Cáscara Amarga 479

Lo consciente y lo inconsciente

Jueves, 06/01/2022 01:29 AM

Lo consciente y lo inconsciente, existen y coexisten, al través y en por medio por la corriente de en medio, con el medio maleoiano profundo. Lo consciente y lo inconsciente, existen y coexisten, como casos correlativos límite contradictorios caliginosos, tanto como la tesis y la antítesis, tanto como el exceso y el defecto, tanto como el tercio excluso y el tercio incluso, tanto como la ley de estructura y la ley de movimiento, tanto como la estructura de campo electromagnético y la estructura de campo gravitacional, tanto como el universo en expansión einsteiniano de luz curvada y el universo contractivo maleoiano de luz tragada, tanto como la onda y la partícula, tanto como lo visible y lo invisible, tanto como lo humano y lo divino, tanto como el lienzo blanquinegro del yin y del yang, tanto como la composición con hoja blanquinegra de Fernand Léger, de la forma figurativa geométrica colorida calibrada significativa conmovedora del ser y del no ser, de la literatura védica upanishad sánscrita, de la modernidad ilustrada originario del lienzo pictórico blanquinegro del yin y del yang del tao de Laozi, del algoritmo aritmético de lo cóncavo convexo contradictorio caliginoso concupiscente 69 cojedeño de Maleo, al través y en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo, como si fuera del exceso y del defecto de Aristóteles, del tercio excluso y del tercio incluso de Maleo, de la tesis y de la síntesis de Hegel y de Marx, de la filosofía de las 4E de Maleo, del entendimiento y la estética ética espiritual. Lo consciente y lo inconsciente, existen y coexisten, y, margullen en el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, de ahí y desde ahí, Cirigliano y Villaverde, sacaron la dinámica de grupos, y de la que surgiera, que es el mismísimo medio maleoiano profundo, la sombría penumbra whitmaniana borgesiana garcialorcaiana, el torbellino de ideas, y, que en el mismísimo medio maleoiano profundo, ha de estar la optimalidad ortogonal pitagórica, la resolutiva optimalidad pretendida, la mejor resultante deseada, el mejor resultado esperado, ahí en el límite límbico contornado frontero entre el consciente y el inconsciente, ahí en que se tocan ambos aspectos, en que ocurriera la perogrullada primera vez de Perogrullo, en el punto inflexivo topológico borroso de la curva lemniscata bernoulliana, del punto crucial decisivo de la curva parabólica cúbica picassoiana, estuviera Sócrates, ahí, en el punto inflexivo topológico borroso, y su slash diagonal hipotenusa contrarrecíproca ad absurdum mayéutica del cuadrángulo rectángulo socrático, el continente que contiene todos los contenidos solutivos del ser y del no ser de la enciclopedia védica upanishad sánscrita, que han de confluir en el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, de la cubicación, endenantes, de la mierda hecha por Heráclito, y, en después, la cubicación de la mierda hecha por Picasso, por medio de pinceles y piernas, de Heráclito a Picasso, y, de la cubicación de la mierda a la gloria eterna, de ambos próceres del entendimiento y de la estética. Asina asín ansí, Cirigliano y Villaverde, de lo consciente y de lo inconsciente del torbellino de ideas ardientes. Lo que ha de conllevar al conócete a ti mismo, que han de llevar al vencerte a ti mismo, al espíritu y al entendimiento de la filosofía de las 4E, endenantes, de Maleo, que la supiera, endespués, bien don Quijote, al enfrentarse a desafiante felino en feliz graceja felicemente acabada aventura vencedora de aquella fiera enjaulada, a la de los leones del Quijote (Segunda Parte, Capítulo 17). El Quijote vencedor de sí mismo, y, de no haber estado convencido del vencido de sí, jamás de los jamases, don Quijote, el Ingenioso Hidalgo de La Mancha, hubiera llegado a tan felice fin y remate de locura y de cordura, tanto como lo consciente y lo inconsciente, y, que todos llevamos, y, en de por medio dentro, y, bien adentro, al medio maleoiano profundo, a ahorcajadas nalgas callosas bolivarianas, entre el borrén delantero y el borrén trasero de la silla de montar de Rocinante, asina asín ansí así lo consciente y lo inconsciente, quiéraslo y no quiéraslo, fraterno poeta y fraterna poeta, en interiores y en pantaleta, como dice la canción del cantante de los cantantes Hector Lavoe, que cantaba con pantalones y en chancleta. Y, búscame ahí bajo la suela de tus chancletas adorada poeta y adorado poeta.

Con digresión y sin digresión, entre lo consciente y lo inconsciente, ha de estar el medio maleoiano profundo, ha de estar en la dinámica de grupos de Cirigliano y Villaverde, y ha de expresarse que ahí, en el medio maleoiano profundo ha de estar la optimalidad ortogonal pitagórica, la resolutiva optimalidad pretendida, la mejor resultante deseada, el mejor resultado esperado, ahí en el límite límbico contornado frontero entre el consciente y el inconsciente, ahí en que se tocan ambos aspectos, en que ocurriera la perogrullada primera vez de Perogrullo, en el punto inflexivo topológico borroso de la curva lemniscata bernoulliana, del punto crucial decisivo de la curva parabólica cúbica picassoiana, estuviera Sócrates, ahí, en el punto inflexivo topológico borroso, y su slash diagonal hipotenusa contrarrecíproca ad absurdum mayéutica del cuadrángulo rectángulo socrático, el continente que contiene todos los contenidos solutivos del ser y del no ser de la enciclopedia védica upanishad sánscrita, que han de confluir en el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, en donde han de estar en equilibrio dinámico dialéctico difuso, y, a buen seguro maleoiano profundo del quizás y el sin quizás, el capitalismo y el socialismo, en el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, sin sapos ni alacranes, en que habrá otra natura y otra persona, en eterna gloria noria notoria, equilibrada del entendimiento y la estética ética espiritual, de la nueva filosofía, la filosofía de las 4E de Maleo, en el cleuasmo quiasmo río efesoíta, en que margullen el consciente y el inconsciente de Cirigliano y Villaverde, y, la dinámica de grupos de siempre, como si fuera el algo nuevo ante el Sol maleoiano y el nado nuevo bajo el Sol eclesiástico, del algo y de lanada, del consciente y del inconsciente.

Si el consciente y lo inconsciente, existen y coexisten, al través y en por medio por la corriente de en medio, con el medio maleoiano profundo. Entonces sea dicho que lo consciente y lo inconsciente, existen y coexisten, como casos correlativos límite contradictorios caliginosos. Ergo vergo sea dicho que lo consciente y lo inconsciente, existen y coexisten, tanto como la tesis y la antítesis, tanto como el exceso y el defecto, el tercio excluso y el tercio incluso, tanto como la ley de estructura y la ley de movimiento, tanto como la estructura de campo electromagnético y la estructura de campo gravitacional, tanto como el universo en expansión einsteiniano de luz curvada y el universo contractivo maleoiano de luz tragada, tanto como la onda y la partícula, tanto como lo visible y lo invisible, tanto como lo humano y lo divino. Ergo vergo sea dicho que lo consciente y lo inconsciente, existen y coexisten, tanto como el lienzo blanquinegro del yin y del yang del tao de Laozi. Ergo vergo sea dicho que lo consciente y lo inconsciente, existen y coexisten, tanto como la blanquinegra composición con hoja de Fernand Léger. Ergo vergo sea dicho que lo consciente y lo inconsciente, existen y coexisten, en la forma figurativa geométrica colorida calibrada significativa conmovedora del ser y del no ser, de la literatura védica upanishad sánscrita. Ergo vergo sea dicho que lo consciente y lo inconsciente, existen y coexisten, en el algoritmo aritmético de lo cóncavo convexo contradictorio caliginoso concupiscente 69 cojedeño de Maleo.

Otrosí: Escribo esta Cáscara Amarga en la víspera del día de Reyes, al cumple de Maleo. Y, como fascinación encantadora cuelga, regálote esta prenda. Y, que penda por gloria eterna, no tanto como la de Heráclito y no tanto como la de Picasso. ¡Sí llena de besos, sí llena de abrazos!

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