Algunos de quienes lean estas líneas seguramente no recordarán –unos por razones de su edad y otros por conveniente amnesia– que tras la «relegitimación» de los Poderes, en el año 2000, los dos inquilinos que desde entonces ha tenido Miraflores, de manera sistemática e ininterrumpida han denunciado y alertado nacional e internacionalmente sobre el peligro inminente de una agresión o invasión del «imperio»i.
Tampoco hay que olvidar que durante estas más de dos décadas de «¡viene el lobo!», el par de desgastadas versiones locales que tuvimos de «pastorcito» contaron con cómplices en las direcciones de todas las organizaciones políticas y sociales del país, reproduciendo y «legitimando» ese discurso, y sumándose a los llamados de urgente «unidad de las fuerzas patriotas», de cerrar filas en torno al «líder» y de posponer cualquier diferencia.
Varios de quienes, consciente o subconscientemente, en distintas organizaciones adoptaron y copian la inescrupulocidad ética y la conducta maniqueísta de los dos presidentes chavistas que ha tenido Venezuela, utilizan a diestra y siniestra la manipuladora táctica de alertar a miembros y adeptos acerca de alguna supuesta amenaza interna o externa, para justificar un llamado a «la unidad», a «cerrar filas» en torno a los dirigentes y a «subordinar» toda discrepancia.
De esos «pastorcitos», lamentable y dolorosamente, también tenemos en el PCV, los cuales, al sentir en riesgo sus vergonzosos privilegios acumulados, braman contra supuestos peligros como si fuesen una virgen vestal frente a la lujuria desenfrenada de un bárbaro conquistador.
ATAQUES CON ADJETIVOS Y SIN ARGUMENTOS
A lo largo de los últimos casi dos años y especialmente durante los meses recientes, los principales cabecillas del Buró Político (BP) –y sus mandaderos en algunas regiones– no han escatimado en adjetivos para procurar desacreditar y estigmatizar a quien suscribe, vinculándole con «el lobo» elucubrado de una división del Partido, «el Coco» de los comunistas, una barajita que exije «la unidad» por sobre cualquier otra consideración.
Claro está, mientras más adjetivos utilizan es porque menos contenido, sustento y argumentos tienen sus estériles ataques. En todo caso, para puntualizar y clarificar enfáticamente:
A) Quien haya leído cualesquiera de los textos redactados por mi persona, puede certificar que todos los planteamientos giran en torno a un eje central: la importancia y vigencia de los fundamentos marxistas-leninistas.
De ahí que –como puede constatarse en el artículo «Aún no es tarde para corregir»ii– desde hace más de 20 meses públicamente insisto acerca de:
- El papel de la clase obrera como sujeto histórico;
- La necesidad de un Partido revolucionario de vanguardia;
- El carácter de clase del Estado;
- La lucha de clases como expresión máxima de las contradicciones sociales;
- La vindicación del derrocamiento de la burguesía (cualquiera sea el sector de ésta que ostente la hegemonía);
- La toma del poder para iniciar la transición revolucionaria hacia el comunismo.
*
B) En correspondencia con estos principios, lo más elemental y coherente ha sido y es denunciar y combatir la perniciosa influencia de las concepciones y prácticas chavistas en el PCV, particularmente de los más connotados exponentes del BP.
Este combate ideológico, durante más de una década, también se ha dado a lo interno de los organismos de base y de dirección nacional, regional y local del Partido, lo cual, si se comportaran con probidad, podrían atestiguar mis actuales detractores del BP y sus ahijados. De todas maneras, hemos dado a conocer algunas pruebas, como la intervención en el 29º Pleno del Comité Central (CC), en diciembre de 2015, o la selección de un año de ilustradoras intervenciones en reuniones del BP y Plenos del CC («Descubrir la verdad, sin importar a dónde nos lleve»iii).
*
C) Se ha expuesto claramente, sin subterfugios ni peroratas, la disyuntiva histórica que los comunistas venezolanos tenemos delante, de cuyo desenlace depende la recuperación o no de la esencia proletaria y revolucionaria del PCV.
De esa manera, sin temores ni alharaca, se ha acusado directamente de traición a la corriente chavista que durante más de 20 años se entronizó en la dirección del PCV, por haberlo desviado y alejado de su perfil clasista, de su razón de ser y de sus más elementales aspectos distintivos.
La posición que he sostenido sobre estos y otros temas relacionados –tanto de análisis como prospectivos– pueden constatarse en la reciente entrevista: «Nuestro país, así como la izquierda venezolana, se encuentra en un laberinto»iv.
Con abundantes pruebas se ha demostrado, sin lugar a dudas, que: la reivindicación de «el legado» de Hugo Chávez; la priorización de las «bases chavistas» como población objetivo del PCV y de la «APR»; y el privilegiar alianzas con sectores reformistas-oportunistas, lumpeniles-delincuenciales y trotsko-chavistas; ha sido una política errada, vergonzosa y contraria a los fundamentos históricos marxistas-leninistas.
*
D) La militancia comunista se entusiasma y se moraliza con la política del Partido siempre que: forme parte de su construccion, se identifique con ella, confíe en su justeza y perciba que abona a los históricos objetivos estratégicos. Pero, desde hace años, nada de eso es nuestra realidad.
Uno de los más avezados dirigentes del movimiento comunista internacional, expresó correctamente que: «después de trazada una línea política certera, es el trabajo de organización el que lo decide todo, incluso la suerte de la línea política misma, y su cumplimiento o su fracaso.»v
Pero, cuando se trazan objetivos distintos a los que deberían guiar a los comunistas, se establece una «política de alianzas» contraproducente, y se define una equivocada «población objetivo», todo eso conforma una «línea política» errada que no hay «trabajo de organización» que la salve.
Es ahí en donde se encuentran las explicaciones al aislamiento, atomización e infravaloración del Partido; a que sea practicamente irrelevante para la política nacional; a la desmoralización de la militancia; a la desconfianza de amplios sectores del pueblo trabajador; a la casi inexistente capacidad de movilización y convocatoria; a la muy vapuleada credibilidad y autoridad moral; y al escepticismo sobre su capacidad para encabezar una genuina alternativa popular revolucionaria.
En correspondencia con las enseñanzas de su «Comandante eterno», la camarilla corrompida que dirige al BP, cuando le estalla en la cara el fracaso de la aplicación de su política, rápidamente busca culpables dentro y fuera del Partido, pero jamás somete a escrutinio si la «línea política» que impuso es en verdad acertada o no, ya que eso podría sembrar dudas acerca de la supuesta «infalibilidad» de esa dirección.
*
E) Con los elementos descritos hasta ahora, a nadie podrá sorprenderle la cacería de brujas que han desatado esos personajes en la sede nacional y en diversas regiones, estableciendo en la práctica algo bastante parecido a un régimen policial de terror, en el que ese «gran hermano» controla cada aspecto de la vida –incluso las comunicaciones y relaciones personales– de todos los sospechosos, es decir, de quienes no demuestran absoluta subordinación y sometimiento a la voluntad incuestionable del «jefe» y de sus compinches.
Naturalmente, en este viciado estado de cosas, ya abundan los episodios que corroboran que estamos en presencia de una acepción que describe al macartismo: «La práctica de hacer acusaciones de deslealtad sin tener fundamentos»vi, de ahí que incluso pongan «en observación» a cualquiera que siquiera pueda tener contacto con mi persona, extraoficialmente declarado paria.
Como denuncié públicamentevii y –por no dejar– también a la Secretaría del BP y a la Presidencia de la «Comisión Nacional de Disciplina y Control de Cuadros», de manera antiestatutaria, arbitraria y ejecutiva, desde principios del pasado mes de septiembre, el BP me excluyó de todos los mecanismos oficiales de información, consulta y convocatoria para miembros del CC del PCV, a pesar de continuar teniendo dicha condición, la cual sólo se pierde por resolución del CC –no del BP ni del secretario general– o producto de decisión voluntaria, y ninguno de esos dos supuestos se ha dado hasta ahora.
*
F) Pareciera que aún no se deciden acerca de cuál título utilizar para etiquetarme, por lo que simultáneamente han procurado crear y posicionar una matriz de opinión de que mis actuaciones y opiniones políticas promueven un «agrupamiento fraccional antipartido» y/o que están motivadas por «ambiciones personales».
Sobre esto me limitaré a hacer tres concretos señalamientos:
F.1) Confieso que sí, que en mi vida como militante del PCV formé parte de un agrupamiento entre miembros del CC, al margen de los espacios orgánicos y con reuniones clandestinas para acordar posiciones conjuntas y entubamiento de votos. Ha sido mi único conciliábulo. Fue poco después del 12° Congreso del Partido (julio de 2006), convocado y dirigido por Oscar Ramón Figuera González a raíz de que quedó octavo en esa última votación del CC y peligraba su reelección a la Secretaría General.
Al día de hoy, a pesar de que a lo largo de los siguientes tres lustros evidencié y combatí la creciente descomposición política y moral de Oscar Ramón, honestamente –aunque en las antípodas de sus apologistasviii– no puedo decir que me arrepienta de haber participado en ese agrupamiento, porque la otra opción eran Euro y Jesús Germán «Xuman» Faría a la cabeza de una corriente aún más asquerosamente seguidista de Hugo Chávez.
F.2) Diez años antes, el 10º Congreso (octubre de 1996), que marca el primero de los cinco períodos consecutivos que lleva Oscar Ramón en la Secretaría General del PCV, eliminó de los Estatutos una sabia limitación –establecida tras una nociva experiencia–, la que impedía que cualquiera asumiera esa responsabilidad por más de dos períodos.
No hemos debido dejar pasar tanto tiempo para corregir esa equivocación. El 16° Congreso del Partido, que estatutariamente correspondía realizarse el año pasado y que de forma artera prorrogaron para este 2022, debería ser el escenario idóneo para dar esa otra batalla por la reconstrucción revolucionaria del PCV.
F.3) Los burócratas cebados en Caracas y sus cortesanos, por la estrecha visión y los mezquinos intereses que les caracterizan, todo lo ven a través de sus cálculos politiqueros y oportunistas, por eso sólo alcanzan a concluir que hay interés personal en ocupar el cargo de Oscar Ramón.
Nada más alejado de la realidad. De hecho, públicamente puedo asegurar, sin ningún tipo de complejo, que ni estoy buscando ni aceptaré esa hipotética responsabilidad. Estoy y estaré al servicio de la clase obrera, de la revolución proletaria y del comunismo, por ende, al servicio de su instrumento, el Partido, no de un grupito de atornillados.
Todos tienen que estar claros de que esto no es una pugna por la Secretaría General, sino para honrar la sangre de nuestros mártires, depurarnos de las corrientes reformistas, rescatar al PCV, construir un verdadero proyecto alternativo revolucionario y liberar al pueblo trabajador de la explotación capitalista.
Estas visiones y propuestas no forman parte de la actual «línea oficial», pero seguramente no podrán evitar que más de uno las lleve y las defienda en el 16° Congreso y en otros espacios.
LOS ÚLTIMOS TRECE MESES
El BP, hace más de trece meses, en diciembre de 2020, propuso al 19° Pleno del CC:
- «remitir a la Comisión Nacional de Disciplina y Control de Cuadros del Comité Central del PCV, la evaluación y análisis» acerca de «las actuaciones y opiniones políticas que el camarada Carlos Aquino, miembro del CC-PCV, viene haciendo públicas».
El artículo 49 de los Estatutos del PCV, dicta: «El informe correspondiente debe ser presentado ante el Comité Central en un lapso no mayor de tres meses del inicio de la averiguación.»; es decir, debió ser presentado a más tardar en marzo de 2021, pero resulta que desde la fecha en la que el CC le encargó a esta Comisión iniciar la evaluación sobre mis «actuaciones y opiniones políticas» (13-Diciembre-2020) hasta la fecha en la que por primera vez se comunicaron conmigo y me convocaron para una «entrevista» (23-Diciembre-2021), transcurrió más de un año y se realizaron cinco Plenos del CC.
Claro, además, entre la convocatoria y la entrevista había sólo tres días, que incuían el 24 y 25 de diciembre, y ellos sabían que me encontraba fuera de Caracas. Por eso no pude menos que manifestarles que «los procedimientos que se asumen como mero formalismo para marcar la casilla de "cumplido" en una planilla, pretendiendo dar apariencia de legalidad y de respeto a los derechos y a las normas, un barniz que no resiste el mínimo escrutinio, constituyen uno de los cáncer que debemos extirpar del Partido.»
De todas maneras, para garantizar la mayor transparencia posible, quien lo desee puede leer íntegramente la respuesta contenida en la «Comunicación dirigida a la Comisión Nacional de Disciplina y Control de Cuadros»ix.
Con diferencia de tres semanas, de manera atropellada y apresurada enviaron la «Segunda convocatoria» (13-Enero-2022), ante la cual se les reiteró «la inequívoca voluntad de ayudar a dicha Comisión para que, a pesar de lo extemporáneo de su accionar, cumpla "las gestiones necesarias a la averiguación de la verdad", compareciendo ante ésta para responder y debatir acerca de las "posiciones políticas" y los "argumentos esgrimidos" por mi persona en defensa de los fundamentos marxistas-leninistas, del histórico proyecto comunista y de la necesaria reconstrucción revolucionaria del PCV.»
Igualmente, está a disposición la «Respuesta a la "segunda convocatoria" de la Comisión Nacional de Disciplina y Control de Cuadros»x.
En cualquier caso, he dicho y reitero que estoy dispuesto a «enfrentar altivo cualquier juicio espurio, asumir sin temores los riesgos y pagar el precio de la coherencia», pero no puedo dejar de enfatizar que las descaradas violaciones normativas, procedimentales y de principios que han ejecutado el BP y la Comisión, evidencian que este proceso es un burdo montaje absolutamente írrito.
- A pesar de que estatutariamente «El Congreso [del PCV] debe convocarse cada 4 años», que se cumplían en junio de 2021, y de que hace tiempo es una necesidad político-ideológica y organizativa su realización a través de verdaderos –no sólo publicitarios– mecanismos amplios y democráticos de participación y de decisión, se aprobó prorrogar –sin cumplir los requisitos de los Estatutos– el 16° Congreso para el 2022.
Era de presumir que transcurrido todo un año desde la aprobación de esa prórroga, el BP presentaría al 24° Pleno del CC, en diciembre de 2021, las propuestas de «Llamamiento» y de «Reglamento de participación» del 16° Congreso, los cuales, según el artículo 55, deben emitirse conjuntamente. Pero, no, nada de esto ocurrió y ya está transcurriendo el 2022 sin tener alguna noción seria de lo que hará el BP con este Congreso.
VERDADERAS PRIORIDADES
A pesar de la arbitraria y antiestatutaria exclusión que el BP me hizo de los mecanismos orgánicos de comunicación con los miembros del CC (Whatsapp, Telegram, gmail), tuve acceso informal a la circular que enviaron hace tres días confirmando la realización del 25° Pleno del CC para este 28 y 29 de enero, al cual, naturalmente no fui convocado.
De todas maneras, es muy llamativo el «Orden del día» que acordó el BP para el Pleno, ya que permite analizar las verdaderas prioridades que ellos tienen:
1. Evaluación de la situación organizativa y funcional nacional y regional del PCV:
- Ajuste de las estructuras: Buró Político, Secretarías, Comisiones, Direcciones Regionales.
- Vida interna: Comisión de Disciplina y Control de Cuadros.
2. Evaluación de la situación material de la organización. Propuestas socioproductivas e iniciativas regionales concretas.
3. Análisis de cuestiones políticas esenciales: la memoria y cuenta presidencial; el referéndum revocatorio presidencial desde la perspectiva de la lucha de clases y la acumulación de fuerzas obreras, campesinas, comuneras y populares; impulso a las acciones de la lucha obrera y popular; la APR; el Congreso del PCV.
Pues sí, efectivamente, el 16° Congreso es el último de los cinco subpuntos del tercer y último punto del «Orden del día», algo así como el bagazo de los temas. Mientras que pareciera más urgente e importante «resolver» algún caso que esté «atendiendo» la Comisión de Disciplina.
Esos «pastorcitos» y su «¡viene el lobo!» no nos quitan el sueño, porque, al igual que el gobierno chavista, son unos moribundos políticos aferrados tercamente a un respirador artificial. Pero, claro está, tampoco nos quedamos sentados en la puerta de la casa esperando que pasen sus «cadáveres».
Debemos luchar cada día en favor de la unidad política, ideológica y de acción, pero, sobre todo, unidad basada en principios y en el ejemplo, no en demagogia ni complicidad.
iNo es éste el texto para dilucidar la aberración conceptual que significa emplear el término «imperio» para referirse bien sea al imperialismo o al gobierno de EEUU, así como otras distorsiones ideopolíticas promovidas por diversos referentes del «socialismo bolivariano» como Negri, Kohan, Dieterich, Harnecker o Woods.
ii11 de mayo de 2020.
iii4 de mayo de 2021.
ivContrapunto, 23 de enero de 2022.
vJ.V. Stalin, «Informe ante el 17º Congreso del Partido acerca de la actividad del CC del PC(b) de la URSS» (26 de enero de 1934), J. Stalin, Obras, Tomo XIII, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1953.
viCollins English Dictionary, Harper Collins Publishers, 3rd ed., Glasgow, 1991.
vii«Disección de una "aclaratoria" oscurantista», 14 de septiembre de 2021.
viii@armiche, 14 de septiembre de 2021.
ix31 de diciembre de 2021.
x16 de enero de 2022.