Entre el confuso pensamiento y el mudable sentimiento, en la resolutiva optimalidad pretendida, ha de moverse, a mas y a más, la mujer y el hombre. La mujer atoca, endenantes, a mas y a más, pero empero, primero el medio maleoiano profundo, equilibrio dinámico dialéctico difuso, la resolutiva optimalidad pretendida, endespués, el hombre, entre el consciente y el inconsciente hasta lograr el equilibrio dinámico dialéctico difuso, como si fuera el sube y baja del paradójico parque párvulo infantil. La mujer sostiene con rigurosidad plena el principio romano, a según el cual, primero en el tiempo, primero en el Derecho y en el derecho, y, no por lo de la costilla bíblica, sino mas y más bien por una consciencia despierta temeraria a cualquier espiritualidad, a la que es relegada, por miedo milenario del hombre a que la mujer se subleve y lo desplace y lo supere en el entendimiento y en la estética ética espiritual, y, es lo que necesita un confuso pensamiento y un mudable sentimiento, y, esto ha de garantizarse en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el carácter feminista profundo que posee la Carta Magna Venezolana. Entre confuso pensamiento y mudable sentimiento, a la mujer no hay quien la supere, y, sostiénese en equilibrio dinámico dialéctico difuso, mas y más que el macho. Y, ningún hombre ha de decir que ha penetrado y sabido del confuso pensamiento y mudable sentimiento de una mujer, no lo hay en el mundo. Ninguno, por cierto. Mas y más, pero y empero, La constitución venezolana, la tiene, y, aun y aún, mujeres que no lo saben. La insistencia ha de ser sostenida, y, las mujeres han de emanciparse en lo jurídico por loable reconocimiento del Comandante Chávez, que no reculo, ni se achicopaló, ni tuvo que titubear, ni vaciló, por lo que le metieran el teodolito jurídico constitucional a La constitución venezolana, lo de la mujer en igualdad de género y en igualdad de participación en toda actividad sin discriminación ni exclusiones aristotélicas exclusivas. Y, pese a esto, surgió la Ley de protección a la mujer, que en cualquier momento histórico, habrá de eliminar por disfuncional, que basta con el articulado de La constitución. Y, como tiénese dicho, para de aquí y para adelante, que entre el confuso pensamiento y el mudable sentimiento, en la resolutiva optimalidad pretendida, ha de moverse mas y más empero y empero, la mujer que el hombre que tarde en lograr el equilibrio. La mujer atoca, mas y más, pero empero, primero el medio maleoiano profundo, la resolutiva optimalidad pretendida, que el hombre que tarda en lograr la compleja armónica simultaneidad contradictoria heraclitoiana.
Con digresión y sin digresión, que entre el confuso pensamiento y el mudable sentimiento, en la resolutiva optimalidad pretendida, ha de moverse, a mas y a más empero y empero, la mujer que el hombre. La mujer atoca, mas y más, pero empero, primero el medio maleoiano profundo, la resolutiva optimalidad pretendida, que el hombre, que es lerdo y lento en lograr el equilibrio por el complejo histórico subyacente en lo consciente y lo inconsciente de siglos. Entre lo consciente y lo inconsciente, entre los puntos débiles y los puntos fuertes, y, en el ataque por medio del fuego caliente de las ideas, endenantes, la mujer en la resolutiva optimalidad pretendida, la mujer en la mejor resultante esperada, la mujer en el mejor resultado esperado, la mujer en la optimalidad pitagórica, y, endespués el hombre, lerdo y lento en el equilibrio. Y, porque y para el logro del equilibrio dinámico dialéctico difuso diplomático dialógico diabético, porque este equilibrio, lento en el hombre y ligero en la mujer, es cuestión de nalgas tanto de la mujer como del hombre, y, a sabiendas que para los venezolanos es constitucional, y, ha de ser continental. Y, que ningún hombre ha de decir y no lo hay en el mundo, ninguno, por cierto, que haya penetrado y sabido del confuso pensamiento y el mudable sentimiento de una mujer. Y, quizás y sin quizás, en el fondo pero empero en el fondo muy profundo imperceptible en el hombre, en que hay un sentimiento aristotélico exclusivo, y, lo de exclusivo deviene del principio del tercio excluso de la lógica aristotélica de bachillerato. Y, no en otro planteamiento del filósofo de Estagira, en que en su mayoría de sus planteamientos por lo demás de sus planteamientos ha de existir un grande y máximo respeto, tanto más en La moral del filósofo estagirita del exceso y del defecto, en que necesariamente ha de haber un medio, que no en el principio del tercio excluso de La lógica de Aristóteles. A mas y a más, y, que todo esto es de la culpa de la curiosidad y del discernimiento de este cura raro ignaro cleuasmo asno. Y, como tiénese dicho que en la resolutiva optimalidad pretendida, ha de moverse, a mas y a más, empero y empero, la ligera mujer y el lerdo hombre entre el confuso pensamiento y el mudable sentimiento.
Con divagancia y sin divagancia en la resolutiva optimalidad pretendida, ha de moverse, a mas y a más, empero y empero, la ligera mujer y el lento hombre, y, que ningún hombre, ninguno, por cierto, no hay en el mundo, que ha de decir que ha penetrado y sabido del confuso pensamiento y mudable sentimiento de una mujer. La superioridad de la mujer en la resolutiva optimalidad pretendida, en el medio maleoiano profundo de todos los casos correlativos límite contradictorios caliginosos, asina asín ansí así, a mas y a más, en los aspectos armónicos límbicos antagónicos ambiguos, se ha de deber a la calidad límbica limite contornada cadenciosa de la ligera mujer y de los lerdos hombres, y, ya lo expresaron los Vedas, entre el ser y no ser, entre el algo y la nada, en que al través y en de por medio por la calle de en medio, ha de estar la indeterminación védica profunda entre la determinación y la indeterminación, entre el la mujer y el hombre, entre tú y yo. Y, endenantes la indeterminación védica profunda es como decir la resolutiva optimalidad pretendida. Y, endespués, la resolutiva optimalidad pretendida es como decir la optimalidad ortogonal pitagórica del teorema directo y del teorema indirecto de Pitágora y Sócrates, resolutiva optimalidad pretendida, en que ha de moverse, a mas y a más, empero y empero, la mujer y el hombre, entre el confuso pensamiento y el mudable sentimiento.
Con concordancia y sin concordancia, la resolutiva optimalidad pretendida, en que ha de moverse en equilibrio dinámico dialéctico difuso, a mas y a más, empero y empero, entre la ligera mujer y el lento hombre, entre el confuso pensamiento y el mudable sentimiento, la selección natural profunda es la resolutiva optimalidad pretendida entre lo perjudicial y lo beneficioso, entre el confuso pensamiento y mudable sentimiento, entre el lento hombre y la ligera mujer. Las mujeres tienen pensamientos suicidas con mayor frecuencia y los hombres mueren por suicidio con mayor frecuencia. Helo ahí, lo que se conoce como la paradoja de género en el suicidio. Paradoja que ha existido en la noche de los tiempos, que no acabara ni rematara con el padre y abanderado de la dialéctica Heráclito de Éfeso, que sufría de una grave enfermedad, la hiperhidrosis, y, que por tal enfermedad Aristóteles lo expulsara de La política, no obstante y sin embargo Heráclito sobreviviera con las moscas familiares inevitables golosas a su enfermedad en un tambor de mierda solidaria vecinal, y produjera su paradoja de la catedral catacresis y del templo oxímoron cleuasmo quiasmo río efesoíta, en que un río no es dos veces el mismo río y es el mismo río las dos veces, y asina asín ansí así explicaba su filosofía modelada en el río en que margullera la paradoja parada de género en el suicidio. Y, como tiénese dicho, y, en lo tocante a las paradojas dichas, es un desafío a la lógica aristotélica del principio de exclusión, que no admite término medio entre dos términos contradictorios, y, no sabía Aristóteles que en el camino comino medio budaiano y en la tensiva armonía simultánea contradictoria heraclitoiana, de la ecléctica y de la sincrética, ha estado está y estará, en el medio maleoiano profundo de todos los casos correlativos límite contradictorio caliginosos, que no es otra cosa que la resolutiva optimalidad pretendida, en que ha de moverse en equilibrio dinámico dialéctico difuso, a mas y a más, empero y empero, entre la mujer y el hombre, entre el confuso pensamiento y el mudable sentimiento.
Si entre el confuso pensamiento y mudable sentimiento, en la resolutiva optimalidad pretendida, ha de moverse, a mas y a más, la mujer y el hombre. Entonces sea dicho que el confuso pensamiento y mudable sentimiento, en la resolutiva optimalidad pretendida, es el medio maleoiano profundo de todos los casos correlativos límite contradictorios caliginosos Maleo 2001. Ergo vergo sea dicho que el confuso pensamiento y mudable sentimiento, en la resolutiva optimalidad pretendida es una paradoja. Ergo vergo sea dicho que todas las paradojas del mundo margullen en la paradoja del río de Heráclito, en que un río no es dos veces el mismo río y es el mismo río las dos veces, asina asín ansí así, tanto como la paradoja del suicidio, la paradoja entre la mujer y el hombre, entre el confuso pensamiento y el mudable sentimiento.