Vamos por lo que se pueda salvar…

Domingo, 09/01/2022 08:52 AM

Hay procesos históricos que han contado siempre con figuras destacadas o líderes carismáticos, quienes con su ejemplo contribuyeron a echar adelante eso que han dado en llamar la "rueda de la historia". Los ejemplos sobran. De lo que se trata en este breve artículo es resaltar el esfuerzo, el sacrificio y el desprendimiento que han demostrado tener tales figuras. No obstante, vale también conocer cuánto del legado de esos personajes ha tenido continuidad por quienes en su momento les acompañaron o declaran hoy ser seguidores de aquellas luchas.

Centro la atención en lo que considero dos casos emblemáticos: Jesús de Nazaret y Hugo Chávez. ¿Por qué? Cada uno de ellos vivió un momento histórico determinado. Sin embargo, pudiéramos referirnos a un elemento común a ambos personajes: Sus prédicas estuvieron en función de los pobres, de los más desposeídos. Sus denuncias fueron contra las clases oligárquicas. Es decir, tenían claro a qué sector social estaban dirigidas sus enseñanzas, en función de qué clase social desplegaron su trabajo. La labor de uno y otro respondió a una praxis, a un interactuar constante con el pueblo humilde. No fue solamente prédica. Fue reflexión también. Pero sobre todo fue compromiso por transformar la conciencia del pueblo. Tanto el uno como el otro tenían claro que ser luz del mundo y hacer de la Patria una Escuela constituyen un significativo llamado para salir de la ignorancia y de esta manera no ser víctimas del engaño y la manipulación detrás de la cual siempre se encuentran intereses nada nobles.

Hoy asistimos, como observadores de primera línea, a una creciente proliferación de grupos que se autodenominan cristianos o evangélicos en ciudades, muchos pueblos y caseríos de nuestro país, pero cuyo accionar dista mucho de la praxis de aquel Jesús de Palestina. Mientras aquel trabajó para incorporar y convencer cada vez más al pueblo, estos grupos constituyen verdaderos cotos cerrados. Mientras para aquel su mayor riqueza fue la palabra, uno observa ¿impávido? como algunos de estos pastores manejan cualquier cantidad de recursos económicos, redes de radio, televisión, negocios, líneas de taxi, bodegones, etc. Algunos llegan al extremo de presentarse ante sus seguidores con todo un despliegue de vehículos, de escoltas y sistema de seguridad. Inaccesibles. Son los que el profesor Vladimir Acosta denomina "pastores emprendedores". Los propios manipuladores, negociantes de la palabra. Hemos observado – y a ello nos hemos referido en otros momentos – como personas de nuestras comunidades, que otrora se identificaban con alguna manifestación de la cultura tradicional venezolana, hoy no lo hacen porque en su iglesia el pastor ha dicho que eso es "mundano". Y aquí está en peligro no solo nuestra identidad, sino también nuestra soberanía. Si ayer la iglesia contribuyó con la colonización, la esclavitud y sometimiento de nuestros pueblos, hoy para nada es negado que esa misma arma esté siendo usada por el imperio norteamericano como una de las "tantas opciones que están sobre la mesa". Llama la atención ver y escuchar "camaradas" que hasta hace poco militaban en la filas de la Revolución Bolivariana declarar que "este gobierno fracasó", "este no es el gobierno", "ayer le serví a Chávez y hoy le sirvo a Jesucristo", "fui llamado por mi señor Jesucristo", "he decidido colgar mi camisa roja", etc.

El legado del Comandante Eterno Hugo Chávez no ha sido ajeno a los intereses de ciertos crápulas que han hecho de su accionar político verdaderos negocios, para catapultarse para un cargo público o llevar a cabo "proyectos" de carácter personal o cogoyericos. Y en ese accionar pocos les importa llevarse por delante leyes y organizaciones del poder popular, desconociendo no solo su existencia sino también sus proyectos comunitarios. La prepotencia, la amenaza, al mejor estilo cuarto republicano, los delata como elementos que poco o nada tienen que ver con las enseñanzas que a este pueblo brindó El Comandante Chávez. Algunos de ellos y ellas están a años luz de entender y comprender lo significativo del legado del Comandante Chávez. Pero están allí, ocupando determinados cargos en la estructura gubernamental, haciendo su baja y asquerosa labor; tributando al derrumbe definitivo de la Revolución Bolivariana. Nada niega que mañana sean ellos o ellas quienes hagan causa común con los enemigos del pueblo y apunten con su dedo delator a quienes con mirada firme y profunda convicción han asumido de Jesús y de Chávez el verdadero sentido militante de sus enseñanzas.

Es necesario volver a Jesús y volver a Chávez, pero teniendo presente que ninguno de los dos sirvió a los intereses de los grupos oligárquicos. Que así como uno fue víctima del imperio romano, el otro lo fue del imperio norteamericano. Que es necesario desenmascarar a esos falsos predicadores del legado de uno y de otro que pretenden – y en algunos casos lo han logrado hacer – extirpar la esencia revolucionaria, la médula irreverente de ambas concepciones de la vida. Entender que nos corresponde seguir empujando este carro de la historia en el momento actual y en las circunstancias que estamos viviendo. No hay de otra.

Nota leída aproximadamente 1274 veces.

Las noticias más leídas: