Ataque disruptivo y de contraofensiva, que cambió el curso de la guerra de Rusia a Ucrania

Miércoles, 06/04/2022 12:17 AM

Tomado de la Revista Arte y Ciencia Militar, cuya editorial es del tenor siguiente:

"… Sun Tzu versus Clausewitz Editorial de la Revista Arte y Ciencia Militar 1 de abril de 2022

El arte operacional soviético se desarrolló, en los años veinte y treinta del siglo pasado, de la mano de un destacado grupo de pensadores rusos que revolucionaron el pensamiento militar de la época. Podemos citar a Tukhachevsky, Varfolomeev, Svechin, Triandafillov, Shaposhnikov e Isserson, entre otros. Este pensamiento militar estuvo influenciado por la obra póstuma del prusiano Carl von Clausewitz: De la Guerra, quien lo desarrollo a partir del modo de hacer la guerra de Napoleón Bonaparte. En una simplificación extrema del contenido de esta doctrina, podríamos decir que el arte operacional ruso nació cuando a la Armada, la Infantería, la Artillería, la Caballería y la Ingeniería de Bonaparte, los referidos pensadores militares rusos le agregaron tanques y aviones de combate.

A esa nueva concepción operacional la denominaron: La Operación en Profundidad: La Operación en Profundidad consiste en ataques simultáneos sobre las defensas del enemigo por la aviación y la artillería en toda la profundidad de las posiciones defensivas, penetración en la zona de defensa por unidades acorazadas, con un rápido paso del éxito táctico al éxito operacional con el objetivo de envolver y destruir al enemigo. El papel principal es jugado por la infantería, con el apoyo del resto de los diferentes tipos de fuerzas trabajando en el interés de la misma1.

Durante la Primera Guerra Mundial esta concepción fue pasada por alto; la maniobra militar se limitaba a una estática guerra de trincheras donde las bajas en combate alcanzaron los veinte millones de muertos.
Los alemanes fueron los primeros en utilizar esas ideas para configurar una concepción operacional que ellos denominaron la Guerra Relámpago. Los aliados no tardaron en adoptarla y con ésta pudieron alcanzar la victoria, en la Segunda Guerra Mundial.

La última vez que se utilizó esta concepción doctrinaria fue durante la Segunda Guerra del Golfo Pérsico, llevada a efecto entre el 20 de marzo de 2003 y el 1 de mayo de 2003. A partir de allí los Estados Unidos desarrollaron el concepto de la Guerra del Multidominio.

Los ucranianos no han adoptado ninguna de estas modalidades; se enfrentan a Rusia con una modalidad de guerra irregular muy influenciada por el pensamiento de Sun Tzu. Si quisiésemos hacer una síntesis extrema de la obra de este autor, podríamos resumirla en la siguiente frase: "Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño. El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar".

La primera frase significativa con la que nos conseguimos es la referida al Estado: La guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien. No reflexionar seriamente sobre todo lo que le concierne es dar prueba de una culpable indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que nos es más querido; y ello no debe ocurrir entre nosotros.

Los ucranianos han tomado esta frase al pie de la letra, si pierdan esta guerra, su supervivencia estará en juego; pasarán a ser esclavos de Rusia, y Ucrania desaparecerá como Estado

Cinco son los factores que se deben tomar en consideración, según Sun Tzu: la doctrina, el tiempo, el terreno, el mando y la disciplina3. La adopción de la guerra asimétrica como doctrina ha permitido desconcertar al enemigo; estos esperaban envolver a los invadidos con una rápida maniobra en la que la velocidad de los tanques, el poder de fuego de la artillería, la neutralización de los medios aéreos del contendor por un sofisticado sistema de defensa aérea, la supremacía en el aire por parte de aviones de combate de quinta generación y el dominio del mar por una flota invencible serían la diferencia. Como resultado final, una victoria rápida y contundente. Que podía salir mal. Todo salió mal.

Los ucranianos no estaban dónde se esperaba que estuvieran. No había objetivos que capturar, enemigos que asesinar, líneas defensivas que sobrepasar, reservas tácticas que destruir, líneas de comunicación que cortar, puestos de mando que neutralizar. Lo que si había era un frio implacable que congelaba la sangre en las venas; una espesa nieve que impedía la maniobra, dificultaba el reabastecimiento y obstruía las avenidas de aproximación por las que debía progresar el ataque y, sobre todo, un pueblo dispuesto a morir por preservar su libertad.

El tiempo, el de los rusos era escaso. Dos o tres días, a lo sumo; todo lo que necesitaban para una rápida victoria lo llevaban puesto encima: alimentos, combustibles y lubricantes, munición, repuestos y partes de recambio para vehículos y sistemas de armas, medicinas, y en resumen, todo lo que la guerra necesita para mantener a la fuerza invasora en condiciones de combate. Pronto, todo lo que llevaban comenzó a escasear y a minar la capacidad operacional de la tercera fuerza armada del planeta. Si algo les sobra a los ucranianos es tiempo: "De aquí a la Eternidad". No luchan por obtener una victoria, lo hacen por su supervivencia.

El terreno, los rusos hubiesen preferido luchar a campo traviesa; en espacios abiertos donde la amplitud y extensión del territorio hubiesen facilitado los ataques en profundidad, el rápido desplazamiento de las unidades blindadas, las maniobras envolventes, la concentración de los fuegos de artillería y el apoyo aéreo masivo. Los ucranianos prefirieron esconderse en la espesura del follaje, las trincheras dispersas a la retaguardia del adversario y los edificios de las ciudades. Desde allí han dirigido ataques certeros que han mermado progresivamente el poder de combate de los rusos.

El mando, es indiscutible que existe una diferencia abismal entre el liderazgo militar ruso y el ucraniano. Los rusos han demostrado una incapacidad supina para comandar a sus subordinados. Desde el más alto nivel hasta los rangos inferiores. Han cometido torpeza tras torpeza, error tras error. No han sabido adaptarse a las circunstancias ni enfrentar situaciones imprevistas; traían un guion preestablecido y no han encontrado respuestas para una situación que cambia día tras día. Los líderes ucranianos, por el contrario, son ingeniosos y proactivos; cada día encuentran nuevas formas para engañar al adversario, ubicarlo en condición de desventaja, explotar sus debilidades y maximizar las fortalezas de sus subordinados.

La disciplina, los rusos no pasan de ser una montonera bien armada, una horda desordenada y caótica. Su indisciplina se demuestra cada día, hasta el colmo de insubordinarse a sus jefes directos, desertar de sus posiciones de combate, abandonar a sus compañeros, vender sus vehículos y tanques, rendirse ante el enemigo sin pelear y hasta asesinar a sus generales.
Los ucranianos practican una especie de disciplina informal donde se establecen relaciones sinérgicas entre los componentes de la fuerza militar, sea esta regular, irregular o extranjera, y se establecen flujos de trabajo e información que reducen el desperdicio de tiempo y recursos, agregan valor a las acciones tácticas y mejoran la eficiencia del combate. Hasta el punto de que, en su conjunto, la fuerza militar que enfrenta la invasión rusa está en continuo desarrollo de su potencial de combate; es como un organismo vivo que absorbe recursos, incluyendo a los del enemigo, y los convierte en poder militar. No hay manera de que los rusos puedan derrotarla.
Ahora bien, y volviendo al aspecto doctrinario, qué alternativa nos queda si obviamos el pensamiento de Sun Tzu y Clausewits. Los estadounidenses se han adelantado a rusos y chinos y han creado un marco doctrinario que no tiene nada que ver con ninguno de los referidos autores. Su nueva doctrina se basa exclusivamente en los adelantos tecnológicos: La Batalla del Multidominio. Allí podrán abrevar los militares ucranianos, pues incluye la guerra en las megaciudades y la cibernética. Precisamente, este es el tema de nuestra sección de la Ciencia Militar.

Referencias
1) Instituto Español de Estudios Estratégicos, El Arte Operacional Ruso: de Tukhachevsky a la actual Doctrina Gerasimov, Miguel Campos Robles, 28 de marzo de 2018, pág 7. 2) Sun Tzu, De la Guerra, pág. 3. 3) Obra citada, pág. 4…"

Del arte de la guerra moderna, con tecnología de punta y asimetría de última generación; a una defensiva y contraofensiva acción de ataque disruptivo.

El arte de la guerra, se la metió en el bolsillo, nada menos que un comediante. Quien con cálculos fríos, atestó un certero ataque, más que operacional. Fue sumamente estratégico, de proporción catastrófica para el enemigo.

Una vez más, el factor disruptivo se impuso y causó ruptura en la cadena de eventos del fragor de la guerra,

Yo en lo particular comencé admirar con respeto a ese pequeño David, quien sin duda está causándole estragos a ese moderno Goliat envestido de tecnología militar de avanzada.

Sí, me refiero a ese héroe de nombre Volodimir Zelenski. Los altos oficiales sesudos veteranos de guerra, pero de salón; están maravillados con esa acción contraofensiva, perpetrada en el depósito de combustible no sólo de gasolina de vehículos pesados y de guerras, sino también gasolina de avión.

Sí, en la plena Rusia, una hazaña suicida en incursión nocturna con dos aeronaves con misiles que dieron en el blanco, y las aeronaves regresaron a Ucrania sin novedad.

Lo cual dejó a RUSIA sin poder movilizar sus máquinas de guerra y si Zelenski tuviera en sus manos más poder militar, o sea apoyo de la OTAN, ya Rusia a estas alturas, después de la eliminación del combustible le tocaría recular porque el otro ataque iba a ser en los depósitos de alimentos.

Sin duda una extirpación de corte quirúrgico o lo que es lo mismo, una defensiva y contraofensiva acción de ataque disruptivo.

Hasta la próxima entrega

 

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