* A Pedro Bellorín Caraballo
El periodista Juancho Marcano el día miércoles en la mañana, escuchaba la emisora comunitaria de la Tacarigua de Margarita, quien rendía homenaje al locutor Pedro Bellorín Caraballo, quien el día anterior 8-02-22, se fue a cumplir una invitación para animar un espectáculo en los espacios celestes y en donde el primer oyente era el Dios creador.
La emisora radiaba festivales y parrandas, grabadas en años anteriores, que fueron animadas por el prestigiosos locutor, quien entendió desde sus inicios que a través del uso del micrófono radiofónico, se podía no sólo defender al pueblo, sino resaltar y proteger la identidad de nuestros terruños, para que así no mueran nuestras tradiciones y las nuevas generaciones entiendan que lo nuestro no sólo es lo primero sino también lo mejor.
El perro Pipo, que se estaba preparando para ir para el conuco y en vista de que Juancho se tardaba, se acercó y comentó: "Por lo que he oído, se murió un hombre que aparte de ser tu amigo, fue una persona importante dentro de la cultura margariteña. ¿Quién fue esa persona Juancho?"
El periodista oyó a su perro y escuchando una clase magistral que Pedro Bellorín Caraballo, bien llamado El catedrático, porque no sólo dictaba cátedra en la locución sino sobre historia y cultura margariteña, estaba dando sobre los personajes margariteños de San Sebastián, le respondió a Pipo: "Creo que a finales y a principios de este siglo, Pipo, Pedro Bellorín, ha sido el mejor locutor y animador que ha tenido esta tierra, pues aparte de dominar su arte, estaba bien formado y preparado para hacer uso del micrófono y por eso a través de éste consiguió miles de amigos en todos los pueblos de Margarita y de oriente, a los que visitaba, y lo más cumbre era que después con esa humildad que lo caracterizaba, los reconocía a todos por sus nombres y hasta los saludaba en sus programas y personalmente con ese trato afable y caballeroso de los cuales hizo gala. En verdad desde todo punto de vista, fue admirable como profesional y como persona".
EL perro ante esta explicación dejó quieto a Juancho que siguiera oyendo la emisora, y cuando terminara, lo acompañaría al conuco.