Siempre habrá un medio maleoiano profundo entre todos los casos correlativos límite límbico contorno contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, de la forma y figura del ser y del no ser, sí ahí, en el medio maleoiano profundo, en que tócanse todos los extremos, de todas las palabras pareadas paradójicas de la forma y figura del somos y del no somos, que margullen en cleuasmo quiasmo río heraclitoiano. Siempre habrá un medio maleoiano profundo entre los excesos y los defectos, entre los tercios exclusos y los tercios inclusos, entre las tesis y las antítesis, entre las conciencias y las inconsciencias, entre las religiones y las no religiones. Todos los extremos han de confluir siempre al medio maleoiano profundo, al que tienden y del que trascienden nuevas conceptualidades progresistas avanzadas cual cuan cáscaras amargas, que dicen ya sea la religión y que dicen ya la no religión, que dicen ya la fe y ya la no fe, que dicen ya lo visible y ya lo no visible, que dicen ya el algo y ya la nada. Mas y más, ha de estar siempre al través y en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo. Tanto como si se dijera la eterna noria notoria entre el algo nuevo ante el Sol maleoiano y el nada nuevo bajo el Sol eclesiástico. Siempre habrá un medio maleoiano profundo entre todos los casos correlativos límite límbico contorno contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, en las corrientes históricas argentinas del yin y del yang, del ser y del no der, del cóncavo convexo contradictorio caliginoso concupiscente 69 cojedeño, y, entre ónfalos ombligos borrosos, habrá siempre el medio maleoiano profundo.
Con digresión y sin digresión, siempre habrá un medio maleoiano profundo entre todos los casos correlativos límite límbico contorno contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, de la forma y figura del ser y del no ser, sí ahí, en que tócanse todos los extremos, de todas las palabras pareadas paradójicas de la forma y figura del somos y del no somos, que margullen en cleuasmo quiasmo río heraclitoiano. Esta pandora perola perorata paraulata llanera cojedeña cantarina, surge de la mensajería que tiene lugar en la televisora nacional de todos los venezolanos VTV, en que la preciosa muchacha risueña mensajera, nos habla, y, en donde, uno de los cinco numerales, que expresa, ha de estar lo de la espiritualidad continental que contiene a los contenidos de todas las religiones del mundo, y, que incluye a los no religiosos ateos creyentes en algo y en nada, en una y solo y una equilibrada dinámica dialéctica difusa dilatada vía, entre lo religioso y lo no religioso, que hemos denominado como el medio maleoiano profundo, de unidad de convergencia de consentimiento de compromiso de costumbre de lo consuetudinario, como lo es el amor a la patria. El amor a la patria entre todas las religiones es lo que nos une, que es la inclusión maleoiana copulativa contra la exclusión aristotélica disyuntiva. Es el medio maleoiano profundo, el amor a la patria, entre lo religioso y lo no religioso, entre el creer en Dios y en el no creer en Dios, entre la certidumbre y la incertidumbre, entre la esperanza y la desesperanza, entre la convicción y la no convicción, entre lo visible y lo invisible, y, que entre estas palabras pareadas paradójicas, ha de estar el medio maleoiano profundo, ha de estar el medio sanpabloiano abismal. Estas palabras pareadas paradójicas, tócanse en el medio, del exceso y del defecto, en el medio maleoiano profundo en el medio sanpabloiano abismal, en que ha de ocurrir la perogrullada primera vez de Perogrullo, y primera vez en que ha de decirse que tanto es la fe cono no lo es, mas y más, es decir, es decir que, a según Perogrullo, la primera vez, lo es, el amor a la patria, el límite límbico contorno donde los extremos se tocan, en que siempre habrá un medio maleoiano profundo, de lo religioso y de lo no religioso, tanto como si parafraseáramos al poeta Gustavo Adolfo Becker: "Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía." Asina asín ansí, siempre habrá un medio maleoiano profundo, entre extremos opositivos difusos, asina asín ansí, aun y aún, aunque no pueda no haber contradicción caliginosa difusa y pueda haber contradicción caliginosa difusa, mas y más, siempre habrá el medio maleoiano profundo entre el algo y la nada, asina ansí, porque y, siempre habrá el medio maleoiano profundo, siempre lo habrá entre lo visible y lo invisible, siempre lo habrá entre lo religioso y lo no religioso, siempre lo habrá entre lo estético y lo no estético, entre lo ético y lo no ético, entre lo espiritual y lo no espiritual, y, siempre, lo habrá, al través y en de por medio de lo estético y de lo no estético, en que habrá la mismísima teoría holística metafórica unificada cultural histórica mundial individual ezrapoundiana, del sincretismo metafórico unificado budaiano, del eclecticismo metafórico budaiano, siempre lo habrá el medio maleoiano profundo en el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano armónico simultáneo contradictorio caliginoso difuso, siempre el medio maleoiano profundo, de la tendencia y de la trascendencia, y en que trasciende el amor por la patria, entre lo religioso y lo no religioso, del medio maleoiano profundo siempre trascendental per se, como si fuera, el amor por la patria, es decir , es decir sin tapujos el medio maleoiano profundo. El amor por la patria, ha de ser la eterna noria notoria, de la acción recíproca del movimiento espiralino histórico circular sinusoidal, siempre el medio maleoiano profundo entre el algo nuevo ante el Sol maleoiano y el nada nuevo bajo el Sol eclesiástico, del existente algo ya y de la existente nada ya, del exceso y del defecto, de la teoría especulativa matemática impecable imparable implacable razonada hipotética existencial maleoiana, en que ha de estar existencial siempre el medio maleoiano profundo, la salvación del mundo, al través del amor a la patria. Pues la salvación del mundo es cuestión de nalgas, y entre nalgas, el consentimiento comprometido consuetudinario, entre la religión y la no religión, entre el amor y el odio, de la que trasciende el amor a la patria, es decir, es decir a todo evento y en todo caso, la pertinencia y la pertenencia última de la matemática del existente algo ya y del existente nada ya, natura y persona del yin y del yang del tao de Laozi, del contradictorio caliginoso concupiscente 69 cojedeño maleoiano, y, existente por la calle de en medio el medio maleoiano profundo siempre presente como si fuera el amor a la patria entre religiones y no religiones.
Si siempre habrá un medio maleoiano profundo entre todos los casos correlativos límite límbico contorno contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, de la forma y figura del ser y del no ser. Entonces sea dicho que siempre habrá un medio maleoiano profundo en que tócanse todos los extremos, de todas las palabras pareadas paradójicas de la forma y figura del somos y del no somos, que margullen en cleuasmo quiasmo río heraclitoiano. Ergo vergo sea dicho que entre lo religioso y lo no religioso, entre la lo visible y lo no visible, entre el algo y la nada, ha de estar siempre el medio maleoiano profundo como si fuera el amor a la patria. Ergo vergo sea dicho que si he de escoñetarme, he de escoñetarme, siempre, entre el despeñadero y el no despeñadero, siempre en el trecho estrecho arrecho del dicho y del hecho, es decir, es decir escoñetarme y encunetarme entre nalgas, ha de ser margullendo en cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, siempre, en que ha de estar la salvación del mundo, siempre, ha de estar el amor a la patria en el medio maleoiano profundo.