Estos insensatos no aprendieron nada de Chávez, y en su ignorante ambición cambian la grandeza del chavismo por un plato de lentejas. El Comandante Chávez nunca sacrificó la estrategia por la táctica, sabía algo que es elemental: la táctica sirve a la estrategia, los medios están subordinados al fin, los condicionan.
El 4 de febrero el Comandante aceptó la derrota para preservar la posibilidad estratégica, y la historia le dio la razón, aquel "por ahora", aceptar que no se habían alcanzado los objetivos trazados, es una lección de política que en Barinas no aprendieron sus herederos. Cuando Chávez no acepta aprobar la reforma de la Constitución con poco margen, cuando se niega al pataleo, estaba reafirmando la doctrina política que lo llevó a convertirse en un gigante. Al liberar a los "paracachitos" que pretendían matarlo daba una lección de política de la grande.
Hoy conocemos la monstruosidad de la decisión del tsj y la contraloría: impiden que el candidato de la derecha gringa, a todas luces ganador en las elecciones, asuma su cargo. A la malandra, impiden que el candidato madurista pierda las elecciones, inhabilitan exprés al candidato de la derecha gringa y convocan nuevas elecciones, todo con una no asombrosa rapidez. La decisión es muy grave y muy importante, marca, sin dudas, una nueva etapa en el madurismo.
Con esta decisión, sumada a la descalificación absurda de la observación internacional, calificándolos de espías, haciendo el ridículo ante el mundo, el madurismo tumba la mesa de la poca formalidad de la democracia burguesa que le quedaba. Además, la decisión torpe es señal de que la crisis está llegando a territorios de desenlace: cuando las relaciones entre los factores sociales no aceptan más afeites, las contradicciones se descarnan, se hacen cada vez más violentas, más atropelladoras.
Ahora todo está claro, el madurismo se coloca al margen de la Constitución, cierra las salidas pacíficas, a nadie en su sano juicio se le puede ocurrir que, con este Estado, con este tsj, con esta contraloría, con esta asamblea, sea posible salir del madurismo por vías pacíficas. Es la hora, hoy como nunca, del artículo 350:
"Artículo 350. El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos".
En Barinas, el madurismo mostró su verdadero carácter de pran, esa decisión monstruosa indica un camino, de aquí en adelante no se puede esperar otra cosa que represión, violaciones a la Constitución. Es una sentencia, una decisión que certifica, justifica a la violencia, desde hoy nadie, en Venezuela, estará seguro, nadie estará amparado por la ley, todo puede ser violado, no hay garantía de nada. Vivimos los últimos y peligrosos días de un gobierno, o mejor un pranato arrinconado, desesperado. Quien se quede allá adentro será cómplice de los desmanes que vienen.
¡VOLVER A CHÁVEZ, IMPEDIR LA SOLUCIÓN FASCISTA!