Diario de una Cuarentena Capítulo 365

Escribiendo en Domingo de Ramos

Domingo, 10/04/2022 09:38 AM

A 756 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en la finalización de la semana 108 de esta contingencia, y siendo el domingo 10 de abril de 2022, estamos en plena Semana Santa o Semana Mayor, y más específicamente en el Domingo de Ramos.

El domingo de ramos es la fecha que se recuerda la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, en su tercera pascua luego de comenzada su misión en la tierra. Al entrar Jesús a la ciudad santa, montado en un burrito en gesto de humildad y sus seguidores recibiéndolo con vítores y palmas, hacían el símil de recibir al mesías, al rey de los judíos que les traería liberación al pueblo judío de las opresiones que vivían, en este caso, por la dominación romana.

Pero la liberación que pregonaba Jesús de Nazareth era de otra índole: era la liberación del alma, del espíritu humano.

Quien iba a imaginarse que, en menos de una semana, Jesús sería traicionado por uno de sus discípulos, por Judas Iscariote, vendido por 30 monedas de plata, fue golpeado, escupido y humillado por los escribas y fariseos de su época, condenado a muerte, crucificado, muerto y sepultado, para luego de haber descendido a los infiernos, resucitar al tercer día.

Este mensaje de esperanza, de que a veces todos debemos, a nuestro modo y a nuestra manera, vivir nuestros procesos, a veces morir un poco y a veces resucitar, de alguna manera nos ocurre o nos pasa de alguna u otra manera.

Este episodio que narro de Jesús de Nazareth tiene réplicas, como por ejemplo con el ave fénix, aquella ave mitológica de fuego que renace de sus cenizas y cada vez con mayor fortaleza. Es un ejemplo que se me viene a la mente cuando escribo estas líneas.

Y bueno como lo he expresado, cuando el año pasado, la semana santa la pasé confinado como la mayoría de todas y de todos ustedes, lejos del afecto de seres muy queridos por mí. Creo que eso fue una de las cosas más duras que nos tocó afrontar en pandemia.

Por eso que, en esta Pascua, me recargó de energías para los nuevos retos que me esperan, pero con renovadas esperanzas del afecto de mis seres queridos y de que el hogar siempre es en donde esté tu corazón.

Vaya desde aquí mi abrazo y mi afecto a todos, todas y todes que después de dos años bien difíciles, algunos podrán disfrutar este año de este asueto de la Semana Mayor.

¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!

¡Independencia y patria socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

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