Cáscara Amarga 578
El qué dirán
Por: Miguel Homero Balza Lima
Jueves, 19/05/2022 08:33 AM
Con digresión y sin digresión, el qué dirá, hay que combatirlo con equilibrio entre lo consciente y lo inconsciente, combatirlo con el equilibrio entre el qué dirán y el qué no dirán. Esto pareciera sencillo, y, mas y más, cuando en la persona que no dendrita bien con las dendritas, que han de estar en desequilibrado fiel fidedigno balanceado. La persona no consigue su punto crucial decisivo detrás de su nariz, en donde confluyen todos los sentidos en que ha de estar la salvación en donde ha de estar la cura del cuerpo y de lamente, como el eslogan del deporte venezolano, cuerpo sano y mente sana. El laboratorio corporal humano está por encima del laboratorio corporativo transnacional, esta produce los medicamentos que le produzcan capital, y el laboratorio corporal humano produce el remedio en el punto crucial decisivo para cubrir una necesidad y una insuficiencia. Y, el punto crucial decisivo ha de ser el equilibrio entre el qué dirán y el qué no dirán.
Con divagancia y sin divagancia, el qué dirán, no es una expresión vaga, es una expresión poderosa, sobre la persona víctima del qué dirán. El qué dirán, ha de llevar desenlaces fatales, y, todo por la falta del punto crucial decisivo corporal humano que no está en equilibrio, entre el cuerpo y la mente. El qué dirán, jamás de los jamases, ha de desajustar a una persona equilibrada y bien plantada firme, contornada en el medio maleoiano profundo de lo consciente y de lo inconsciente. El qué dirán, no ha de afectar a una persona, entre natura y persona, que contorna limbica y limita en su propio yo profundo, en su yo interior profundo. El propio yo profundo, el yo interior profundo, el medio maleoiano profundo Maleo 2001, ha de ser materia de Estado, endenantes, ha de desarrollarlos tanto como el desarrollo de la inteligencia, tanto como el desarrollo de la voluntad, tanto como el desarrollo de la libertad, tanto como el desarrollo de la responsabilidad, tanto como el desarrollo de la sociabilidad, tanto como el desarrollo de la sensibilidad, tanto como el desarrollo de la espiritualidad, tanto como el desarrollo de la filosofía de las 4E de Maleo 2001, la filosofía del entendimiento y la estética ética espiritual, y, endespués, decir a voz en cuello: ¡Al carajo el qué dirán!
Con concordancia y sin concordancia, el qué dirán, mata, si no existe el equilibrio entre la vida y la muerte, entre natura y persona. El qué dirán, ha de estar prevaleciendo, mas y más, en la mortalidad que en la inmortalidad. El qué dirán rompe todos los equilibrios. El qué dirán, golpea al medio maleoiano profundo, aporrea al cri cri de las margaritas de don Federico y al ojo de don Francisco. El qué dirán hay que educarlo, entre la escuela y la antiescuela, entre el consciente y el inconsciente. Al cuerpo sano y a la mente sana, el qué dirán no le gana.
Si el qué dirán golpea al medio maleoiano profundo. Entonces sea dicho que el qué dirán aporrea al ojo de don Francisco y al cri cri de las margaritas de don Federico. Ergo vergo sea dicho que el qué dirán, no ha de afectar a una persona, entre natura y persona, que contorna limbica y limita en su propio yo profundo, en su yo interior profundo, en su medio maleoiano profundo, en su punto crucial decisivo. Ergo vergo sea dicho que entre la escuela y la antiescuela, entre el consciente y el inconsciente hay que educar al propio yo profundo, que amaine al qué dirán, que con el cuerpo sano y la mente sana el qué dirán no gana ¡Al carajo el qué dirán!