Cuando hablamos de nuestro hermano Guido Zuleta, nos viene a la mente imágenes y actuaciones de un hombre apacible, medido en su hablar, muy observador, pero con una sapiencia bien administrada sin alarde de ella, Guido fue tras bastidores en su amada FUNDALATIN, el planificador, el maestro, la reminiscencia del nuestro querido padre Juan Vives Suria. No le gustaba el protagonismo, ni la exposición en público, salvo cuando fuera realmente necesaria. Tenía la cualidad de llamarte la atención en privado y con el mayor respeto del mundo. Cuando iba a opinar de un tema sobre un documento que se estuviera redactando, lo hacía de una manera tan pedagógica que todos quedábamos convencidos de que su posición era la adecuada.
Disciplinado, muy disciplinado, para él era sagrada la editorial de su programa "Llego la Hora" de FUNDALATIN, el cual preparada con antelación y adaptaba a la realidad geopolítica del momento. El mismo se transmitía todos los sábados por Radio Nacional de Venezuela desde el 3 de marzo de 2001 (21 años) con 1053 programas al aire.
Con la partida fisica de nuestro querido Guido, FUNDALATIN pierde uno de sus más activos miembros del equipo, como decía la hermana Russian, "Guido es patrimonio de FUNDALATIN". Pues ahora más que nunca sus palabras cobran fuerza, porque Guido deja una huella indeleble en la Fundación, pero también en todos aquellos hombres y mujeres de bien que tuvimos la dicha de conocerlo. Hizo de la defensa de los Derechos Humanos, un apostolado que no tenía horario. Nos enseñó que la ética, era un valor innegociable, que sin ella era imposible la construcción de una sociedad justa y humanista.
Podemos sin temor alguno gritarle al mundo con orgullo, que Guido Zuleta paso, vivió y amo a nuestra Venezuela y la hizo suya como su Bolivia amada.
Estarás en nosotros siempre Guido y usando tu bien conocida frase de despedida, "un beso en cada mano".