Las Blasfemias de Juan Veroes. (VI)

Durante 100 años el Dios de los venezolanos habitó en el norte

Sábado, 30/07/2022 02:58 AM

Ya para 1940, cuando yo nací, el mandado estaba hecho. Las dos generaciones anteriores a las mía, o sean los venezolanos nacidos en las décadas entre 1890 y 1910, ya habían claudicado y reconocido a los americanos del norte como seres superiores y genuflexos les rendían homenaje, reconociéndole superioridad a ellos sobre nosotros como Nación. Ya esos venezolanos, cuyos padres y abuelos habían sido los Vencedores del Imperio español, no querían recordar eso. Arruinados, disminuidos y diezmado en pequeños poblados, donde el paludismo y otras enfermedades endémicas hacían de las suya; además sin esclavos a quien extraerle sus fuerzas de trabajo debido a las guerras a muerte que sus anteriores generaciones habían librado, veían boquiabiertos como los gringos vivían en lujosas y confortables mansiones, rodeados de todos los adelantos tecnológicos que inventaban y además se estaban convirtiendo en una gran potencia mundial y ellos soñaban con parecerse y ser como ellos.

Es por las razones anteriores que la generación liderizada por los andinos, que usufrutuaban el poder político a principios del siglo XIX, no aguantaron dos pedidas, para entregarles más de la mitad del territorio nacional a las empresas gringas, para que estas les hicieron el favor de venir a sacarles el "excremento del diablo", como fue considerado ese barro negro que obstaculizaba el desarrollo de la agricultura y la ganadería de la época y que después conocimos como PETROLEO. Fue de tal magnitud la entrega, que todo El Estado, se transformó en una estructura cuyo fin era proteger, servir y salvaguardar la vida y las inversiones de los gringos y gringas que construyeron campamentos y se venían a vivir aquí, contratados por sus empresas matrices cuyas sedes estaban en el norte.

Para los venezolanos de la época y todavía lo es para una gran parte, lo mejor que le habría pasado en la vida era ser contratado por una de esas empresas y dedicarles sus vidas. Quien conseguía eso había logrado lo máximo a que podría soñar un ser humano. Era como entrar al Paraíso. Era el Sueño Americano de hoy, pero hecho realidad en suelo venezolano. Poder entrar a comprar a un Comisariato (tienda instaladas en los campamentos gringos para ellos), era el sueño máximo de una clase media que estaba surgiendo y la cual todavía tiene gran influencia en la sociedad venezolana. Si no entendemos eso, tampoco podríamos entender como era que existía, hasta el primer gobierno de Rafael Caldera, un Tratado de Reciprocidad Comercial, en el cual estaba establecido, que todos los Productos Norteamericanos podían entrar a Venezuela sin ninguna restricción y en cambio los Productos venezolanos debían pagar impuestos para entrar en USA y además cumplir con todas las estipulaciones que ellos crearan. Además, tampoco podríamos comprender como era posible que cada dia Primero del año Nuevo, el gobierno venezolano enviaba a Washington una Comisión para rogarle al gobierno del Norte que aumentara la Cuota Petrolera, o sea que se llevara más petróleo cada año. Y por último, como para que no quede ninguna duda de lo que aquí he escrito, cuando Chávez llegó al Poder en 1998, la Misión Militar del Pentágono tenia oficinas en Fuerte Tiuna y ellos decidían cuales militares venezolanos podían ir a recibir entrenamiento militar en sus Centros de Formación en Panamá y en USA, requisito indispensable para poder ascender y obtener grados dentro de las Fuerzas Armadas Venezolanas.

El lugar exacto donde habitaba el Dios Nuestro de cada dia, era y todavía es Hollywood, la meca del cine y el entrenamiento, lugar donde se construye el Poder Cultural del Imperio para influenciar e imponer la ideología y pensamiento que deben orientar las acciones de todos los habitantes del planeta, tales como lo que deben consumir y a quienes deben obedecer. Todos los productos que salen de Hollywood tienen como finalidad apoyar la penetración cultural del estilo de vida gringa para que éste sea aceptado, consumido y deseado por todo el mundo. Fue tal el efecto del cine hollywoodense, que yo recuerdo en mi adolescencia, haberme puesto de pié, como todos los demás muchachos que asistíamos a las funciones de matinée, a aplaudir al héroe gringo que en esas películas, sobre la Conquista del Oeste norteamericano, despojaban de las tierras a los naturales, cuando el ejército de caballería gringo entraba quemando las tiendas y asesinando indios Apaches, Cheroques o Siux (Tribus dueños legítimos de esos suelos) disparando con sus rifles Winchester y estos se defendían con arcos y flechas. Esa desigual pelea o matanza era presentada ante nuestros ojos como actos heroicos. Igual pasó con los Caribes en nuestras tierras, cuando tuvieron que defender sus tierras y sus vidas durante la conquista española.

Claro que, lo que esas cosas hacían y siguen haciendo, no pensaban ni piensan que eso era y es malo, pues en los 5 libros Sagrados del Pentateuco, dictado por Dios a Moisés, éste les permite y autoriza a hacer esto al Pueblo Elegido de Israel para "salvar" a otros pueblos, cuando estos se resistan a creer y aceptar el mandato de Jehová y lo que Dios ordena, bien hecho está. Es en esta lógica que nace la llamada Doctrina Monroe, la del Destino Manifiesto que nos aplican los elegidos del Norte y con la cual han justificado y se justifican los llamados Católicos y Evangélicos Protestantes por todas las acciones que han realizado y realizan "en favor de la humanidad, la democracia y los derechos humanos" durante los últimos 5 siglos.

He recibido órdenes del más allá que este será mi último artículo como Guerrero, que a partir de hoy deberé escribir como Maestro, pues se me han dado todas las condiciones y herramientas para que así actúe. Las voces internas que me guían orientaran los contenidos de mis próximos escritos. Comunico esto para que los lectores que siempre me han leído por ser un pica pleitos, sepan que ya no peleare con más nadie y que en los próximos artículos solo leerán las enseñanzas que generalmente emiten los llamados Maestros a sus seguidores; en otras palabras se me ha ordenado crear una Escuela que llevará el nombre de EDAS: Escuela de Aprendizaje Socialista y en ella podrán participar todos aquellos(as) que sientan la vocación de hacerse Socialistas practicando el Método de la IRA: Informacion-Reflexion-Accion; compartiendo en grupos de CAS: Comunidades de Aprendizaje Socialistas con el fin de Transformar, Modificar y Mejorar los Ambientes en los cuales desenvuelven sus vidas cotidianas.

En mi despedida como Guerrero, solamente me queda agradecer a todos los que me han acompañado en estas lides, donde la consigna es la de no opción de entre Vencer o Morir, invitándolos a participar en la EDAS, donde la consigna es: Venceremos y Viviremos.

 

 

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