política, es la liquidación de un intento de la humanidad por conseguir vías diferentes al capitalismo suicida. Hoy la humanidad, y en eso coinciden las mejores mentes, las mejores instituciones como la ONU, marcha hacia su destrucción. Hace más de veinte años, Fidel alertaba en una reunión global el peligro de extinción de la especie humana, de la vida en el planeta; ahora esa amenaza toma forma, asusta al planeta que se muestra inerme frente al peligro, a lo más que llega es a reuniones globales sin efecto.
Esquivan el fondo del problema, tratan de solucionar el peligro sin tocar al causante, al capitalismo, modificándolo, adaptándolo. Cuando cada vez más es evidente que es el capitalismo el problema principal de la humanidad, generador de todos los grandes males. La humanidad necesita de un ejemplo que le muestre el rumbo hacia su salvación, esa era la mayor importancia del ensayo chavista, esa oportunidad se perdió con la traición.
El madurismo estranguló a la esperanza, y hoy asistimos inermes al entierro del ensayo socialista, a la llegada asquerosa de la cuarta república. No fue para esto que el Comandante se alzó el 4 de febrero. Da vergüenza ver a dónde hemos llegado; cómo, desde la raíz espiritual, la relación humana fraterna hasta la economía, fueron desmontados los avances hacia el Socialismo: se abjura de los adelantos en la propiedad social, se eliminan las Misiones, se caricaturiza la organización social, se desvirtúa el Partido de Chávez como instrumento de la construcción de la nueva sociedad, se transforma en una defectuosa maquinaria electoral, un carnet les sirve para arriar al rebaño, ya ni siquiera se menciona al Socialismo, se ha sustituido por una democracia burguesa que intentan erigir como la meta ideal.
Da vergüenza, tristeza, asistir a un país que antes intentó fundar mundos nuevos, marcar el rumbo hacia la salvación de la humanidad, que antes estuvo guiado por gigantes, verlo ahora preocupado por las elecciones en Barinas, una disputa entre unos tontos y unos pendejos; o percibir a una banda festejando que las triquiñuelas le dieron resultado y pudo secuestrar unas gobernaciones y evitar que el otro bando se apropiara del poder de impulsar al capitalismo. Da tristeza ver a un país que fue ejemplo para el mundo, esperanza de la humanidad, convertido en una víctima, desguazado por bandos mediocres, incapaces de entender la grandeza que heredaron.
El chavismo debe rescatar las ideas que hicieron gigante al Comandante, debe recuperar la visión de humanidad, entender y hacer entender que la humanidad tendrá futuro sólo si supera al capitalismo, que las luchas de estos pueblos sufrientes para evitar ser capturadas por la canalla, deben tener vista larga, metas universales. Sólo desde allí se puede conseguir el bienestar individual. Son esas ideas las que deben guiar la lucha. Las ideas mediocres, oportunistas, economicistas sólo producirán victorias mediocres, paliativos que más bien apuntalan las calamidades.
El chavismo no puede quedar encallado en las tenebrosas aguas de la cuarta.
¡VOLVER A CHÁVEZ!