La batalla de Tovar y muerte del General José María Méndez

Sábado, 03/09/2022 10:03 AM

Discurso de Miguel A. Jaimes N. como Orador de Orden en la alcaldía de Tovar del estado Mérida —Venezuela— en Sesión Solemne con el Poder Ejecutivo Municipal y otorgamiento de la Orden General José María Méndez. 6 de agosto del 2022

Los próceres no mueren solo descansan y van vigilando su terruño que es su patria.

Lanzado a la azarosa carrera de las armas bajo la fuerza del deber, antes que con el móvil de entrar en aventuras indignas de mi carácter, de mi posición y de mi nombre, me propuse, desde luego, hacer una guerra civilizada que edificase en la conciencia pública y corriese pareja en sus hechos, con la sublimidad de los principios predicados por mi causa; tanto más cuanto que creí habérselas con los hermanos, que si bien extraviados de la senda legal, no por ellos hubiera perdido sus nociones de parentesco con la familia venezolana ni el conocimiento de ser ciudadanos de una misma Patria, amamantados de un mismo seno y cubiertos con un mismo manto de fueros y prerrogativas…

Son palabras sentidas del General José María Méndez al entrar a su pueblo y presenciar cómo las fuerzas gubernamentales han destrozado a su paso a su querida Tovar el 7 de julio de 1899.

Los Andes, una economía del café con variaciones en el mercado internacional se presenta después de la mitad del siglo XIX con una estructura débil y muy vulnerable arrastrada por el fondo de una guerra civil, enfrentada a la ruina, al enfrentamiento social y al endeudamiento.

En la década de 1880 el café representaba el 54% de las exportaciones y para 1890 la misma había aumentado al 74%. Venezuela estaba ubicada en los primeros puestos como país exportador. Desde 1850 a 1896 Los Andes llegaron a elevar tanto su producción de cosechas que aportaron el 50% del total nacional.

Con el dinero obtenido tras la venta del café se importaron productos que no se elaboraban en el país y con ello creció la dependencia y el retraso de un desarrollo autónomo como economía nacional.

El 80% de la población estaba dedicada a la agricultura nacional pero la tierra estaba en manos del 1% de la población. Y con esto vino el auge del llamado regionalismo lo cual produjo graves daños a la economía pues el poder central beneficiaba solo a su región donde se encontraba el poder político y a la región oriental descuidando notablemente la región occidental del país, principalmente a Los Andes aun cuando generaba la mayor cantidad de ingresos al fisco nacional.

Ese desprecio del poder central hacia la Zona Andina provocó en esta área geográfica una economía autónoma mucho más próspera que la vista en el resto del país con la llamada economía nacional.

Por eso los financiamientos para las cosechas del café vinieron de los asentamientos de grupos de casas comerciales de los alemanes ya establecidas en el estado vecino del Táchira y de las casas comerciales de ingleses y alemanes instituidas en la ciudad de Maracaibo. Esto se vio reforzado desde el inicio de la Guerra Federal la cual tuvo su comienzo el 14 de febrero de 1855 haciendo que los habitantes de los Llanos se refugiaron en estas zonas andinas.

La carencia de mano de obra y los asentamientos de colombianos que también huyeron de la violencia sobre todo por la Guerra de los mil días los obligó a asentarse en buena parte de estas zonas. Estas corrientes migratorias estuvieron marcadas por profesionales, comerciantes, militares, políticos y educadores.

Con el censo poblacional ordenado durante el gobierno del general Guzmán Blanco en 1881 el 15% de la población de Venezuela ya vivía en Los Andes. Ya Tovar tenía contacto directo con los puertos de Hamburgo en Alemania y New York utilizando el Lago de Maracaibo, esto produjo que el nivel de vida fuera mucho más alto que el nivel de vida del resto del país. Este fue el resultado del trabajo entre andinos e inmigrantes.

Para 1893 el producto interno bruto de Venezuela llegó a 347 millones de bolívares, pero para 1897 bajó a 285 millones de bolívares. Un ineficaz y sorprendido gobierno nacional no tomó medidas efectivas para tratar de solventar esta situación y entonces es cuando altas personalidades y políticos buscan al general tachirense Cipriano Castro, para que éste se levante en armas en contra del poder instituido.

Aquella dura situación obliga a Cipriano Castro a pensar en el inicio de la Revolución Andina. Pero para lograr aquello hace falta que la difícil situación política nacional catapulte aquellas tibias intenciones. Entonces se dan los acontecimientos del 16 de abril de 1898 en la Mata Carmelera y con la astucia de un francotirador oculto tras una arboleda asesinan al último gran caudillo de los Llanos, el General Joaquín Crespo.

Aquel bajito hombre, decidido y observador oriundo de Capacho viejo un pueblo destruido por el terremoto Cúcuta el 27 de mayo de 1875 el cual destapó La Petrolia. Aquel pueblo levantado por el presbítero José Encarnación Montilla quien años antes había nacido en Lagunillas de Mérida sería testigo de la actuación militar del general Cipriano Castro.

Apenas con 16 años ya Castro se había incorporado a los grupos armados comandados por el General Ramón Pelayo. Fue su primer maestro en el arte de la guerra y el escenario donde se iniciaron los primeros combates era El Gran Estado de Los Andes creado por decreto el 27 de abril de 1881 conformado por Trujillo, Táchira y el estado Guzmán, ósea Mérida.

El 23 de mayo de 1899 Cipriano Castro inicia su revolución con quienes comenzaron a llamarlos: Castro y el grupo de los 60. Hombres jóvenes y letrados cruzaron la frontera desde Colombia atravesando la Hacienda Los Vahos cuya propietaria era de Doña Silenia Prato

Cuando Castro cruza la frontera, coloca un pie en suelo patrio se arrodilla y con los brazos en Cruz, buscando su mirada hacia los lejanos caminos que daban a Caracas exclamó, Y ahora, bajo la protección de Dios, hasta el corazón de Venezuela, hasta el Capitolio Nacional.

Su alzamiento estaba reforzado por más conatos: Táriba, Ureña, Lobatera, Colón, Michelena, La Grita, Capacho, Palmira, San Cristóbal y Tovar al mando del General José María Méndez.

Desde la capital de Mérida comienza la movilización de un gran número de tropas hacia el Táchira para reforzar al general leal Espíritu Santos Morales. Aquella fue una plaza muy dura para Castro.

En el Páramo El Zumbador se da una dura batalla, allí se enfrentan los dos ejércitos y es cuando la revolución recibe por vez primera la ayuda de tropas no tachirenses, eran las fuerzas de Tovar al mando del general José María Méndez.

El 2 de agosto de 1899 Castro decide comenzar su marcha hacia el centro del país acompañado de sus tropas. Allí comienza el verdadero reto de los ejércitos andinos dirigidos en contra de los caudillos centrales los cuales han gobernado al país durante varias décadas del siglo XIX.

Aquella zona, centro en el Valle del Mocotíes para el año 1871 exactamente el 16 de febrero por parte de su jefe civil y militar de Mérida el General Pedro Trejo Tapia, anexa nuevamente el Departamento Páez (Rivas Dávila) al de Tovar. Pero al año siguiente en 1872 el 21 de diciembre Mérida pasa a ser el estado Guzmán.

Cuando Cipriano Castro se levanta en Tovar ya existían veintidós periódicos que reseñan aquellos hechos: El ensayo periodístico, El conservador, El mosquito, El zig-zag, El aspirante, El esfuerzo, El águila, El artesano, El obrero, El Céfiro, El eco, El perseverante, El eco de la juventud, El Impulso, Gaceta municipal, La hoja, El médico, El mirandino, Gaceta Oficial, El dedito y El observador.

En ese tiempo Tovar era una rica plaza comercial, agrícola y ganadera donde se encontraban importantes cosechas de café, cacao, tabaco, pieles, ganado cebado, todo se expendía vía Maracaibo por ferrocarril Santa Bárbara del Zulia. Otra al Táchira y de allí a Colombia, aparte de surtir de mercaderías los comercios de Tovar, Zea, Santa Cruz, Bailadores, Guaraque, Canaguá, Pregonero y La Grita por entre el medio de malos, penosos y duros caminos.

Fue el origen de esa ciudad comercial, donde un hombre admiró y fue leal hasta el último día de su vida al general Cipriano Castro por parte de otro gran general conocido como José María Méndez.

Aquello marcó la historia de Tovar pues la violencia con que se dio elenfrentamiento del 6 de agosto, aquella batalla logró la consolidación y triunfo de la Revolución Restauradora.

El general José María Méndez luchó hasta su inmolación, hombre que vivió en la Hacienda El Tabacal cuyo nacimiento se produjo un 13 de diciembre de 1859. Su familia contó con una posición económica estable y por eso su chiquillo accedió a la casi nula instrucción educativa que había para la época. Se cree que por los cargos políticos que ocupó tuvo que haber accedido a una formación escolar.

En agosto de 1886 con 26 años de edad se da la sorpresiva visita del general Cipriano Castro a Tovar quien venía en campaña por todo el gran Estado Los Andes, cabalgaba desde el Táchira, aparecía con su triunfo armado de 1886 junto al general José Garbiras.

Castro buscaba apoyo, dinero y uniformes para sus tropas. Se veía en él a un hombre metódico y ordenado. Allí se conocen ambos y José María Méndez siente gran admiración por Castro por cómo en tan corto tiempo de vida ha logrado alcanzar su grado militar y político.

Para 1891 José María Méndez es secretario de la Jefatura Civil de Tovar. Para 1892 obtiene el grado militar de coronel y es jefe civil militar de Tovar. En ese año acompañó a Castro en la Campaña Armada por la sección de Mérida durante la Revolución Legalista del General Joaquín Crespo.

El Gran Estado de Los Andes era dirigido por los generales Eliseo y Pedro Araujo. Castro que en ese momento apoyaba el continuismo del presidente Andueza Palacios venció a los ejércitos revolucionarios de esta zona.

El mismo Castro narró: a mi paso por La Grita y Tovar se me incorporaron algunas guerrillas con los coroneles Romero G, José María Méndez y Evaristo Parra. Sigue relatando Castro: Teniendo conocimiento en Tovar que el General Morales había tomado la vía de Urbina, donde se prometía construir un puente para el paso del Río Chama, resolví avanzar al activo coronel José María Méndez con 150 hombres por la vía nacional y Estanques, a efectos de proporcionar también un puente provisional sobre el mismo río que permitiera cortarle o darle alcance por lo menos.

José María Méndez sin duda ya era leal a Cipriano Castro, por esto el caudillo tachirense toma la decisión de nombrarlo jefe del Ejército Restaurador de la Sección de Mérida. Pero con los sucesos de 1892 Castro se exilia por espacio de siete años y José María Méndez continúa ejerciendo el cargo de Jefe Civil y Militar del Distrito Tovar.

El 28 de junio de 1892 José María Méndez participa en la inauguración del kilómetro sesenta del que llegaría hasta El Vigía y el cual provenía desde Santa Barbara del Zulia.

En 1897 se crea la Junta de Fomento de Tovar. Institución que se encargaría de desarrollar las obras públicas que el Consejo Municipal fuese a desarrollar en el distrito, preparaba proyectos y movilizaba dinero para la ejecución de obras y esa primera junta la va a presidir José María Méndez. Esto muestra su importancia como hombre público dentro de la sociedad tovareña de la época.

Su prometida fue Amalia Gallego Ochoa, hija del benefactor de Tovar y presidente de la Junta Pro-templo, fue el zuliano y médico Belisario Gallegos. Pero sin saber el destino de la guerra le jugaría una mala jugada, no pudo cristalizar su matrimonio.

Aquel hombre nacido el 13 de diciembre de 1859 apenas con cuarenta años le entregó su vida a los destinos de la patria. Llegó a tener el grado de General y su incorporación al ejército de la revolución Liberal Restauradora y su contacto con Castro lo mantuvo durante largo tiempo por correspondencia.

Por eso la noche del 23 de mayo cuando comienza el levantamiento en la Sección Táchira ocurre lo mismo en la Sección Tovar. El General José María Méndez toma el control de la ciudad un día después.

Su ejército conformado por tovareños y algunos efectivos de Bailadores ha sido tomado del escritor Gerónimo Maldonado autor del libro Episodio publicado en 1900. Gerónimo oriundo de La Playa en Bailadores fue un escritor que siempre acompañó al General José María Méndez.

Los primeros movimientos con sus tropas fueron hacia La Grita para despejar la zona de los enemigos de la Revolución. El 10 de junio le envía comunicación a Castro advirtiéndole sobre la aproximación del General Morales a lo que Castro ordena al General Prato su inmediata movilización para ayudar al General Méndez.

Al regresar a Tovar, siente la responsabilidad de entregarle cuentas a sus paisanos de sus andanzas y los motivos que lo han inducido a participar en el proceso iniciado por Cipriano Castro.

En nombre de la Patria amenazada por una de las más odiosas dictaduras me puse en armas el día 25 del pasado mes con el solo objeto de reivindicar la majestad de aquella y volverla al uso de su derecho ultrajado.

Por medio de una rápida operación la plaza de Tovar, el pueblo querido fue de mis armas en pocas horas lo mismo que la ciudad de La Grita de cuya plaza el enemigo huyó despavorido a la sola aproximación de mis banderas.

Hoy, después de una marcha que pudiera llamarse triunfal, me encuentro de nuevo ocupando esta población llamado por una necesidad urgente.

Tovareños:

El Señor general Morales, segundo del general Andrade en este estado, se encuentra en los límites de nuestro territorio con un crecido ejército para hacernos la guerra y traernos la destrucción.

Dice que seréis el blanco de sus cóleras dictatoriales y que llegará hasta remover, sin piedad, nuestros conocimientos.

Estáis pues en un dilema terrible: o un sacrificio noble y generoso para libraros de sus garras; o una posibilidad servil con que les toque besar la mano de quien trata de humillar.

Lo segundo tan solo es propio de los anónimos cobardes; lo primero es digno de vosotros, solo siempre grandes y valientes.

Volad pues a las armas.

Bailadoreños:

Tan amenazados como vuestros hermanos de Tovar estáis vosotros. Vuestra suerte ha sido siempre y será la misma que la de ellos. Venid Vosotros, los bravos de siempre a cobijarnos bajo las banderas de la libertad que son las mías; a sus sombras bienhechoras crecerá más vuestro coraje y vuestro nombre.

Soldados:

La presencia de Morales con un ejército enemigo a vuestro frente, no es más que un incidente en vuestra carrera de victoria.

Volad a oponerse a vuestros pechos, murallas invencibles para todas las tiranías.

Cerrando filas con vosotros están ya los ínclitos tachirenses, vencedores de cien combates quienes vienen en vuestro auxilio cubiertos de heridas y laureles. A su cabeza está Prato, el impertérrito blandiendo su cortante espada. Y sobre sus frentes, como nimbo luminoso aletea el alma de Castro, nuestro jefe querido, infundiéndoles el soplo divino de los héroes.

Andad con ellos, emulados en valor, a salvar esta tierra amada que os dio su seno. Andad a defender vuestros hogares ya cubiertos de gloria por la salvación de la patria.

Sin dudas el rostro de nuestras independencias, batallas y guerras civiles nos han quedado grabadas por el dolor de los tiempos. En cada una de ellas se escucha el relincho, el sablazo y el empuje de seguir sin quedar mal.

De aquellos tiempos de caudillos, hoy, —en el año 2022— transcurridos 123 años de un hecho histórico tan importante en el cual los hijos de aquella época demostraron sus valores de bravura, tenacidad y valentía donde se enfrentaron las tropas del gobierno que presidía el general Ignacio Andrade, al mando del general Rafael González, y las tropas de Cipriano Castro dirigidas por el general José María Méndez, iniciándose la batalla a las 5 y 40 de la mañana, culminando pocas horas después, a las 8 y 10 minutos de la mañana, con un total de 83 muertos y 135 heridos.

Se peleó en los sitios denominados "EL Arado"; "La Mesa de los Limones", "El Alto de la Cruz "," El Volcán "y "La Quinta". En la mañana de este domingo se enfrentaron Las tropas del gobierno que presidía Ignacio Andrade, todos al mando de los Generales Rafael González Pacheco y el General y Jefe del Estado mayor, Giuseppe Garbi Miliani, esto con el fin de frenar la avanzada de los tachirenses y el "Batallón Tovar" al mando del General José María Méndez.

En el conflicto, El General Méndez resultó muerto casi al inicio del combate, pero las tropas bajo su comando cumplieron con su promesa hecha al General Cipriano Castro de entregarle a Tovar al Jefe de la Revolución Restauradora. En medio de los enfrentamientos, se incorpora el "Batallón Mérida" que estaba conformado por gente del Páramo, Mérida, y Ejido, comandados por el General Tomás Pino. Después de la Batalla de Tovar, ambos batallones forman la "División Mérida" bajo la dirección del General Tomás Pino. El 24 de junio de aquel año pasó por Lagunillas donde incorporó a sus tropas nuevas fuerzas las cuales vienen al mando del General Tomás Pino.

La guerra es una historia y como tal está llena de fatalidades, pero sin estas no se logran otros cambios esperados. La guerra origina la nueva vida que la patria espera y por eso nació Venezuela como nación. Batallamos, caminamos y volvimos a luchar.

El sol del triunfo nos deja una tempestad. El General José María Méndez sin duda estaba destinado por su heroísmo a cubrir otras plazas como invadir al estado Zulia y seguir la valiente lucha de aquellos hombres que combatieron por una nueva patria y así lo hicieron hasta dejar su vida en medio de aquel sueño de guerras.

Nota leída aproximadamente 3038 veces.

Las noticias más leídas: