Diario de una Cuarentena Capítulo 339

Operaciones Psicológicas para minar la imagen de la familia presidencial y de funcionarios del Gobierno Bolivariano

Jueves, 17/02/2022 09:08 AM

A 704 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en el transcurso de la semana 101 de esta contingencia, y siendo el jueves 17 de febrero de 2022, hoy quiero referirme a incipientes ataques que operadores mediáticos vinculados con las oposiciones en el país han comenzado a fin de desprestigiar la reputación y honorabilidad tanto de la familia presidencial como de funcionarios del Gobierno Bolivariano.

El primer comentario versa con el caso del empresario colombo venezolano y funcionario diplomático Alex Saab, quien ayer cumplía 4 meses de su secuestro hacia Estados Unidos. Casualmente ayer, cuando se decide que su juicio iniciará en octubre de este año, previa a una audiencia que se celebrará en el mes de julio, ya que un tribunal de apelaciones en Atlanta, Georgia, dirime primero la condición diplomática de Saab y, por ende, lo haría acreedor de inmunidad diplomática; ayer fue señalado por Joshua Goodman que Alex Saab viene a ser un colaborador de la DEA, que habría delatado a funcionarios del Gobierno de Maduro, que habría negociado para entregarse un 20 de julio de 2019 e incumplió el acuerdo con autoridades estadounidenses.

Incluso se señaló que Saab habría instado a las autoridades estadounidenses a no revelar el contenido del supuesto acuerdo, "porque su familia correría el riesgo de ser encarcelada en Venezuela", y, además, que el Gobierno venezolano estaba al tanto de todas estas reuniones.

Tesis como está más halada por los cabellos no puede ser, ya que, si fueran ciertas las aseveraciones de que Alex Saab es un doble agente y el gobierno venezolano sabía de sus "reuniones con la DEA". ¿Cómo es que lo mantuvieron como funcionario diplomático del gobierno venezolano? O peor aún: ¿Cómo el Gobierno Bolivariano propone que Alex Saab se incorporé en los diálogos que se venían celebrando en México con la denominada Plataforma Unitaria, sabiendo que éste se "venía reuniendo y colaborando con la DEA"? Así planteada las cosas, no tienen ningún sentido, a mi parecer.

De igual manera, y por esas "casualidades" de la información, se coló la información que la administración de justicia estadounidense liberó al ex tesorero nacional Alejandro Andrade, producto de acuerdos y colaboraciones que éste habría prestado en denunciar entramados de corrupción en contra de funcionarios y ex funcionarios del gobierno encabezado por Nicolás Maduro. Esto nos advierte que algo se traman en el país del tío Sam en contra de Venezuela.

Pero la respuesta en lo que el caso de Alex Saab ante estos señalamientos han dado los medios de difusión y propaganda hegemónicos nos la da la colega abogada y comunicadora Laila Tajeldine, al advertirnos que las supuestas afirmaciones del Departamento de Justicia de EEUU contra Alex Saab, forman parte de una campaña de contrainformación dirigida a debilitar el creciente apoyo a la causa por la libertad del Enviado Especial de Venezuela.

Esto porque es más conocido, pero hay algo a mi juicio mucho más grave, y es lo que quiero denunciar y alertar en las líneas siguientes.

En la columna "Carrusel" que firma Luis Felipe Colina en el semanario "La Razón" en el país, atribuye este "columnista" a fuentes "oficialistas" (no menciona ni un solo nombre ni precisa cuales serían esas fuentes) de que los principales propietarios de bodegones en el país serían militares y civiles, vinculados al blanqueo de dinero, provenientes de los "oscuros negocios de altos jerarcas del gobierno de Nicolás Maduro; coordinados por Erick Malpica Flores, sobrino de la Primera Combatiente, Cilia Flores.

Recuerdo que, en el año 2015, a 15 días de los comicios parlamentarios del 6 de diciembre, y a uno de la segunda vuelta presidencial en Argentina, reventó el caso de los "narcosobrinos" de Cilia Flores, capturados en Haití y condenados por un tribunal federal en Nueva York. En mi análisis señalaba que la estrategia con este caso era montar un caso similar al ocurrido en Perú con el ex jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos, quien aceptó sobornos y otros favores en beneficio de su jefe, el entonces Presidente de Perú, Alberto Fujimori. La revelación de los crímenes y sobornos de Montesinos salpicaron inmediatamente al entonces mandatario peruano, quien se vio obligado a renunciar a la Presidencia de su país.

Por ello, no se trata de que quien esto escribe haga una defensa a ultranza de Alex Saab, de Cilia Flores o del propio Presidente de la República, Nicolás Maduro. Ellos cuentan con los mecanismos legales para defenderse de toda esta campaña de difamación e injuria, y de estos intentos de medrar su reputación y honorabilidad. En este caso, como analista, trato de plantear el ataque al Estado-Nación venezolano que está detrás.

No se trata solamente de reeditar el mal llamado caso de los "narcosobrinos" o de mellar la imagen de la FANB por la conducta de algunas de sus individualidades, que no podríamos negar sus posibles vínculos con mafias y corrupción. De ahí el surgimiento de la Operación "Mano de Hierro".

Al minar la imagen de Alex Saab, de Cilia Flores y de Nicolás Maduro, además de instigar al odio en contra de los referidos actores políticos, esta campaña busca tener el mismo efecto que las declaraciones del Fiscal William Barr en el marzo del año 2020, cuando, al viejo estilo del viejo oeste, y violando todas las disposiciones habidas y por haber del Derecho Internacional, colocó la información donde ofrecía una recompensa en un monto determinado en dólares por la captura "vivo o muerto" del presidente Maduro, y de integrantes del Alto Mando Político y Militar de la Revolución. Dos meses después, ocurría la denominada "Operación Gedeón" en Venezuela.

Además de ello, se busca la desmoralización del chavismo, de manera de avergonzarnos al vendernos la tesis de que los principales liderazgos del chavismo están vinculados a entramados de corrupción y el narcotráfico.

Y si algún loco o loca se atreviera a empuñar un arma, y se le ocurriera la aventura de intentar asesinar al Presidente Maduro o a algún integrante de su familia (Dios le guarde y le proteja a él y a los suyos) pues estaría más que justifificada esa acción, porque era "un corrupto, un narcotraficante", al igual que su familia.

Igual si de cara a las elecciones presidenciales del año 2024, llegásemos a perder la Presidencia de la República y la posibilidad de hacer la Revolución en el país. Todo ello producto de esta campaña insidiosa y mal sana dirigida a ganar a la opinión pública. Ese es el peligro y de ahí mi advertencia.

Porque esto tiene un doble propósito. Si no se lograra la salida de Maduro por vía violenta, a través de un atentado o de alguna acción violenta, bien por un Golpe de Estado o de una incursión mercenaria; pues si se logra el objetivo electoralmente, el efecto sería el mismo. El desmontaje del Estado-Nación venezolano y de los logros y conquistas obtenidos durante la Revolución Bolivariana.

Ya para ir cerrando esta edición de esta columna, hay que tomar debida nota de los mensajes subliminales que a veces el compañero y camarada Diosdado Cabello lanza en sus intervenciones públicas. Ayer cuando veía su programa "Con El Mazo Dando", y al lanzar su célebre frase: "Si aquí pasa algo vamos por todos aquellos y todas aquellas que han pedido invasión para el país", es un indicador de que algunas pudieran estar pasando, que hay algo en el ambiente que no cuadra, y por eso debemos estar alertas.

El propio Martí lo señalaba: "Muchas veces en política lo real es lo que no se ve…"

¡Bolívar y Chávez Viven! ¡Y sus luchas y la patria que nos legaron siguen!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

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