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Venezuela: ¡La entropía de su sistema político, económico, y petrolero!

Domingo, 11/09/2022 01:12 PM

La división de tareas complejas en tareas simples, en las cuales uno puede volverse experto, es la fuente para lograr ‘la máxima mejoría en los poderes productivos del trabajo’. Fin de la cita. Adam Smith.

Una de las virtudes del capitalismo es la especialización. Gran frase célebre del teórico del liberalismo Adam Smith.

Como entropía se conoce, la segunda Ley de la Termodinámica, algo que aprendí como estudiante de Mecánica en la Escuela Técnica, y en el Politécnico Luis Caballero Mejías, aunque no es un tema promisorio para un artículo de opinión. Sin embargo, su efecto en el sistema político-económico es algo que hay que tomar en cuenta, por la gravedad de la situación, ya que es sentido común. En esencia, entropía es una medida del desorden que existe en un sistema como el venezolano, y aquí amplíe la Ley de Entropía a los desórdenes que ocurren en este sistema político-económico. En la economía, el concepto de entropía es aplicado por los especialistas en la materia en dos áreas específicas: aquellas como el caso venezolano, en donde hay muchas semejanzas con la termodinámica, como la degradación de las habilidades productivas, y aquellas que se refieren al contenido de la información, y su utilización en el análisis de datos.

La entropía puede enunciarse de diferentes maneras. La Segunda Ley de la Termodinámica plantea que en un sistema aislado donde ni materia ni energía pueden entrar o salir la entropía nunca decrece. Para este análisis, se puede decir simplemente y llanamente, que en este sistema político-económico cerrado las cosas se destruyen.

Hablando políticamente, y en buen cristiano para que se entienda como ejemplo, el comunismo estalinista y totalitario como el cubano con 63 años de miseria hacia un pueblo, es un sistema político, y económicamente cerrado; mientras el capitalismo como el de USA, con su énfasis en el mercado es un sistema abierto. En la época de la extinta URSS, los líderes de la nomenklatura aislaban a los países comunistas satélites política, y económicamente, buscando la autarquía dentro del bloque soviético. El objetivo económico de los países del bloque soviético era ser autosuficientes, no dependientes de bienes importados del mundo capitalista, como en la actualidad es el caso venezolano con la China Comunista, Rusia, Turquía, Irán etc. Creando un sistema económico cerrado, de bodegones, hipermercados, ventas de equipos, y vehículos de alta gama, farmacias de mala muerte expidiendo medicamentos sin control sanitario . O sea, un sistema sujeto a desórdenes entrópicos.

En el siglo 20 murieron 70 millones de personas en grandes hambrunas. De esos, 80% fueron víctimas de la planificación centralizada, y colectivización forzosa de regímenes comunistas. Actualmente el ejemplo más dramático de país que ha practicado el aislacionismo y políticas de autarquía económica es Corea del Norte comunista.

Hoy en pleno siglo XXI, existen diferentes clases de este tipo de sistema político-económico aislacionista, como Cuba desde 1959, y el más recientemente el de Venezuela. Estos son ejemplos de cómo, en los sistemas político-económicos cerrados las cosas se desmoronan, caso PDVSA, Empresas Básicas de Guayana, Petroquímicas, Refinerías, Arco Minero. Cuando más, los sistemas cerrados manejan un equilibro de mediocre disfuncionalidad, de la cual no pueden escapar.

Hay, por supuesto, muchas razones operacionales por las que fracasan estos sistemas cerrados y totalitarios estalinistas; irrespeto al Estado de derecho, desdén a los derechos de propiedad, excesivos controles gubernamentales (empezando por los PAC en las carreteras del país, verdaderos Puntos de Atraco Militar, y Policial, al ciudadano, y al empresario y sus productos), y más. Y, por cierto, cuando estos sistemas totalitarios muestran menosprecio por el Estado de derecho, irrespeto a los derechos de propiedad, o privan de derechos a sectores de la población, ellos también activan la Segunda Ley de la Termodinámica, y las cosas se desmoronan.

La ley de la Entropía gobierna en los sistemas político-económicos de Cuba, y Venezuela. Inevitablemente las cosas se desploman. El mejor antídoto es reponer la energía provista por un flujo abierto de información sociopolítica, y económica. La receta para detener el proceso entrópico de estas naciones es adoptar y mantener un sistema político-económico abierto.

Los sistemas cerrados están destinados a fracasar. Pero los abiertos también deben vigilar, y resistir la entropía. Sistemas democráticos de libre mercado pueden caer en varias formas de reglas elitistas, como la especulación, el lavado de dinero sucio, la devaluación de la moneda, que entorpecen la participación de la ciudadanía. Este tipo de sistemas democráticos serían entonces sistemas tendientes a cerrarse como totalitarios.

Los sistemas político-económicos totalitarios frecuentemente surgen con algún tipo de colectivismo favoreciendo a una clase, política, en el caso venezolano, campesinos, árabes, y chinos explotando a jóvenes profesionales venezolanos, en este nuevo modelo de esclavitud moderna, en detrimento de la nación. Estos sistemas estalinistas, no buscan mejorar el bienestar colectivo de, digamos, del proletariado, como plantean los marxistas de bagatela bolivarianos de baja calaña ideológica, menos el atender demasiado los derechos naturales de las personas que componen esa sub clase. Es el mismo caso del falso nacionalismo basado en la venezolanidad, donde el sistema se cierra a todos lo venezolanos que buscan mejores oportunidades, menos a los asiáticos, y árabes indeseables.

Los científicos reconocen, a la Segunda Ley de la Termodinámica como esencial para entender cuestiones científicas, económicas, políticas, y sociales. Igualmente, necesitamos entender la entropía como inherente a sistemas político-económicos totalitarios. Estos sistemas se desmoronan, y no pueden contribuir a la felicidad en los asuntos humanos, como el actual caso venezolana con la diáspora criminal.

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