Diferentes encuestadoras han informado de los resultados de sus estudios sobre las tendencias políticas preferenciales desde el punto de vista electoral, de la ciudadanía.
Llama la atención que un 80% de electores y potenciales nuevos votantes, rechacen categóricamente a Maduro pero al mismo tiempo adversan a dirigentes de la oposición. No es de extrañar estas inclinaciones particulares e inusuales. La gestión deficiente y autoritaria del gobierno chavista, ha permitido crear mucha reticencia en la gestión gubernamental y rechazo a los funcionarios de los distintos entes públicos por la dilapidación de recursos presupuestarios, la dolosa práctica financiera y la impunidad evidente en la mayoría de los casos. Unido a esto, el ventajismo electoral del ejecutivo presidencial y el PSUV. Junto al incumplimiento de la constitución Nacional y las normas electorales con la Imposición de fechas adelantadas en la realización de las elecciones para Asamblea Nacional, gobernadores y diputados.
No extrañaría el adelanto de las elecciones presidenciales por parte del Gobierno, pautadas legalmente para el año 2024 y la negación para que voten en las mismas, los cinco millones de votantes que están en el exterior.
El gran elector por excelencia sigue siendo Hugo Chávez, por ello no dejan de nombrarlo en cada discurso en cadena nacional y en todo acto público psuvista.
Pero el nudo Chávez se está deshaciendo, la decepción y el descontento popular van en aumento, la falta de democracia y el avasallamiento del PSUV en las distintas comunidades, son un indicativo que la nación venezolana va en un proceso de evolución política, contraria a la nueva casta política social que se impuso, basándose en la pobreza de la clase media y los profesionales venezolanos.
Cortar el nudo Chávez para debilitar las bases sociales del régimen gubernamental dirigido por Maduro, debe estar en las prioridades de la estrategia opositora, pues Chávez es el eslabón que mantiene el nexo de la ciudadanía con el partido de gobierno.
El sector opositor hasta ahora luce dividido y los llamados a su unidad se atomizan en las diferentes formas de concebir la participación electoral. Por esa razón y la insistencia de algunos de sus máximos representantes de ser candidatos presidenciales, hacen más difícil la única vía por la que se pudiese derrotar al gobierno nacional, que es la unificación.
Por otro lado se ha venido haciendo una campaña abierta del manejo corrupto de la empresa Monómeros y CITGO por parte un sector de la oposición. Lo cual genera barreras para poder fortalecer la esperanza de la población, en una opción distinta al chavismo.
Está más claro el panorama de la correlación de fuerzas electorales en el país para las elecciones del 2024. El Fuerte rechazo a Maduro, obliga al chavismo, a buscar nuevas tácticas para sostenerse en el poder. Por ello, la oposición debe consolidar un solo bloque unitario y decidirse por un candidato que aglutine a los ciudadanos que claman por un cambio político en Venezuela.