El periodista Juancho Marcano se dedicaba a limpiar y podar las bromelias y se le acercó su perro Pipo y le comentó: "Juancho, sucede que la última vez que hablaste aquí con tu amigo Evaristo, a éste le escuché decir que todo aquel que goce porque están torturando a un perro, no es un humano, es un monstruo, y esto lo dijo un tal José Saramago, que a lo mejor tú lo conoces o sabes quién es, pero lo importante no es quién lo dijo, sino la frase, pues se necesita ser bien degenerado para sentir placer, porque están maltratando o torturando un perro".
El reportero se sorprendió por el comentario de Pipo, aunque últimamente su perro se ha metido a opinar sobre cosas, que ya no deberían causar asombro, pero siempre hay temas que no se esperan de un can.
"Sucede, Juancho, que me contaron que en un pueblo (y sucede en varios) de Venezuela, le estaban pegando a una perrita y la gente hasta se reía y el dueño gozaba más con estos maltratos, y eso se debiera castigar. Por eso yo soy de la idea de que los perros deberíamos tener una ley y aplicarlas nosotros mismos, pues las que tienen ustedes no son tan duras y se le aplican a los pendejos. De tal manera, yo propongo que quien le pegue a un perro, se le meta preso y se le corten los brazos. Igualmente a quien patea a un perrito sin piedad ninguna, se le amputen las piernas y para el calabozo. Así mismo aquellos que son capaces de gozar y reírse de los maltratos que se le dan a los caninos, hay que cortarle la boca y un montón de años de cárcel".
El periodista Juancho Marcano escuchaba en silencio aquella exposición de Pipo y en verdad no quería opinar, aunque pensaba que a pesar de que los castigos que proponía su perro en su ley eran fuertes, no lo parecían porque se necesita ser bien desgraciado y ser monstruo, como dice Saramago, para golpear a un inocente e indefenso animal.
- También, Juancho, esta ley que propongo debe obligar a tratar bien a los perritos callejeros, que si no se les puede dar comida, tampoco se le debe maltratar, sino más bien respetar, de lo contrario, se aplicarán los castigos respectivos. ¿Qué te parece. Juancho?
"Bien, Pipo", dijo el periodista que abrazó a su perro y siguió limpiando las bromelias.