Hoy quisiera despejar la duda que tengo con la explicación de lo que considero un vicio propio de presuntos defensores del pueblo, sean de izquierda o derecha, si adoptan este tipo de conductas son fachos.
En los últimos tiempos la política se ha convertido en un negocio en todos los sentidos, me voy a referir a partir de mi posición como testigo presencial de varias circunstancias que considero importante revisar y corregir.
Primero está la condición del aspirante a candidato de cualquier nivel sin distinción, para tener opción candidatural debe debe ser descendiente de una familia acaudalada, portador de mucho dinero y propiedades o ser amigo de uno de los jefes de las sectas poderosas, siendo así o no, tiene que "ofrendar" su victoria a financistas que apadrinen la candidatura.
Al convertirse en candidato tiene que mantener la maquinaria electoral que solo se puede mover si hay plata, construir y mantener aliados qué también tiene un costo sino se logra imponer por encima del ámbito correspondiente y al final, llevar mucha plata a las calles en cada actividad proselitista, también entre los militantes y activistas hay que "invertir" algo de dinero.
Si el candidato pierde no hay novedad, el convenio con el diablo era claro "si ganaba" pero perdió, mientras que al ganar se presenta el escenario que pasa desapercibido pero es muy visible para todos.
El gobernante comienza a culpar al gobierno anterior y barrer como toda escoba nueva, luego comienza a hablar de los beneficios de privatizar la recaudación de impuestos y los servicios públicos, así se le va el gobierno, pagandole al diablo porque le vendió el alma para ganar.
En nuestro amado Estado Zulia en general y Cabimas en particular ocurre algo demasiado parecido a lo antes descrito y quisiera estar equivocado pero como decían nuestros viejos: "yo conozco al pájaro por la cagada", estoy seguro que eso es lo que está ocurriendo ante la vista de todos.
El señor Manuel Rosales comenzó con la suspensión del programa de becas universitarias, según él, para su revisión y mejoramiento, mientras viene planteando en materia de salud "el nuevo modelo de gestión", que nada tiene de nuevo un modelo caducó que aplicó en su gobierno anterior porque además está fuera del rango Constitucional del artículo 102.
En Cabimas el señor Nabil y su equipo se encargaron de mentir al decir que no recibieron la memoria del catastro y Hacienda Municipal y que con eso se les dificultaba la recaudación de impuestos, cosa que es falsa pero lo que si fue patética es la supuesta oferta engañosa de "exhonerar" impuestos a los empresarios que lo apoyaron, teniendo el plomo en el ala de que la recaudación con la volatilidad económica que vivimos los últimos años había afectado el ingreso local y que aprovecho para ir creando las condiciones para incrementar por cualquier vía la recaudación y lo último, la entrega a una empresa de la recaudación de impuestos que se ganaría el 10% de TODO lo recaudado al municipio.
Por lo antes expuesto es que me hago la pregunta razonada, ¿Le vendió el alma al diablo el alcalde de Cabimas Nabil Maulouf? Sino es así, lo de la empresa recaudadora de impuestos y las privatizaciones de las que hablan sus asesores son mentiras pero si es verdad, tenemos que cerrar filas y llevar hasta las últimas consecuencias estas acciones ilegales e inmorales que solo permiten la acumulación de capital económico de una minoría sobre el instinto de las mayorías, véase es la lógica capitalista.
Ya estamos entendiendo porque la gente humilde con problemas de salud no tiene respuesta de la alcaldía y porque el alcalde y su equipo se han vuelto unos influenser en las redes sociales tratando de ganar indulgencia con escapulario ajeno, sino vean lo que dijo este señor durante la presentación del informe de los 100 días de gestión: "que gracias a su gobierno llegó el agua en Cabimas", sin haber aportado un céntimo asume que él resolvió un problema que se venía planificando y ejecutando desde años anteriores con un trabajo sincronizado de los tres niveles de gobierno cuando él le estaba vendiendo el alma al diablo para ser candidato.
¡Hasta la victoria siempre!