La ley de ZEE, la entrega del petróleo, el instructivo ONAPRE… ¿Por qué no vamos al meollo del problema?

Domingo, 31/07/2022 07:30 AM

Hemos observado cómo el gobierno de nicolás maduro está en pleno desarrollo de su ofensiva neoliberal; una vez logrado un pacto de gobernabilidad con sectores de la oposición, ahora ejecuta las concesiones hechas a la oligarquía, tratando de cuajar un modelo económico de derecha, basado en el saqueo de nuestros recursos naturales, en la entrega de la economía y hasta del territorio al capital privado.

nicolás maduro gobierna para FEDECÁMARAS y a favor de su nueva burguesía y la cúpula militar que lo sostienen en el poder. Eso lo tiene claro la derecha –por eso lo aplaude–, sus partidos aprueban sus leyes entreguistas y guardan silencio ante hechos tan graves para el país, como es el caso de la violación de los Derechos Humanos, la desaplicación de las leyes de la República, la confiscacion de los derechos laborales, la entrega del Esequibo a las transnacionales o la privatización de PDVSA y del petróleo; ellos no dicen nada, pues maduro desarrolla su programa, el que inentaron imponer cuando le dieron un Golpe de Estado a Chávez. Las élites económicas, -los representantes del interés transnacional en el país-, no tienen escrúpulos ni ética alguna, que les impida apoyar a un gobierno criminal, si éste actúa para favorecer su intereses.

Así, la derecha política y la burguesía parasitaria venezolana, hacen gala de su claridad, su conciencia de clase. Mientras a Chávez y su gobierno no nos dieron ni un segundo de tregua –ni siquiera después de muerto–, al gobierno de maduro le tiende la mano, lo aplauden y sostienen.

Ellos, FEDECÁMARAS y la burguesía, sabían que Chávez y el gobierno, estábamos trabajando con el compromiso de lograr profundas transformaciones en el país, en construir el socialismo. Le disputábamos el poder al capital, gobernábamos para el pueblo; de allí, el Golpe de Estado, el sabotaje petrolero, la desestabilización, la intolerancia política y el odio enconado. Estos mismos factores, ayer virulentos y rabiosos, son los que hoy día, tranquilitos y mansos, apoyan a maduro, lo aplauden y sostienen. Por supuesto, a cambio de ello, participan de la rebatiña, la piñata, que les ofrece el gobierno para ganar sus favores: se apropian de PDVSA, de las empresas del Estado, saquean el Arco Minero; y, ahora, tendrán hasta sus propios territorios, llamados eufemísticamente "Zonas Económicas Especiales" DONDE ACTUARÁN A SUS ANCHAS, apropiándose de las empresas públicas (siempre en secreto), sin presencia del Estado, si dejar nada al país, sin importar las leyes, ni los derechos laborales, es decir, el paraíso para el capitalismo rapaz.

No faltarán los tontos útiles del madurismo, que argumenten que lo que sucede es que "el constructor de victorias", doblegó a la derecha del país. Vana ilusión, miopía conveniente para tranquilizar sentimientos de culpa. Lo que sucede, real y objetivamente, es que el madurismo, se entregó a la derecha, gobierna para ellos, ha impuesto un paquete de ensueño del neoliberalismo; y, de paso, barrió con el chavismo. El gobierno cumple al pie de la letra el programa de Carmona Estanga, entonces, ¿para qué enfrentar a maduro? Se tapan la nariz, y siguen agarrando lo que puedan. Ese es el "milagro" madurista.

Pero, mientras la derecha, sus élites y partidos, actúan de manera coherente con su interés, apoyando al gobierno; en la izquierda y el campo revolucionario, pero, sobre todo, en el seno del chavismo, HAY UNA ENORME CONFUSIÓN, UN EXTRAVÍO HISTÓRICO, TREMENDO, que le ha costado muy caro al pueblo, a los trabajadores, y a los más sagrados intereses de la Patria. La dirigencia del chavismo, el PSUV, entregó el legado de Chávez y el Plan de la Patria, las conquistas más importantes de la Revolución Bolivariana, sin disparar un tiro. Resulta que el PSUV era un tigre de papel.

Mientras la derecha ha identificado al gobierno de maduro como un gobierno de tránsfugas, que traicionó el legado de Chávez y que no tiene nada de socialista; los sectores revolucionarios y chavistas siguen paralizados. Unos desconcertados, otros asustados y muchos acomodados, no saben qué hacer o –peor aún– no quieren hacer nada, no van al meollo del problema, no se atreven a levantar la voz para decir claramente, sin miedo, lo que todo el pueblo sabe, lo que es obvio, una gigantesca verdad: ESTE GOBIERNO NO ES CHAVISTA y, mucho menos, socialista; ni siquiera, es un buen gobierno socialdemócrata. nicolás maduro traicionó a Chávez y su legado, gobernando para las clases dominantes de siempre, y las nuevas creadas por él, en contra del pueblo y los trabajadores.

En muchos casos (digamos, en el seno del pueblo), el Chavismo es víctima de una inmensa manipulación: el madurismo se vale del sentimiento de afecto hacia el Comandante Chávez. maduro trata de imitar a Chávez en sus fotos y poses, usando, sin vergüenza alguna, su nombre, para tratar de justificar este desastre; y, peor aún, para decir que gobiernan en su nombre. Ahora, el madurismo suele decir que el Comandante se "equivocó", y que ellos actúan para "enmendar la plana" a Chávez, entregando a sus grupos y a la burguesía, la economía, PDVSA y las empresas del Estado, destruyendo el país y dilapidando nuestros inmensos recursos.

El madurismo ha hecho un tremendo daño al propio Chávez, y a la idea del socialismo, provocando un extendido rechazo en el país, logrando lo que no pudo hacer la derecha internacional en su terrible campaña de descrédito a la obra de Chávez: maduro y su desastre de gobierno, le ha dado a la derecha el argumento perfecto en contra del socialismo.

Cuando el madurismo, en un ejercicio despreciable del cinismo, utiliza el nombre de Chávez para justificar su entrega, nadie del gobierno ni del PSUV, tiene la decencia de decir que eso no es cierto, que el Comandante jamás entregaría el petróleo, ni privatizaría PDVSA, ni permitiría el saqueo y la destrucción del Arco Minero; mucho menos, las miles de ejecuciones extrajudiciales hechas por el FAES; que Chávez, jamás entregaría el territorio y la economía a la oligarquía, que nunca gobernaría en acuerdo con FEDECÁMARAS.

En sus discursos y programas de odio, los maduristas editan convenientemente al Comandante, y borran, o pretenden silenciar, su discurso radical y la prédica constante a favor del socialismo, su promesa de que jamás habría pacto con la oligarquía. Lo increíble, es que los más cercanos al Comandante, los que deberían decir algo por amor y lealtad al amigo, al jefe, al familiar caído, guardan silencio.

Nosotros –y lo puedo decir con tranquilidad, viendo a los ojos a Chávez, al pueblo y a los trabajadores–, hemos dicho la verdad, hemos advertido y denunciado lo que estaba sucediendo, desde el mismo 2014; luego, cuando ya no había espacios para discutir, cuando era evidente que avanzaba la restauración reaccionaria, tuvimos que abandonar el gobierno en 2017 y denunciarlo por entreguista y represor, advirtiendo que su errático accionar nos llevaría, como efectivamente ha sucedido, al abismo, a la peor crisis de nuestra historia.

Otros, también lo hicieron: el profesor Giordani, el Toby Valderrama, el Mayor General Rodríguez Torres, entre otros; muy pocos –hay que decirlo–, hemos denunciado abiertamente lo que ha sucedido con este gobierno. Por decir esta inmensa verdad, por denunciar a tiempo, hemos sido sometidos a la peor campaña de difamación y persecución, otros han sido encarcelados (enterrados en vida) y otros más, condenados al ostracismo.

La principal responsabilidad en este extravío histórico del Chavismo, la tiene el PSUV, y los dirigentes que acompañaron al Comandante Chávez o estuvieron a su lado, y que se han plegado al madurismo.

Desde Comandantes del 4 de febrero, refugiados en cargos en embajadas; líderes militares, convertidos en unos peleles en la Asamblea Nacional; generales en jefe, que se prestan a lo que sea por un cargo; dirigentes políticos y sociales, convertidos, ahora, en "emprendedores" o defensores de la entrega del país, buscando pactos con la oligarquía que siempre odió a Chávez y al pueblo; dirigentes obreros corrompidos, tránsfugas y oportunistas de todo tipo, diputados y funcionarios, que viven del nombre de su padre para traicionar su memoria todos los días. Militares y civiles acomodados al poder, enchufados, disfrutando de groseros privilegios, condenando a nuestro pueblo a la pobreza y la desigualdad, como nunca antes.

El PSUV, donde existen miles y miles de revolucionarios, no ha tenido; ni siquiera, el valor de disputar el partido de Chávez a la derecha, como hizo el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en los años 60, cuando abandonó Acción Democrática (AD), y se fue a la guerra a morir por sus ideas y principios. En el PSUV, nadie corre riesgos, nadie sacrifica nada; con su silencio y cálculo, han dejado que el madurismo se apropie del partido de Chávez, de la Revolución, para convertirlo en un instrumento de control social, para apaciguar y contener al pueblo, para que "acepte", se "cale", el paquetazo del gobierno de maduro.

Con ocasión de la aprobación de las leyes y últimas decisiones definitorias del carácter derechista y anti obrero de este gobierno, como la ley de ZEE, las negociaciones secretas para privatizar PDVSA y entregar el petróleo o el Estatuto anti obrero aprobado por la ONAPRE, algunas voces de la izquierda, individualidades y sectores del Chavismo; incluso, algunos que han acompañado al madurismo desde distintos espacios, han comenzado a expresar sus críticas, cuestionamientos y desacuerdos con estas medidas. Ésto, es evidentemente positivo, por lo menos, se dice algo.

Estas críticas tienen distintas tonalidades, algunas más abiertas, otras más cautelosas, otras tibias, pero todas, tienen algo en común: NUNCA DICEN QUE MADURO ES RESPONSABLE DE LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO, que él, como presidente, es el único responsable, que éste es su gobierno y que allí (como dijo el PSUV), se hace lo que maduro diga: es decir, no van al meollo del problema.

Según estas opiniones y posturas críticas, todo lo que está sucediendo es culpa de "alguien", etéreo, una fuerza extraña, sin identificar. Este gobierno del cual maduro es el presidente, entregó la economía al capitalismo más especulador y rapaz, dolarizó la economía, barrió con las conquistas sociales, eliminó las Misiones Sociales, destruyó PDVSA, entregó el petróleo y el gas, arrasó con el Arco Minero y está en pleno desarrollo de un paquetazo económico (anunciado por el propio maduro en agosto de 2018); aprobaron una mega devaluación, que convirtió el salario de los trabajadores en el más bajo del continente, lo que provocó, entre otras cosas, el éxodo doloroso de más de 6 millones de venezolanos. Un gobierno que prohíbe, censura, persigue, secuestra, tortura, encarcela y mata.

Algunos, todavía se atreven a decir que "nicolás no sabe"; otros, argumentan que lo que sucede es que "está mal informado" y un largo etcétera de excusas y atajos, para no llegar al punto crítico: lo que está sucediendo en el país, es la consecuencia del desarrollo de una política económica de derecha, cuyo artífice –y único responsable–, es nicolás maduro. Él es el presidente, responsable de la Hacienda Pública y jefe político del madurismo; el resto, son excusas y miedo, meter la cabeza debajo de la tierra, para no enfrentar el meollo del problema, el principal obstáculo para resolver la crisis del país y para la propia supervivencia del chavismo como movimiento político.

El Chavismo, tiene que poner los puntos sobre las íes, ir al fondo del problema, identificar a maduro y la cúpula que lo acompaña, como los artífices y únicos responsables de este desastre, de la traición a Chávez y su legado, la traición al pueblo y los trabajadores.

Tenemos que disputarle la conducción del Chavismo a esta cúpula traidora, disputar el control del PSUV, desplazar a la derecha enquistada en el poder, para poder rescatar el partido de Chávez y ponerlo a luchar al lado del pueblo, por el Plan de la Patria, por volver al Camino de Chávez, por el socialismo, única manera de salir de esta profunda crisis, de este abismo.

Si el Chavismo no da un paso al frente y confronta abiertamente a este gobierno y su política de derecha, anti obrera, desaparecerá de la escena política del país, y será sustituido por un nuevo pacto entre la oposición y el madurismo. Al final, el pueblo le pasará factura al chavismo; y, nuestra Revolución Bolivariana y Chávez, quedarán olvidados, repitiéndose una y otra vez la maldición de Sísifo, la tragedia de Bolívar y Berruecos. ¡Para volver a Chávez, hay que salir de maduro!

Nota leída aproximadamente 2933 veces.

Las noticias más leídas: