Decir casos correlativos límite contradictorios caliginosos, es decir cáscara amarga, es decir avance, es decir traer el tercio incluso y juntarlo con el tercio excluso, separados por mas y más de 3 mil años. A sabiendas que el tercio excluso y el tercio incluso han estado unidos siempre en el oxímoron cleuasmo quiasmo río heraclitoiano. En el oxímoron cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, ha sido es y será el albergue de todos los casos correlativos límite contradictorios caliginosos. Heráclito, Euclides, Pitágoras, veían la geometría y el álgebra inseparables, tanto como el ser y el no ser, tanto como la cosa y la no cosa, tanto con el algo y la nada. Usted pudo haber oído hablar de casos límite, asina, casos límite, como lo oye, y, sobre todo en psicología. Y, a mas y a más, nunca jamás, corrióse por la cadena de huesecillos, ni tuya ni mía, lo de los casos correlativos límite contradictorios caliginosos, nunca jamás, púdose haber oído hablar, sino hasta en endenantes, el 11/09/2001, con la caída de las Torres Gemelas Neoyorquinas. Estas expresiones, del entorno contornado límite límbico, correlativas contradictorias caliginosas, no obstante y sin embargo, han estado ahí, en el oxímoron cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, en el modelo de Heráclito en el río con que el filósofo efesoíta greco, explicaba mostraba e ilustraba su filosofía, con el río, con el fluir con el movimiento, con el cambio, con la difuminación, con la energía y con la materia, y, con el andar y con el movimiento y con la posición, decir movimiento es decir perturbación del mundo espaciotemporal natural universal, decir movimiento es decir continuidad de las cosas y de las no cosas, y decir movimiento es decir contradicción decir borrosidad, tras la contradicción viene la borrosidad, tras la verdad viene la contradicción y viene la borrosidad. No sin razón y que no de otra suerte las expresiones de Bertrand Russell, que lo decía a voz en cuello: "Una contradicción lo implica todo. A partir de ella puédese demostrar argumentar razonar y concluir con lo que se quiera." Mas y más, primero fue Andrés Bello, y, su quiasmo literario poético, que manifestara en plena luz del siglo XIX, que: "Saber todo lo que se quiera decir trae consigo saber decir lo que se quiera." Esto es, saber entender conocer bien las cosas y no cosas, lo que rempújate al límite límbico contornado de los casos correlativos contradictorios caliginosos. Límite límbico contornado en donde sustitúyense los ente definidos por sus definiciones. Límite límbico contornado de donde han de surgir las nuevas conceptualidades y las nuevas síntesis, que a Albert Einstein gustaba mucho decir. La síntesis es producto de tendencia y de la trascendencia, ahí, en el punto crucial decisivo del golpe feroz cesarvallejoiano, del cuartel convite cívico mílite, hacia niveles superiores de cambio de revolución de transformación de los casos correlativos límite contradictorios caliginosos.
Con digresión y sin digresión, los casos correlativos límite contradictorios caliginosos, no han de encontrarse en ninguna teoría. Los casos correlativos límite contradictorios caliginosos han resultado ser un invento una creatividad una imaginaria de este cura ignaro raro cleuasmo asno. Los casos correlativos límite contradictorios caliginosos, es un producto acabado de la curiosidad y del discernimiento. Los casos correlativos límite contradictorios caliginosos, es un producto dado de una bacinilla de peltre medio llena de miao y de una misma bacinilla de peltre medio vacía de miao de detrás de la puerta del cuarto del rancho de Rosa María de la calle Alegría en San Carlos de Cojedes, de las inmensas noches de la micción párvula infantil, la bacinilla medio llena y medio vacía, así de simple, como un sube y baja como un columpio del parque párvulo infantil. Asina asín ansí así, tanto como del tambor de mierda de Heráclito a la gloria eterna, de una bacinilla medio llena y medio vacía de miao de Maleo, al cambio transformador recíproco del mundo espacio temporal armónico simultáneo contradictorio dilatao.
Con divagancia y sin divagancia, al cambio transformador recíproco del mundo espacio temporal armónico simultáneo contradictorio dilatao de los casos correlativos límite contradictorios caliginosos, un producto acabado de la curiosidad y del discernimiento, margullido por siglos en el oxímoron cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, y, nadie ¡Por Dios, santo! Ni Albert Einstein, pudo chapucear para ponerlos a cubierta, y, Einstein hubiera dado con la teoría holística unificada, pero que va, Aristóteles se lo impidió, y, apenas pudo llegar Einstein a la orillita del clamoroso río efesoíta, en que dijera Einstein que: "En la medida en que las leyes dela matemática se refieran a la realidad, no son ciertas. Y, en la medida en que son ciertas, no se refieren a la realidad." Einstein, estaba en la bacinilla medio llena y medio vacía de miao de Maleo. Einstein, estaba en el parque párvulo infantil de Maleo, en el sube y baja, en el columpio. Einstein, oía campanas y no sabía dónde. Einstein, no estaba en la literatura latina romana de la moral de lo humano y de lo divino de la ciencia de lo justo y de la ciencia de lo injusto. Einstein no estaba en el Padre nuestro de San Mateo. Einstein no estaba en la fe hebrea de San Pablo. Einstein, no sabía que hoy es siempre todavía. A Einstein, faltóle para su complementariedad, a mas y a más de Niels Bohr, la de Jorge Luis Borges, cuando, Borges, le cantaba a Heráclito: "El río me arrebata y soy ese río. De una materia deleznable fui hecho, de misterioso tiempo. Acaso el manantial está en mí. Acaso de mi sombra surgen, fatales e ilusorios, los días." Y, al unísono Borges: "Somos Edipo, y, de un eterno modo la larga y triple bestia somos, todo lo hemos sido y todo lo que seremos". Y, Borges dijera siempre que el margulló en Oscar Wilde, que decía: "El hombre es en cada momento de su vida todo lo que ha sido y todo lo que será". A Einstein, faltóle para su complementariedad, a mas y a más de Niels Bohr, la de Walt Whitman, cuando, Borges, y, cuando Whitman, cantábanle al yin yang: "De la penumbra surgen iguales elementos contrarios…" A Einstein, faltóle para su complementariedad, a mas y a más de Niels Bohr, la de Antonio Machado, que cantaba: "Busca tu complementario que marcha siempre contigo y suele ser tu contrario." Albert Einstein, decía que había que ir a la modernidad ilustrada originaria de la literatura védica upanishad sánscrita, y, de ahí, extraer las nuevas conceptualidades. Einstein no margullera en la filosofía de Maleo de las 4E del entendimiento y la estética ética espiritual. Albert Einstein, no chapuceara en el oxímoron cleuasmo quiasmo río heraclitoiano del cambio transformador recíproco del mundo espacio temporal armónico simultáneo contradictorio dilatao del parque párvulo infantil del sube y baja y el columpio y de las inmensas noches de la micción párvula infantil de la bacinilla medio llena y medio vacía, de los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo.
Si en los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo está el cambio transformador recíproco del mundo espacio temporal armónico simultáneo contradictorio dilatao. Entonces sea dicho que los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo es un producto acabado de la curiosidad y del discernimiento. Ergo vergo sea dicho que los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo están y han margullido por siglos en el oxímoron cleuasmo quiasmo río heraclitoiano. Ergo vergo sea dicho que a los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo hay que buscarlos margullendo en el oxímoron cleuasmo quiasmo río heraclitoiano. Ergo vergo sea dicho que los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo no los viera el doctor Einstein por culpa de Aristóteles. Ergo vergo sea dicho que los campanazos de los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo el doctor Einstein no los oía por culpa de Aristóteles. Ergo vergo sea dicho que los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo es continente que contiene los contenidos del agora ahora hogaño y el doctor Einstein no sabía que hoy es siempre todavía por culpa de Aristóteles. Ergo vergo sea dicho que el doctor Einstein no chapuceara en el oxímoron cleuasmo quiasmo río heraclitoiano del cambio transformador recíproco del mundo espacio temporal armónico simultáneo contradictorio dilatao del parque párvulo infantil del sube y baja y el columpio y de las inmensas noches de la micción párvula infantil de la bacinilla medio llena y medio vacía, tanto como los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo.