Max Weber abordó interesantes estudios sobre el universo antropológico del hombre y visionó con una amplitud extraordinaria el estudio de las dimensiones religiosas en sus respectivas civilizaciones, de manera inequívoca y estática cada ciudadano viene concibiendo sus equivocaciones sus equivocaciones en este siglo XXI. Nos encontramos frente a un cristianismo helenizado como dogmático, donde no quieren dejarte pensar y, los movimientos cristianos se han convertido en ascéticos desde, las ordenes monacales de la Edad Media, o el de los protestantes del siglo XVI. De modo que Occidente parte del correlativo de otras civilizaciones, bajo la comprensión de una crisis profunda que vive la Sociedad Occidental, desde que un grupo de Izquierda busca voltear los esquemas sociales para esclavizar más al hombre y limitarlo en sus manifestaciones culturales, sociales que, al unir las costumbres y hábitos en los distintos Continentes, buscan conformar un ideario común.
Las clases dominantes, buscan un buen parecido a la religión. Intelectuales como teólogos aplican una ética racional de la salvación, manejando elementos mágicos como rituales que se encuentran estrictamente relacionados con el tema de la gracia. El asunto es obsesionante en las sociedades latinoamericanas en lo concerniente al carácter o rasgos que definen nuestro ser colectivo y, con ello, nuestra historia y devenir.
La sociedad del posmercado viene modificando sus roles. Se habla hasta de un reciclaje educativo mediante la ignorancia. Lo que nos da a entender, la elaboración de nuevos lazos de pertenencia e identidad. Entonces, por primera vez en la historia observamos que sujetos sociales van más allá del mundo privado y, se sienten en plena capacidad y derecho en intervenir en el mundo de lo público.
Entonces, nos encontramos en una actividad de habilidad y destreza para captar jóvenes hacia una economía de valores divididos. El asunto, es como vencer las arbitrariedades. El evangelio, es la herramienta ideal para proseguir engañando personas. Al Foro de Sao Paulo le ha ido muy bien en el establecimiento de gobiernos democráticos como parte de un dominio unipolar a nivel espiritual. La fuerza de la hegemonía es igual, como si fuese multifactorial.
Es una simbiosis cristiana- musulmán y laboral. El plano económico y político es lo que interesa y, es fundamental. El Occidente, no ha logrado un dominio sobre su universo cultural.
Muchos han recorrido el tránsito por saber la verdad hacía el campo político, es una compleja manifestación de la vida humana y, la única manera de marchar La Nueva Izquierda en América Latina es infiltrándose en las virulentas rutas del pentecostalismo. El camino es muy breve para que Nicolás Maduro Moros dedique su sueño a mejorar Venezuela, tal como lo proponen los hermanos Rodríguez y el economista Jesús Farias, todos con sus enfoques han desconstruido el país que ya despuntaba hacia una Gran Venezuela y Fortaleza.
La Iglesia y el Estado, son agentes del conformismo hacia el precepto religioso. Ahora, los fieles son agentes prisioneros de un nuevo tipo de poder, donde la legitimación del criterio ideológico se encuentra en expansión y, que absorbe todas las esferas de la cultura.
Hay una visión global, centralizada y absoluta de poder, donde el énfasis se hace en las obligaciones, derechos y compromisos generales establecidos en todo el cuerpo social y cuya dominación tiene un carácter disciplinario, cuyas células se encuentran desparramadas en los urbanismos haciendo ejercer su autoridad y de control. Es un nuevo tipo de control dado por el Estado al pastoreado y cuyos acuerdos se ventilaron a puertas cerradas en Miraflores. Por consiguiente, hay apreciaciones de diferentes autores o versados que en términos de análisis socio- político y jurídicos dejan sentados sus precedentes en cuanto a la soberanía legal de Las Iglesias.