Memorias de un escuálido en decadencia
Cumbre
Por: Roberto Malaver
Jueves, 12/05/2022 08:00 AM
Y nosotros siempre sin argumentos, salimos a llamar chavista a López Obrador y al Arce, el de Bolivia; esa es otra vaina, dimos un golpe ahí con la compañera que está presa y torturada por el régimen boliviano, y no supimos defender esa vaina, y ahora, en venganza, el boliviano se la da de arrecho y dice que tampoco va a la Cumbre. Es que vamos a matar al compañero Biden de un infarto. Entre Guaidó y Zelenski tienen loco de bola al compañero Biden, tanto que el hombre cada vez que da la vuelta saluda, así no esté nadie ahí, porque cree que nosotros lo estamos persiguiendo para pedirle otra ayuda más humanitaria que la anterior, o sea una ayuda tan arrecha que saque al dictador de una vez. El compañero Biden tiene el derecho a invitar a esa cumbre al que le salga del forro, porque para eso él es el dueño de la fiesta, se acabó, el sol nos dice que llegó el final. Así que Cuba, Nicaragua y Venezuela, no se vistan que no van.
Menos mal que hay ese peo con Ucrania, porque así en Estados Unidos no se dan cuenta de las metidas de patas que estamos haciendo todos los días. Las encuestas dicen que no tenemos opción. Que no hay liderazgo. Y además, hay un montón de candidatos, hasta el periodista Manuel Isidro Molina se lanzó como candidato para las elecciones del 2024 en una emisora de radio. Uno se lanza en una plaza en una avenida, un estadio, pero en la radio solo se dan golpes de estado, ese hombre se equivocó de lugar para lanzarse. En fin, que candidatos vienen por todas partes, y la compañera Sumate Machado quiere elecciones pero sin CNE, sin observadores, sin testigos, solo ella y su gente para que la proclamen de una vez, una versión de Guaidó pero con gente de mi tierra.
El papá de Margot entró hablando por el celular: “Si, te vienes por la derecha, siempre por la derecha, como si fueras para la Cumbre de las Américas, y llegas a la cumbre, es decir, a mi casa. Bien, te espero”. Apagó el celular y nos vio. Y volvió a decir: “Si no invitan a mi compadre para el matrimonio de Teresa, me arrecho y no voy para esa cumbre matrimonial”. Y siguió caminando hasta el cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro, que la vecina salió gritando: "Dios mío, llévate a este carajo para el otro mundo para ver si me deja en paz”.
-Vida mía, yo, te invito, a que hagamos una fiesta.- me canta Margot