Por ese entonces año 1978, el Cardenal Albino Luciani, que era hijo de una familia obrera, sucedió a Su Santidad el Papa Pablo VI y adoptó, como es usual en el ritual vaticano, el nombre de Juan Pablo I.
Lo primero que hizo Su Santidad Juan Pablo I fue atacar la desbordada corrupción del sacerdocio vaticano pero a la sazón falleció 33 días después y corrió la especie de que había sido envenenado con una copa de vino por una mafia interna.
Karol Wojtyla, cardenal ultra contrarrevolucionario ocupó entonces la jefatura del Vaticano con el nombre de Juan Pablo II y ejerció un férreo papado conservador y en conchupancia con el imperio gringo se dedicó a lo suyo, una de sus estrategias fue cooperar con el nacimiento de un sindicato paralelo, esquirol, en Polonia, presidido por el sindicalero Lech Walesa en el año 1980, y 3 años después, en 1983 -"lo estaban bañando"- le fue concedido un Nobel de Paz a Walesa.
Ya asegurado el vasallaje de Walesa, los gringos y el Vaticano apoyaron su candidatura presidencial con todos los hierros y todos los dólares y en 1990 hicieron presidente de Polonia a Walesa para a posteriori arremeter contra la URSS y demás gobiernos que no fuesen de su agrado, hicieron de Polonia un pívot para la expansión de sus intereses.
Desde entonces los mass-media enarbolaron a Walesa como el "presidente obrero"; por contraste, a Maduro no pudieron arrodillarlo, convertirlo en un trapo sucio bajo sus sobacos porque Maduro es auténticamente obrero y sindicalista, no sindicalero y por si poco fuere, Maduro es también taxidermista (secó a Piñera, a Macri, a etc y tiene en la bandeja a Bolsonaro y a Duque; ah, también diseca animales como "el Vampiro L").
¡Ah crudeza de los irracionales poderes fácticos! A Maduro le atacan con ferocidad, cuestionan su condición de obrero y tratan de matarlo pero Maduro pisa firme en la dirección correcta y hasta le pisó un callo a Trump.
Más, para ser franco yo creo que no se trata de Maduro propiamente ya que, supongamos que se pudiere, si nosotros postulasemos al Papa Francisco I para Presidente de Venezuela en 2024, le caerían encima con toda su basura; e inclusive que postulásemos al mismo Dios, si Dios existiera, entonces sería el acabose contra Dios y los primeros en caerle a pedradas al dogma sería la Conferencia Episcopal Venezolana.
La guerra es contra nuestro pueblo porque la oligarquía internacional pretende esclavizar a Venezuela para robarnos como ya lo han hecho vulgares ladrones con Citgo, con Monomeros, y con las 30 toneladas de oro guardadas en el Reino Unido, aparte de otras inmensas riquezas de nuestra patria.
Pero el pueblo venezolano es hijo de Simón Bolívar y en consecuencia les hace la señal de costumbre a los ruinosos gringos y a la rancia, morbosa y arrastrada Unión Europea.
A no pocos aquí les han metido pajaritos en la cabeza contra Maduro, que propiamente es contra Venezuela; pero Maduro ha tenido que gobernar la emergencia con la astucia de un gato y eso está a la vista de todos excepto de quien no quiera ver; ¡bien bobo es quien no quiera ver!; así que a volar pajaritos y cada quien a bajarse de la nube a la que lo llevaron miserablemente.
Otros credos religiosos cunden como plagas a especialmente los barrios más pobres y se hacen representar por charlatanes de esquina que captan a los más ignorantes y los hacen creerse representantes de un Dios al que nunca han visto. Eso es pernicioso también porque recrea fanatismos como el que ocurrió en Bolivia cuando tumbaron a Evo y esgrimieron una Biblia de tantas que existen para embaucar; ¿no me crees? Bueno, soy un hombre sin religión pero no antirreligioso y mucho menos fanático, pero os sugiero ver -está en la red- una exégesis aunque tangencial pero irrefutable de lo que en el medievo ocurrió con el Concilio cadavérico, una locura incalificable; se trata (a escarbar) de "Biblia Santa necesita una fe de erratas".
Tanto es así que yo respeto cualquier religión que puedo expresar gran admiración por Su Santidad el Papa Francisco y por el Padre Numa Molina como hombres de bien y honrados que forman parte del catolicismo pero de otras religiones no sé de ninguno; mas, no tolero el dogma ni siquiera como un purgante, no sé donde me queda la puerta del cielo, no iré ahí cuando me toque si acaso no terminó en la barriga de un carcharodón.
Lo que quiero es que ninguna religión meta su cuchara en el destino de Venezuela; que todos juntos luchemos codo a codo por salir avante pero sin darnos zancadillas.