La semana pasada estuvimos conversando sobre la importancia de impulsar la cultura de la producción para satisfacer nuestras necesidades de la mejor manera y así alcanzar la independencia productiva, económica, comercial y la social.
Para lograr esta meta debemos dar un salto cultural importante que implica no solo impulsar y apoyar las buenas prácticas, los emprendimientos y a nuestros productores, sino el derrocamiento de la corrupción, el fin de la cultura de lo fácil, del dinero mal habido. Para producir, para ser productivos, debemos ir con todo contra los corruptos en todas las instancias: pública, privada y mixta.
En especial debemos acabar con quienes practican la corrupción desde nuestras instituciones, aprovechándose de un cargo, uniforme o credencial. ¡Ya basta! Basta de corrupción en los puertos, que afecta las exportaciones e importaciones; en las carreteras, donde cobran vacunas sin piedad a nuestro pueblo, a los camiones que producen, los que distribuyen alimentos; en los comercios, donde algunos funcionarios se agarran de lo que sea para pedirle dinero a sus dueños afectando a los productores, empresarios, a los consumidores, a la economía en general, a toda la sociedad.
Para poder emprender, producir, avanzar, debemos acabar con ese virus, hacer una limpieza total, combatirlo desde todas las esferas, cada uno de nosotros, tengamos o no responsabilidades de Gobierno, desde nuestros espacios, en nuestra vida cotidiana.
Debemos seguir atacando las causas y factores que generan este mal, cambiar el sistema. Suavizar los procesos administrativos, simplificar los trámites, agilizarlos y optimizarlos, ponerles las cosas más fáciles a los usuarios y difíciles a los gestores, eliminar los recaudos innecesarios, las trabas, capacitar y dotar al talento humano con las herramientas necesarias para prestar servicios eficientes.
Tenemos un nuevo año por delante, lleno de oportunidades, vamos por ellas, por el éxito, por el bienestar de todos. Vamos a hacerlo, podemos hacerlo. Un fuerte abrazo.