Cáscara Amarga 566

La perrita negra de hermosos ojos caliginosos

Domingo, 01/05/2022 10:26 AM

La perrita negra de hermosos ojos caliginosos, de una especie, aun y aún, quizás y sin quizás, empero y pero por descubrir, y, su dueño y su dueña, no saben lo que tienen, porque la perrita negra de hermosos ojos caliginosos, es de una raza, similaricadente a un perro índigo con altos niveles de empatía y comprensión inefables, que ha llegado a mi rancho que se llueve llora moja, de modo inadvertido, y, asomada a la puerta de la verja, y, con aquella colita en sincronizado movimiento armónico simultáneo contradictorio heraclitoiano, me llamaba y con sus callados ladridos gemidos y lloriqueos, y, aquellos hermosos ojos grises saltarines, me indicaban que le abriera y la tuviera manque sea por una perra. Y, asina lo hacía, y, entraba directo a la paila de comida en el brocal frontero y acera de la casa. Y, prosista la perrita negra de hermosos ojos caliginosos, porque no masticaba las blandas carotas de su color índigo ebrio, e ingurgitaba las carnes embutidos y jamones de la comida que resguardo en mi cochina cocina para la semana y aun y aún, para la quincena, que, y los blandos frijoles, no eran las caraotas negras de gusto de la perra. Y, ella me decía golosa ¡A la carne voy! Devoraba aquello de modo raudo, y, dejaba las caraotas que mi paraulata cantarina llorona llanera cojedeña se jartaba gustosa. Al final, a la charca de agua de la batea de las matas del recibo, que tomaba el agua de las matas de mi compañera ida. Y, remataba la perrita negra de hermosos ojos caliginoso, echada entre la puerta de entrada y el marco de la cocina, hasta que dormía y se levantaba en busca de la calle, pues convirtióse, mi perrita negra de hermosos ojos caliginosos, en perra callejera. Y, escribía este cura ignaro raro cleuasmo asno, La cáscara amarga, y, la perrita sabia ingeniosa empática simpática, me ponía la patica derecha en mi pierna, y, me decía que le abriera la puerta, y, con respeto merecido, yo acusábale recibo. Y, agora ahora hogaño, no tenía en mi mente imaginaria creativa, que escribir, y, llegaba la perrita negra de hermosos ojos caliginosos, a la puerta, y, le abría la reja, se me abría el magín para escribirle esta Cáscara Amarga, que estás leyendo, y, me salvara la patria y el escritorio, mi perrita negra de hermosos ojos caliginosos.

Con digresión y sin digresión, la perrita negra de hermosos ojos caliginoso, en reminiscencia y en el olvido, mi compañera ida, me decía, en esos pre trágicos momentos en su vida enloquecida trastrocada en su tratable enfermedad controlable, me decía, de la, de ella: Que en su propio yo, había una perra negra que la veía que se le venía encima con agresividad impulsiva, y, la convidaba a la muerte suicida. Y, yo, ya habíale contado lo de la perra negra en el yo interior de Winston Churchill, que se le aparecía al político, militar, escritor y estadista británico que se desempeñó como primer ministro del Reino Unido de 1940 a 1945, durante la Segunda Guerra Mundial. Y, Winston Churchill, drenaba por con el extremo de la paz, y, drenaba por con el extremo de lo aguado, y, Winston Churchill en la guerra y en el alcohol, en la euforia y la depresión, construyera el odio contra el poderío de la Rusia victoriosa de la segunda guerra mundial, y, helo ahí, agora ahora hogaño, Ucrania y Rusia, de aquellos lodos de entonces del aquel tormento antaño. Y, como tiénese dicho, que como aparecíasele a mi compañera ida, de temerarias ansias suicidas y depresiones autodestructivas de cortarse la vida en féretro de fuego de Santa Eladia, día de mi progenitora, día de Lucrecia Eladia de 94 años, la bracera guerrillera tinaquera. Y, que para ella, mi madre, que hoy es siempre todavía, y, que Dios me le dé vida y salud por otros largos años más de existencia. Y, a este cura ignaro raro cleuasmo asno, en mí, me dé impulso, impulso, impulso para atocar mi divino sepulcro. Y, aquella perra negra agresiva alcohólica impulsiva churchilliana endemoniada, veníasele encima a mi compañera ida. Y, ¡Qué no! y ¡Qué no!, y, mil veces ¡Qué no! la mi similaricadente, la mi empátíca simpática comprensiva inefable, la mi perrita negra de hermosos ojos caliginoso.

Con divagancia y sin divagancia, la mi perrita negra de hermosos ojos caliginoso y la aquella perra negra agresiva alcohólica agresiva impulsiva churchilliana endemoniada, casos correlativos límite contradictorios caliginosos, Churchill era extremista exclusivo aristotélico con la misma cachadura de George W Bush y mi compañera ida con la misma ternura de la Virgen de Coromoto, aspectos armónicos límbicos antagónicos ambiguos, y, por el que ha de existir, necesariamente inevitablemente forzosamente, al través y en de por medio el medio maleoiano profundo, como si fuera de la Moral de Aristóteles del exceso y del defecto, o sea y es decir, el medio aristotélico abismal. Por el que ha de existir, necesariamente inevitablemente forzosamente, al través y en de por medio el medio como si fuera la síntesis entre la tesis y la antítesis de Hegel y Marx. Por el que ha de existir, necesariamente inevitablemente forzosamente, al través y en de por medio el medio como si fuera la slash diagonal hipotenusa contrarrecíproca ad absurdum mayéutica, la optimalidad ortogonal pitagórica, entre el teorema directo y el teorema indirecto de Pitágoras y Sócrates. Por el que ha de existir, necesariamente inevitablemente forzosamente, al través y en de por medio el medio como si fuera la resolutiva optimalidad pretendida, la mejor resultante deseada, el mejor resultado esperado entre lo consciente y lo inconsciente del torbellino de ideas de La dinámica de grupos de Cirigliano y Villaverde. Y, como tiénese dicho que entre los casos correlativos límite contradictorios caliginosos ha de estar el equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético, y, necesariamente forzosamente inevitablemente, el medio maleoiano profundo, entre la mi perrita negra de hermosos ojos caliginoso y la aquella perra negra agresiva alcohólica agresiva impulsiva churchilliana endemoniada, ha de estar por la calle de en medio, como si fuera el medio maleoiano profundo, la budaiana ecléctica sincrética sintética profunda abismal abisal mi perrita negra de hermosos ojos caliginosos.

Si mi perrita negra de hermosos ojos caliginosos y de con altos niveles empáticos comprensivos inefables, dábame pedagógicas didácticas lecciones, entre lo hermoso y lo horrible, entre la depresión y la euforia, entre la alegría y la tristeza, y, dábame pedagógicas didácticas lecciones entre el entendimiento y la estética ética espiritual. Entonces sea dicho que la perrita negra de hermosos ojos caliginoso es medio maleoiano profundo de todos los casos correlativos límite contradictorios caliginosos Maleo 2001. Ergo vergo sea dicho que la perrita negra de hermosos ojos caliginosos es el extremo diametral aristotélico a la perra negra agresiva alcohólica agresiva impulsiva churchilliana endemoniada. Ergo vergo sea dicho que por la calle de en medio budaiana ecléctica sincrética sintética, con altos niveles empáticos comprensivos inefables, ha de estar la profunda abismal abisal la perrita negra de hermosos ojos caliginosos.

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