En la historia hay referencias de movimientos políticos y sociales que como parte de la maduración organizativa, han reflexionado sobre la importancia del cuadro, militante o el soldado, según sea el caso.
Maquiavelo, Mao Tse, Lenin, el Che Guevara y otros más contemporáneos han expresado su visión para el momento histórico que les tocó vivir, de las características de un cuadro pero muy pocos se atrevieron a diagnosticar la dirigencia.
Vivimos el tiempo de transición del mundo unipolar al mundo multipolar y está situación nos lleva a una etapa muy parecida a la época de las cavernas previo al surgimiento del mundo multipolar.
En ese corto periodo de tiempo que divide la historia en un antes y después se imponen la Ley del más fuerte hasta que se reacomoden los polos.
El impacto de lo anterior no es exclusivo para los países en pugna por la hegemonía mundial sino que afectará las relaciones humanas en todos los niveles con el saldo de que todos los gobiernos perderán legitimidad y aguas abajo, las organizaciones políticas y sociales que los sostienen.
La influencia que ejercía la prensa tradicional fue sustituida por la comunicación alternativa en diversas expresiones.
Hemos visto perder elecciones a candidatos con altos porcentajes de aceptación en las encuestas previas y ganar a los que menos oportunidad tenían. La masa se está moviendo en dirección contraria a su dirigencia.
En Venezuela, los últimos procesos electorales tienen dos lecturas: la superficial que asumen los ganadores para "marear" con el porcentaje que ganaron y el resultado real que describe la abstención como fenómeno que retorna a los tiempos de AD y COPEI, específicamente a la última década de lo que denominan "la 4ta república" donde los partidos políticos perdieron la legitimidad y la confianza de su propia base política de apoyo.
Precisamente en ese momento histórico de decadencia partidista por falta de credibilidad estamos transitando en este momento y lo peor es que la gente está tomando la calle sin la dirigencia tradicional porque no se sienten representados por ninguno de los bandos.
Nuestra gente ha tenido que pagar los platos rotos de la dirigencia y ha vivido la experiencia de ser criminalizados el ejercicio del pensamiento crítico. Nuestro pueblo ha sido el que ha llevado sobre sus hombros el peso de las sanciones, bloqueo e injerencia extranjera pero también las consecuencias de la corrupción, la permisividad y el "reformismo gatopardiano" que está imponiendo la dirigencia desde el gobierno.
La oposición y el gobierno gozan del mismo "prestigio" ante la opinión pública nacional.
La condición del inmigrante venezolano víctima de la xenofobia es culpa de la oposición y responsabilidad del gobierno, ambos son criminales.
Desde hace unos días se han estado moviendo espontáneamente los trabajadores de la administración pública, el personal docente, obrero y administrativo del ministerio de educación, los trabajadores de la salud y otros sectores a quienes les están vulnerando sus derechos establecidos en la Constitución Bolivariana de Venezuela, la Ley Orgánica del Trabajo y contrataciones colectivas a través de un organismo subalterno que depende del Presidente de la República, para la prensa pública esto no es noticia y para la prensa privada es un riesgo difundir la información porque ya los aparatos propagandísticos y represivos del Estado tienen la orden de criminalizar la protesta.
Este asunto nos lleva al inicio de la nota cuando me referí a la transición del mundo unipolar al mundo multipolar y el lapso de tiempo que rompe el tiempo en dos, la época de las cavernas, ese tiempo de las cavernas lo estamos viviendo actualmente, por donde quiera que miremos hay indicios de lo que digo, por ejemplo: cada rato vemos al Fiscal General informando sobre casos y cosas, gente que es privada de libertad gracias a la gestión de su despacho pero la ironía de esta gestión es la siguiente.
Por decisión de un tribunal en Londres, le fueron otorgadas a Juan Guaido las reservas en oro que pertenecen a todos los venezolanos, mientras tanto vemos a la dirigencia oficial "escupiendo mentiras" de que es un ladrón, que irá preso y el tipo está de lo más relajado y tranquilo dándose buena vida con todos los recursos que le ha robado al País y al mismo tiempo, un viejo luchador social como lo es el compañero José Tomás Pinto Marrero está preso sin pruebas, en huelga de hambre ante la indolencia e ineptitud de todos los organismos del Estado.
La dirigencia del gobierno y oposición gozan del "prestigio" de encarnar la gran tragedia que nos ha tocado vivir a todos los venezolanos dentro y fuera del país, no tienen credibilidad, perdieron la confianza y el respeto hasta de su misma gente porque se encapsularon y son un mal ejemplo para las generaciones futuras, tienen el más amplio rechazo de los últimos tiempos que atenuan mediante la división y destrucción moral de todo aquel que se atreva a pensar, hablar o actuar contra en el lenguaje que interpreta las aspiraciones históricamente insatisfechas de nuestro pueblo.
El pasado domingo 7 de agosto se juramento el Presidente de Colombia Gustavo Petro en un acto cargado de la magia y la aureola que nos recuerda el acto de juramentación del Comandante Chávez Lugo de la histórica victoria de 1998 pero mirando más allá del significado histórico y social de la victoria de Petro contra la oligarquía colombiana no podemos ignorar la realidad, los últimos gobiernos de la ultraderecha derecha colombiana lograron colombianizar la política venezolana y prueba de ello es el grosero financiamiento de campañas electorales durante las primarias del PSUV y la posterior captura de unas diputadas y una alcaldesa vinculados al narcotráfico.
La realidad del país se caracteriza por ser "un barril de pólvora con la mecha corta y prendida", la mayoría del pueblo no digiere la ironía de que Venezuela cambio pero no hay dinero para pagar los compromisos contractuales a los trabajadores de la administración pública y mucho menos que esto ocurra mientras los voceros de la Asamblea Nacional y gobierno no dan testimonio de sacrificio y austeridad, ellos derrochan y lo peor es que todo el peso de la Ley sea para las mayorías y la permisividad e impunidad sea para unos pocos tanto del gobierno como de la oposición.
Por esta razón es que sin temor a equivocarme puedo decir hoy que los tiempos de cambio en nuestro país serán implacables para quienes se burlaron del pueblo, quienes con su carga de soberbia y arrogancia mostraron su verdadera naturaleza fascista contra el pueblo que ya volvió a las calles para retomar el camino extraviado por la dirigencia, la mayoría del pueblo asumió la vanguardia de enfrentar hasta las últimas consecuencias la oposición, la imposición y el imperio.
¡No hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista!