El derecho a la alimentación nos pertenece, hay quienes nos lo quitan de manera violenta, es decir expolian implantando precios prohibitivos y en la semana final de agosto 2022 se desataron con aumentos bárbaros. Las reacciones de adversarios al gobierno bolivariano "filosofan" acerca de los explotadores y la dolarización, haciendo ver que es culpa gubernamental, sin considerar para nada la comprobada mala fe rapaz que arma un tinglado opositor en campaña electoral. Entretanto el colectivo pacientemente espera por ejemplo, que se le pudran la carne y el pescado a los explotadores, lo que ha pasado varias veces en parecidos momentos politiqueros.
Ajustándose hábilmente a compras bien pensadas el colectivo renueva su habitual transitar, acudiendo donde hay costos accesibles y recomendando esos comercios, sobre todo los de la venta de alimentos, la sociedad combate la voracidad que da pingües ganancias en poco tiempo, pues sospecha y repudia la conducta perversa de quienes retornan a brotes especulativos politizándolos. El conglomerado sufriente acompaña las acciones legales de la Fiscalía General de la República, ajeno a la desestabilización con la divisa gringa, al tiempo que fuentes bancarias y especuladores opositores o chavistas, son golpeados también en sus intereses mezquinos de fáciles ganancias.
Candidatos a ser multados donde más les duele que es en sus respectivos bolsillos por abusadores agiotistas, se oponen a las medidas oficiales de equilibrar las tasas de interés y bajarle dos a las riquezas desmedidas por quienes se desentienden que hay emprendimientos oficiales y decretos, favoreciendo a la economía privada con medidas que animen la producción y unen al colectivo honrado no fanatizado, la conducta correcta supera a quienes siempre hablan pestes del gobierno y "filosofan" argumentos ilusos, quedan en ridículo al pronunciar su fanatismo pernicioso.
Nada indica la oposición que quienes se marcharon del país años atrás, retornan con arrepentimiento manteniendo bajo perfil, diríamos en criollo que "haciéndose los locos". La actualidad da mayor poder a quienes respaldan conscientemente la gestión oficial a pesar de la prensa impresa, radios y televisoras en su archiconocido desempeño por atrevimientos subversivos. Las administraciones de 1999 en adelante víctimas de medidas sancionatorias internacionales írritas contra Venezuela, tienen además de la oposición tradicional, a vagabundos del oficialismo corruptos seudorevolucionarios, que mientras Chávez era víctima de un sospechoso cáncer se acogieron con mayor fuerza al súper cáncer infame de la corrupción, compra conciencias a punta de dólares o bolívares cambiados por la divisa USA, con trucos monetarios perjudiciales a los habitantes del país.
Patético caer en cuenta que humillados durante cuatro décadas 1959 y 1999, aun les molesta profundizar en política y hacen oposición escandalosa, cuando se les razona diciéndoles "la política está en todo y rige para bien o para mal en forma similar a una pandemia", entonces se empeñen en que solo cambiando un gobernante, al partido de turno o a la coalición del momento, se irá más lejos y en mejor forma. Tienen derecho a politiquería opositora, pero no a continuar cerrados cual carne de cañón manejada con el cuento de alternarse social demócratas y social cristianos quienes hicieron lo que les vino en gana aplicando represión, torturas, corrupción a todo nivel y asesinatos a granel en aquella Venezuela lacaya, similar a la actual Colombia, ambas naciones afortunadamente y con votos expulsaron a los gobernantes de intención lacaya.
Negarse a la detención de civiles, policías, militares, fiscales, jueces y un sacerdote pedófilo, que purgan condena: ausentes de la realidad continúan en verborrea aguada ignorando cifras del Fiscal General Tareck William Saab, eterno defensor de derechos humanos desde la Universidad de Los Andes en Mérida, persona honesta con ideas similares a Danilo Anderson asesinado por la ultra derecha. Hablar aguado es apoyar asesinos desmembradores de seres humanos y a los violentos pone bombas, actitud contraria a la oposición demócrata.