1) Mira turquito, usted me cambia está ropita de muchachita, porque nació un varón. El turco "zapateó", y al final, salí corriendo para "La Figuera" a cubrir a Luis Alejandro y a saber que había nacido con Dawn. Estábamos en el intérvalo de los treinta días, donde cumplíamos los 32; un 15 de febrero hace 40 años. Exámenes de cariotipo y de todo tipo, allá en la capital; y terapias tempranas en Cumaná y, eventualmente, las más seguras en Barcelona. Así arrancó este campeón especial que tiene bien merecido su homenaje anual los 21 de marzo, por haber nacido con esta condición, donde lo amoroso y otras virtudes saltan a su paso por la vida.
2) ¿ Lo encontraron?. Pregunté, bajándome del carro de un hermano, luego de 4 horas y pico de infructuosa búsqueda desde las 3 de la tarde. Bella Vista, Las Américas, El Gallo, La Gallina,...Dalla Costa, El Puente, Castillito, Puerto Ordaz (su Hospital, sus Terminales); recorridos, infructuosamente, una y otra vez. Destrozado, al bajarme preguntaba y llorando lo abrazaba, cuando creí verlo aquella noche imborrable. Gracias que nos percatamos e iniciamos el periplo, al mi esposa recordar, arrancando el reposo de un sancocho en la casa de mis Padres allá en San Félix, que cuando Luis Alejandro decía, a manera de saludo: " voy pa UDO " , se suscitaban sus desapariciones, " se perdía". Así arrancamos la búsqueda hasta que un Policía informó de un niño con esas características; gracias a que: casa por casa, familiares, vecinos y amigos notificaban la pérdida; también en puestos policiales, de salud, bodegas, a CC choferes de busetas en infinitas paradas que desde esos barrios van a múltiples puntos y hasta a Puerto Ordaz y Upata. Toda una batida en llantos motorizó cuando pocos añitos tenía. Dice su segunda mamá, que cuando el Policía se los entregó, también, sumó su llanto. Como extrañado Luis Alejandro indicaba con entrecortadas palabras y gestos que había tomado una, de esas tantas busetas, y luego, lo dejaron en una parada. ¡ Qué humanos nos hacen estos seres !
3) En otras oportunidades, en muchas que sería largo contar, nos ha involucrado este caballero. Entre otras:
a) El Playa La Bruja, cerca de Mariguitar: Auxiliarnos a un bañista, luego de mil peripecias; y cuando ya eso está listo el muchacho iba como por la mitad de aquella bahía. Logramos salir, él con mayor facilidad que yo. Todo porque imitó a Baywhat y se lanzó con una tabla que solo él le hallaba el equilibrio.
b) Pescando en la Playa del Castillo de Araya: Con una puya hecha con un gancho de ropa, lo puse en una tropa de camión que les llevaba; junto con él, la hijita de un compadre un poco mayorcita. Confiados nos distragimos, acostumbrados a Quetepe, y la mar se llevó la tripa con ellos de pasajeros. Desesperado, trate de alcanzarlos, iban a más de cien metros. Al final lo logramos, mi hijo mayor y un hermano de la niña. Al tocar la tripa, estaba yo llenos de nervios, la niña sonreía y el, despreocupado, solo decía: " papá yo cuando"; es decir, tranquilo papá, yo solo estoy pescando.
Este joven es nadador, se le nota fuerte; para el 40 años se supone que no es nada, no son muchos. Para mí como que a su lado esos 40 han sido más. A propósito, como en oportunidades se pone terrible, su mamá me está llamando porque hay que reponerle su inseparable radio, por enésima inservible.
Vamos pues, a buscarle la vuelta a encontrarnos con esa sonrisa de ángel y a seguir viviendo parte de su vida; cosa a la que mucho seres humanos a diario se suman.
¡ Que vivan muchos años más !