El presidente ausente, el país sigue igual

Sábado, 18/06/2022 09:35 AM

Maduro se ausentó del país, por no se sabe bien cuántos días, ni se sabe a ciencia cierta cuál es la finalidad del viaje, sólo nos queda conjeturar, mientras el país sigue igual y empeorando.

¿Por qué el viaje? Las posibilidades son muchas. Puede ser que esté cerrando tratos. En ese caso, en cuestión de algunas pocas horas, no pueden ser sino trivialidades, efectos publicitarios. Acaso esté solicitando algo que se tiene que pedir personalmente, la incertidumbre sigue, ¿qué estaría pidiendo?

Tal vez, y no es aventurado pensarlo, está sacándole el cuerpo a este desastre de gobierno, a la torta que pusieron en el país, en otras palabras, maduro está huyendo de su gobierno, no encuentran qué hacer, el agotamiento los acorrala. Han fracasado y se quedaron sin ideas, sin planes, sólo les queda marear a la opinión pública, los tristes espectáculos de los medios, y ese analgésico ya no les funciona.

El desastre que ha puesto el gobierno madurista no tiene parangón, no se puede maquillar con campañas mediáticas, la emigración de millones desmiente cualquier ficción de recuperación, el éxodo supera récord en el mundo, es el primero de esa magnitud de que se tenga noticias en la América. El país se le disuelve en las manos al madurismo, y el gobierno aterrado no encuentra qué hacer. El viaje a ninguna parte, sin objetivos, es la huida de los destructores del país. ¿Cuántos estarán haciendo las maletas, o aferrados a sus embajadas?

La ausencia de maduro nos afirma una percepción, no hay presidente: Se fue maduro y el país siguió paralizado, no se nota la ausencia, nada se mueve para bien, con maduro o sin maduro todo se deteriora, todo falla, la conclusión es clara: No hay, en la práctica un presidente que haga la diferencia.

Y de todo esto surge una pregunta, una preocupación. ¿Cuánto tiempo aguanta un país a la deriva? Creemos que poco tiempo, la nación se está diluyendo aceleradamente: el éxodo es un indicativo del desastre económico, el manejo a voluntad y conveniencia de las leyes señala el deterioro del Estado, cualquiera del gobierno las patea, los miembros del alto gobierno actúan como jueces, violan la ley a discreción, cualquiera desconoce una orden de excarcelación. Si algo falta para la rebatiña le hacen una ley en horas, este es quizá uno de los pocos países que tiene leyes secretas, el código de la pillería. El país padece una especie de esquizofrenia social y política. La cúpula gobernante se encarga de traspapelar la realidad, la verdad; con ellos de nada hay certeza, nada tiene certificación de la realidad, sólo la ruina material y espiritual, mienten con frescura. Se cumple aquello de que el poder muestra la verdadera condición humana. Y estos gaznápiros, rápido se embriagaron, el poder les desató la soberbia, perdieron el control.

Puede ser que el ausente regrese y nos pinte pajaritos y promesas, pocos le creerán, el país seguirá sin presidente, camino a su disolución. Es la hora de dar un paso al frente; quien calle hoy, mañana se lamentará sobre las ruinas de su país ausente. Es así, lo que hoy nos jugamos es la existencia de la Patria, que fue invadida por el equivalente a un ejército de extraños, que aplica la tierra arrasada, y hasta hoy no nos damos cuenta.

¡VOLVER A CHÁVEZ, SALVAR AL PAÍS!

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