Como consecuencia del boomerang generado por las sanciones de Estados Unidos y los países miembros de la OTAN contra Rusia, el gobierno norteamericano asumió bajo presión de las corporaciones del petróleo, "suavizar" las relaciones diplomáticas y comerciales con el gobierno de Venezuela, en una jugada clásica del imperio por acceder a nuestras fuentes de energía, materia prima y minerales que en su forma, garantizaría el despegue de Venezuela de la situación de miseria en la que nos sumergió, nuestro nuevo aliado y por otra parte, la estrategia del tío San es generar la desconfianza de nuestros principales aliados en los peores momentos.
Solo falta que vengan a Miraflores Joe Biden y los altos cargos de la casa blanca con unas franelas rojas con los ojos de Chávez y un letrero que diga: "te amamos Maduro", imitando la parodia de Barack Obama, Hillary Clinton y los altos funcionarios del gobierno norteamericano cuando "suavizaron" las relaciones de ambos gobiernos con Libia y su Presidente, Muhamar Gadafi.
Todo el planeta vio en las noticias y redes sociales la infamia de las supuestas armas de destrucción masiva, la invasión y destrucción de este país, el robo de sus reservas internacionales y el sadismo como asesinaron a Cadafi.
No es que sea paranoico pero con un gobierno que tiene un récord Guiness en invasores, crímenes de lesa humanidad y saqueo, no se puede esperar algo bueno por aquello de que, "los caminos al infierno están empedraos de buenas intenciones".
Pero saliendo del archipiélago de motivos, dudas y contradicciones que este "matrimonio" genera, es importante analizar el momento histórico y su impacto.
Porque resulta que sin la decisión soberana de Rusia de poner en marcha la operación militar para desmilitarizar y desnazificar Ucrania con el fin de proteger a los pueblos de Donbask y Luhansk, después de la campaña de guerra sucia de Estados Unidos y la OTAN, que al final dejaron solo al gobierno títere de Ucrania y desde lejos, optaron por sancionar y bloquear a Rusia.
Pero lo que ellos no tomaron en consideración antes de lanzar su ofensiva mediática, diplomática, económica y financiera contra Rusia, es su rol de gran proveedor seguro de energía, minerales y otros bienes y servicios que al bloquearla, surgirían dos posibilidades: que Rusia les dejé de vender encareciendo la vida del ciudadano de a pie y la otra, que Rusia decida como al final hizo, vender sus bienes y servicios en Rublo, ya activado con China, India y otros países, pero lo que llama la atención es que hasta Arabia Saudí acepto comprar y vender en otras divisas distintas al dólar, comenzando la tan anunciada muerte de la hegemonía de un papel moneda que no tiene respaldo.
La acción del gobierno de Rusia en respuesta a las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea es un duro golpe al acuerdo de Bretton Woods y la hegemonía del dólar como divisa internacional, de acuerdo a la opinión de Vladimir Putin, porque es una moneda sin respaldo y que tampoco es confiable.
Nuestro país, tiene una posición muy influyente en este momento y lo digo por mí, me parece un error histórico instalar el diálogo y comenzar a ceder terreno, certificando los temores de la izquierda trasnochada de que nos están metiendo una sobredosis de neoliberalismo con el discurso gatopardiano de "los hijos de Chávez".
Negociar con un imperio en decadencia es venderle el alma al diablo porque nuestra relación, confianza y respeto está en otras latitudes, cuando Estados Unidos y los gobiernos la ultraderecha de la Unión Europea y América se asociaron para financiar el terrorismo, el golpismo, las sanciones, el bloqueo y el robo de nuestras reservas y empresas en el exterior, vimos la solidaridad de los países que hoy el gobierno da la espalda por la oportunidad de ganar unos dólares que en un futuro no muy lejano, se volverá polvo cósmico.
Es sumamente grave sentarse, negociar y ceder terreno a los causantes de la tragedia que vivió nuestro país, porque con todo el dinero del mundo no nos van a devolver a nuestros seres queridos fallecidos como consecuencia del bloqueo, las familias que se fueron al exterior no van a recuperar su vida por el acuerdo del gobierno con Estados Unidos y los gobiernos que confiaban en nosotros y que forman parte del nuevo polo de poder político, económico y social nos verán como traidores.
Hacer un acuerdo con Estados Unidos es tan criminal como lo que ellos hicieron contra nuestro país porque ya veremos a los de la solidaridad mecánica decir que con esto, Estados Unidos está reconociendo a Maduro pero lo que no dirán es que con esto, Maduro está entregando nuestra soberanía Nacional subordinado al gobierno al FMI, BM y todos los organismos que nacieron con el moribundo acuerdo de Bretton Woods.
Hasta la victoria siempre.