He leído las declaraciones de Luis Britto García y también las de Noam Chomsky, quienes aparte de algunos detalles muy particulares, nada difíciles de entender, como que el primero enfoca el asunto poniendo énfasis en las atrocidades del gobierno ucraniano contra la población de origen ruso, lo que Chomsky también toca y repudia; aquél evade o por lo menos no toca, lo relacionado a la participación del gobierno de Moscú en los gestos secesionistas habidos en Ucrania, por lo que, desde esta perspectiva, no juzga allí hubo un acto injerencista, lo que sí admite Chomsky. Pero coinciden en el fondo, en que allí ha estallado un conflicto entre poderes imperiales. Como que el gobierno ucraniano, pese los acuerdos previos y habiendo de por medio la seguridad del pueblo y economía rusas, se ha prestado para su territorio sirva de base a las fuerzas de la OTAN, lo que de hecho constituye un asedio y amenaza contra Rusia.
Es bueno que los analistas, le den valor a la actitud de China, sujeta a una manifestación secesionista e injerencia de EEUU en Taiwán. Optó por una actitud que creo equilibrada, no condenó a Rusia. Se abstuvo en el Consejo de Seguridad y llamó a la búsqueda de la paz por la vía diplomática,
Pero lo muy particular o más bien lo que a nosotros toca más de cerca, como consecuencia casi inmediata de aquello, es la repentina presencia de una delegación del gobierno estadounidense con la intención de "dialogar" con el "gobierno de Maduro". Lo decimos así, como está entre comillas, porque a ambas partes les gusta sea de esa manera.
Mi suegra, una señora de allá de la muy oriental costa sucrense, Río Caribe, solía decir "todos los piojos llegan al peine". Se refería ella a un peine o peineta, configurado para que las cosas más pequeñas o escurridizas, como piojos y hasta liendres, fuesen atrapados inevitablemente por los dientes del mismo.
Y se dice también, todo tiene su tiempo. Solo hay que esperar en veces, como cuando los ríos se desbordan, vuelvan a su nivel para atravesarlos, bañarse y hasta pescar en ellos. Cada cosa y persona tienen su tiempo. Hay que tener la paciencia y claridad necesarias para esperar el tren que a uno corresponde.
Ya antes habíamos dicho, sobre todo por lo acontecido en los últimos 3 ó 4 años, que esos intentos de diálogo con EEUU por intermedio de la gente de Leopoldo López, Guaidó y compañía, no tenían sentido. Era un diálogo del gobierno de Maduro con un intermediario inadecuado, sin capacidad de decisión ni propuestas propias. Era un diálogo con un simple mandadero. Y hasta entre sordos.
Los hechos han demostrado a los más obcecados, si no es así ya no hablamos de estos sino de difuntos, que por razones de la simple realidad, lo que aquí acontece y en la economía mundial, donde distintos factores capitalistas aparecen enfrentados, dado el crecimiento de unos y el decrecimiento de otros, que dialogar para sacar de ello ventajas y desentramar lo atorado, es necesario. No importa de quien se trate. Con razón, Chávez solía decir, que por eso "era capaz de ir hasta el infierno".
Walter Martínez, tenía como un tema distintivo de su programa, señalar valiéndose de un puntero que desplazaba sobre el mapa, desde la costa venezolana hasta la estadounidense, que de aquella a esta, un carguero de petróleo tardaba 4 ó 5 días, mientras que "viniendo del estrecho de Ormuz", agregaba, mientras el puntero desplazaba desde este a la costa americana, "tarda 45 días".
Pero también la economía venezolana, por razones de historia, está asociada en distintas instancias y circunstancias a la de Estados Unidos y hay esa ventaja resaltada por Walter Martínez.
Nosotros, pese se diga un poco como fuera de la realidad, lo concreto, que el "rentismo ha muerto", todavía dependemos de él y Estados Unidos necesita petróleo que ha estado comprando a Rusia; pues puede producirnos en el tiempo que le queda al petróleo, hablando en particular de este, los capitales necesarios para de verdad enterrar al rentismo. Sin olvidar que nos queda mucho de oro, del cual, en estos tiempos, pocos se habla y si se hace, es para dejar constancia que en ese valioso material, nuestras reservas en el Banco Central han bajado drásticamente. Nada se dice del oro que, es elemental uno piense, deben estar extrayendo, del cual unos dos o tres años atrás mucho se hablaba de las remesas semanales que llegaban a Caracas por Maiquetía, pero de un tiempo para acá, eso "es un secreto bien guardado". Tanto que en el BCV no aparece reflejado. Pero si se habla de mafias y bandas armadas que merodean esos espacios.
La vida, se suele decir, es como un cuero seco, al cual, si se le pisa por una punta se levanta por la otra.
Es valedero pensar en ese viejo refrán, al mirar lo que en estos momentos acontece. Los acontecimientos desatados entre Rusia y Ucrania, que más bien debería llamárseles entre los países de la OTAN, manejados a su antojo por EEUU, como dice Chomsky, parecieran haber apresurado al gobierno de Biden a intentar, como también lo dice el pensador estadounidense, distanciar a Maduro de Putin. Determinado esto porque Rusia ha venido siendo, casualidades de la vida, el proveedor de petróleo de Estados Unidos, dada la ruptura del gobierno de este país con Venezuela, por ceder a las presiones de la ultraderecha venezolana-cubana de La Florida. Una ruptura irracional, determinada por asuntos nada sustanciales, más por razones "ideológicas", viscerales y propuestas de una dirigencia, como lo han demostrado los hechos, sin inserción sustancial con las masas venezolanas.
Uno, en verdad, pese los años y el empeño que ha puesto en entender estas cosas, no termina de hacerlo; como si en verdad en EEUU, han sido el Departamento de Estado y las mentes lúcidas que en ese país tienen influencia, quienes han manejado las relaciones diplomáticas con Venezuela o se dejaron atrapar por los obcecados de poder y baja estatura que les ofrecieron "villas y castillos" o "pa`lante con los faroles, sin pararse en nada", a cambio a ellos apoyasen para tumbar al gobierno desde los tiempos de Chávez hasta ahora. Y hasta más, como quien cambia un plato trizado por un arrume de perlas, se dejaron vender la idea que ellos estaban sobrados en apoyo popular e ideas para alcanzar el poder. Explicaban que perdían las elecciones porque les hacían trampas y los gringos, interesados que aquí se prendiese una guerra, la que no han podido desatar, porque la gente en aplastante mayoría quiere paz, optaban por creerles, estimularles y alentarles.
Pero existen los catalizadores. Aunque uno no los ponga, ellos con el tiempo, las manipulaciones, confusiones, choques, logran insertarse y meterse para abrirle espacio al movimiento y la vida.
En Ucrania, por las razones que sean, pero allí incubadas por años, estalló un conflicto; es decir, el cuero fue pisado en una punta y se levantó en otra. De repente, cuando uno por lo menos no lo esperaba, pues nuestros radares son de corto alcance, el gobierno de Biden, envía una delegación directamente a hablar con Maduro y eso, porque ahora, urgentemente le conviene, por lo que dijo Chomsky o por lo que otros crean.
Es decir pareciera haber llegado el momento cuando los dueños de los circos que compiten los mismos espacios y públicos, optan por reunirse y quitar del medio a los payasos.
Por fin, pues todo tiene su límite, el gobierno de EEUU pareciera cambiar de actitud, por lo menos esto parece una muestra, lo que no niega vuelva en cualquier momento a lo mismo, a poner por delante los payasos, cuando admite, y esto es un hecho público, que el presidente de Venezuela es Nicolás Maduro y, pese hasta ahora nada concreto hayan acordado, es evidente que esto ha reconocido. Un punto a favor de Maduro.
¿Maduro está jugando como corresponde? Es posible, hay muchas maneras de aprender y el tiempo agobia.
Guaidó, debe estar muy preocupado y sus razones tiene. Noriega, el panameño, fue útil hasta el mismo momento que dejó de serlo. Justo el tiempo y momento por los gringos calculados.