Amaranta, con su amable escritura, con frecuencia nos ha recordado la Sabana de Guanipa, cuantas veces en la juventud la recorrimos, espacios de belleza infinita; rutas sabaneras por donde, después de dar muchas vueltas en la Venezuela revuelta; los independentistas venezolanos llegaron al Orinoco y liberaron Guayana, estableciendo el Estado Republicano: Territorio, Instituciones y Gobierno.
Igualmente Amaranta desde otra atalaya de la venezolanidad, impresionante territorio integrado radicalmente a nuestra estructura psico-histórica republicana, nos premia con asiduidad con sus soliloquios, circunloquios y coloquios, donde no faltan Chela y Chucha, entre mangos y mameyes. Con estos diálogos de Amaranta, hemos vuelto a sentir la necesidad de recorrer esa amada geografía patria, disfrutar de un "piñonate" , un "Jobo de la India", unos Anones, una "Fosforera" en las playas de Pampatar, y un "Esnobol" de Jobíto frente al Castillo. Y, que decir, de desayunar y almorzar en el mercado de Conejeros, desde, una buena rueda de Sierra o de Carite o de unas incomparables empanadas de Cazón, y no hablemos de un sancocho de Jurel con bastante vitualla; todo ello acompañado de unos jugos de frutas que no admiten imitación. Y, aquellos paisajes, playas, su canta popular, su devoción a la virgen del Valle, entrañable población margariteña y cochense, y su ejemplar participación en la gesta anticolonial. La Ínsula de Barataria, de nuestro Caribe --cuanta necesidad ha tenido de un Sancho Panza como gobernador--recordemos la grandeza de Sancho en ese menester.
Pero la escritura de Amaranta, desborda lo bucólico, tecleando sobre nuestros queridos paisajes y gratas añoranzas, incluyendo los tiempos de la Joven Guardia, La internacional y el Bella Chau, entonados con entusiasmo en los pasillos de esa magna arquitectura integradora de las artes la UCV. Pero es que además Amaranta, desde su perspectiva profesional, hace rato viene describiendo el paisaje político y económico de la vida nacional. En estos días y sin disimulo en este portal Aporrea, publicó:
"Ser un conuco de Irán, José Ignacio Cabrujas y el Estado de Disimulo".
Allí trató sobre "las vueltas de la Revolución Bolivariana"
En la década del 80, en un comedero de empanadas por la avenida Roosevelt en las Acacias en Caracas, entre empanadas de carne mechada, pabellón y jugos de mora, gratas conversas compartí con nuestro recordado dramaturgo, éramos vecinos de la urbanización. Cabrujas, como cronista de la vida venezolana, penetró y desbordó su tiempo y eso lo confirma Amaranta en el citado artículo.
¿Qué dijo el dramaturgo Cabrujas cotorrita? Lo que dijo mi comay fue en 1987, pero parece que lo dijo este 26 de julio. Primero y en ese momento, que parece que fuera hoy, Cabrujas nos sentenció como un Estado de disimulo. Así fue el título de su conferencia . Pero ya metido en su conferencia consideró que en esa época éramos "un país provisional" y como Estado éramos un "Truco legal". Eso parece que fuera para este momento , pero si le metes coco y vez la vaina hoy, parece que Cabrujas estuviera hablando ahora"
LA REVOLUCION ES CULTURAL