El periodista Juancho Marcano, estacionó su carro en el garaje y ahí estaba su perro Pipo que le movía la cola en señal de alegría, porque había llegado, sano y salvo, como mismo salió temprano en la mañana, con su esposa, para el mercado de Juangriego que está a la orilla de la playa El Bajo, donde se puede disfrutar la belleza de la bahía y la imponencia del Fortín de la Galera, como mudo testigo de una historia sangrienta que tiñó de sangre la laguna de Los Mártires, aquel 8 de agosto de 1817.
El perro Pipo, al ver ya desocupado al reportero, le preguntó:
- ¿Cómo te fue Juancho y cómo es Juangriego y su mar?
- Bien, Pipo, porque Juangriego y su bahía es imponente, por eso es plasmada en fotografías y videos; un día de esto te voy a llevar a conocerla. Ahí Pipo, encontré a unos pescadores contando historias y uno contó que una vez pescando con unos compañeros en alta mar, un tiburón se le venía encima y uno de ellos que había cortado un palo de mangle, se lo clavó en el lomo y el escualo huyó. Pero un tiempo después, salieron a pescar y vieron que una mata corría sobre las aguas, se asustaron, pero se acercaron y observaron que era el mismo tiburón que habían visto antes y que el palo de mangle había retoñado y había formado una mata y el tiburón lo llevaba de un lado a otro.
También Pipo, otro contó que una vez en Juangriego, cayó un tremendo aguacero que entre sus aguas trajo peces y la gente empezó a recogerlos porque estaban saltando. Al escuchar otro pescador eso, dijo: "Y eso no es nada, compay, para lo que pasó en El Tirano, pues allá también cayó una lluvia y también trajo pescados, pero ya venían entre un plato, fritos y acompañados de su respectiva arepa.
Pipo escuchó atentamente al periodista, pero no entendió mucho, aunque por los gestos y la risa entrecortada de Juancho, comprendió que habían ciertas exageraciones y por eso comentó: "Esos pescadores como si son embusteros, Juancho".
"La verdad es que no sé, Pipo, pero lo que si hay que reconocerles que tienen imaginación en sus cuentos", dijo el periodista y se decidió a barrer el garaje.