La Isla de Margarita. Perla del Caribe ¿Es una zona económica especial ?

Jueves, 06/10/2022 12:52 AM

Apreciados lectores, un afectuoso saludo. Regreso de pasar unos pocos días en Margarita, nuestra isla, cuando tenía ya tres largos años sin viajar a saborear sus costas, su brisa, su encantadora luz caribeña.

Debo confesarles que, desde hace cuarenta años, la isla ha sido nuestro sitio de turismo preferido, cada año con la familia, viviendo sus cambios, buenos, malos, pero siempre la naturaleza nos maravilla, nos recoge el espíritu, y nos hace volver cada vez, con más ahínco, para reconocernos en ese pedazo de paraíso natural que tenemos los venezolanos.

Hasta el largo collar de perlas que me regaló mi esposo, y me entregó al salir de la Iglesia donde nos casamos, vienen de la isla. O venían, porque me fueron robadas muchos años después.
Pero las perlas las guarda uno en el corazón. El amor con el que te la ofrecen y la sabia naturaleza que entrega hermosuras para lucirlas.

Pasado el momento nostálgico, les comento que aun hoy en día, no sé ¿qué pasa en Margarita?

Me refiero a "monumentos" inconclusos como el edificio en pura estructura, de unos 10 pisos, airoso frente al mar en Playa Moreno, Pampatar, sin finalizar la construcción que empezó ¡hace cuarenta años! Es ciertamente un monumento a la desidia. Entendí que se construía para las merecidas vacaciones de los trabajadores petroleros de aquella época, pero no he investigado sobre su paralización.

A pocos metros, más adelante se encuentra la continuación de la avenida Aldonza Manrique, que bordea la costa y donde se erigen edificios lujosos, junto al poblado de casitas muy modestas de pescadores, que incluso han invadido la misma playa con ranchos inapropiados para ese ecosistema. Inadecuados por la cercanía al mar, porque afean además la playa, y del todo inconvenientes para vivir sumergidos en el frontal salitre.

En uno de esos edificios lujosos, vive Nacho (Miguel Ignacio Mendoza) el conocido cantante que, al igual que muchos, se enamoró de Margarita.

Me llama la atención el nombre de la avenida Aldonza Manrique. Averiguo que fue, a los siete años de edad, la primera gobernadora mujer de la isla (1527-1571) designada por el emperador Carlos V. Esto debido a una herencia ya que la provincia de Margarita fue "concedida en propiedad por dos vidas" al padre de la hija de Marcelo Villalobos.

Apreciados lectores: ¿qué significará propiedad por dos vidas"? ¿Qué méritos tuvo la criolla, nacida en Santo Domingo, para que honraran su nombre en una muy conocida calle de la ciudad de Pampatar, Municipio Maneiro? Habrá que investigar, como señala siempre mi amigo secreto Diogenes.

Pero la intención no es escribir sobre historia, siempre importante para los contextos. Lo que deseo es mostrarles un aspecto inquietante de la isla donde obras de envergadura se paralizan por años y años, sin que nadie, ni privados ni instituciones, ni el estado, ni cuartas ni quintas repúblicas, hagan algo por ello.

Siguiendo esa misma vía, más adelante, en ese tramo de Playa Moreno, otra obra se eleva desde hace años, sobre unos morros hermosos, sobre el mar. Son pequeñas casas blancas, cuadradas, que fueron paralizadas por orden judicial hace decenas de años. Según escuché en ese entonces, se interrumpió la obra casi finalizada, por lavado de dinero y narcotráfico. Siguen ahí, con cuidadores que intentan mantener la propiedad.

Y si hablamos de turismo, actividad esencial colocada en primera línea dentro de la designación de Nueva Esparta como ZEE, en Margarita deja mucho que desear.

Empezamos con el trasporte de ferry. La Conferry Bolivariana ya no ofrece a los usuarios la posibilidad de comprar con anterioridad el pasaje desde la ciudad de origen. Eso se acabó hace muchos años, según dicen mis hijos quienes ahora son los que se encargan de ese trámite. O sea, hay que viajar hasta el Puerto de Guanta, ya no en Puerto La Cruz, para saber, si acaso, hay pasaje para el vehículo con chofer. Si uno sale desde Caracas, hay que partir a las cuatro de la madrugada para llegar un par de horas antes y resolver la pregunta. Y saber si se corrió con suerte. ¿Por qué no vendernos el pasaje antes?

Anteriormente, hace pocos años, yo podía comprar los pasajes en la oficina de Conferry de Plaza Venezuela. Meses antes de diciembre, meses antes de Semana Santa y hasta meses antes del mes de agosto. Podíamos permitirnos el lujo de planificar nuestras vacaciones con tiempo.

Además, las naves salían a las dos de la tarde y era un buen horario, al menos para los caraqueños. La línea de ferrys que sale desde la Guaira, al parecer solo en temporadas, pues no está operativa en otros períodos del año, viaja únicamente los jueves y domingos, y los precios no son tan solidarios.

A Margarita es necesario y diría, hasta obligatorio, llevar vehículo propio pues el sistema de alquiler de autos no es para nada óptimo, además que los precios salen absolutamente del alcance de los usuarios.

El antiguo y antaño hermosísimo hotel Puerto Esmeralda, siempre en Maneiro, Playa del Ángel, era un lugar muy especial ubicado sobre la costa de Pampatar. Hecho con estructuras bajas, muy blancas, semejando el paisaje de costa de las islas griegas, fue manejado por varios concesionarios turísticos, e incluso en algún momento se utilizó como sede de una publicidad televisiva con la música de fondo del film Zorba El Griego. Desde hace años, abandonado completamente. Guarida de delincuentes, de sin techo y de drogadictos que estaban a un paso de la residencia que adquirimos en los años ochenta. Por supuesto, fui víctima de sus robos, así como muchos vecinos, e incluso mi hijo cuyo vehículo desvalijaron no solo de baterías sino de computadora y pare de contar. Se trata de una residencia con doble vigilancia, seguramente encompinchados con los ladrones.

Hace pocos años otra empresa asumió su recuperación y comenzaron las obras con entusiasmo, pero, nuevamente, se paralizó hasta el día de hoy. ¿Se puede comprender?

¿Las playas? Siempre hermosas por supuesto. Sólo visité Playa Guacuco y la playa del Tirano.

En la Playa Guacuco, donde moviendo, al son de baile, las plantas de los pies sobre la arena, consigues los guacucos para la cena, ofrece a la vista, además de sus hermosas olas en una larga extensión, unas precarias estructuras aledañas, sobre la misma arena, hechas por el hombre, que lo dejan a uno con cierta desazón.

Las taguaras de madera instaladas a la buena de Dios, para ofrecer servicio de playa, están en su mayoría destruidas afeando el paisaje playero. Una que otra en mejores condiciones. Incluso hay una estructura muy bella de cemento y piedras, que se construyó al inicio de la playa imagino en los años setenta, se encuentra justo ahora completamente abandonada y desolada. Frente a la playa llenas de palmas de coco que son mi delicia, y de olas bajas que invitan a entrar y disfrutar del hidromasaje gratis y natural a nuestro cuerpo.

Visité como siempre hago, el pedazo de costa conocido como El Tirano, llamado así por el tirano Lope de Aguirre, quién desembarcó en esas costas en el año 1561. También esa región, desde 1915, la llaman Puerto Fermín en honor del prócer Juan Fermín. Sin embargo, inevitablemente quedó marcado como El Tirano.

Les contaré, como ya en otras ocasiones, que, a los residentes de la zona, descendientes muchos de ellos, criollos y bastardos, de los hombres que llegaron en ese navío, no les gusta la actividad turística. Soy testigo de ello. Y para muestra un botón: el conocido e icónico Hotel El Tirano, construido en los años setenta, sobre una inmensa roca que recibe las olas del mar, es otra de esas obras emblemáticas que sufrieron igual suerte de las que les comenté arriba.

Estuvo abandonado por años, incluso con el alcalde chavista y hasta Gobernador Bolivariano, sirviendo como sede de delincuentes y drogadictos.

Finalmente, la conocida aragüeña, Chana Uzcátegui, creadora de los famosos ranchos de Chana en la costa de Guarame, se propuso inteligentemente rescatarlo. Con ayuda del gobierno bolivariano, obteniendo créditos importantes donde le pedían incluir a los consejos comunales de la zona, lo volvió a convertir nuevamente en una admirado hotel turístico, airoso y soberano frente al mar. Duró muy pocos meses.

Nuevamente abandonado, desvalijado, hay quienes me cuentan que los pobladores salían de ahí con los colchones, los vidrios, la marquetería de aluminio, los cristales. En fin, todo lo que se podía desvalijar.

Apreciados lectores, así está justo en este momento.

Problemas de corrupción donde estuvo implicado el hijo y socio de Chana, Pedro Castillo, casado con la hija del Gobernador chavista Alexis Navarro, profesor universitario, compañero de facultad.

¿Qué más podría añadir? Mi amigo secreto, al ver unos videos que le mandé, le impresionó que una zona encantadora, de costa marina que no tiene que envidiarle a Cancún ni a Punta Cana, no sea rescatada para el turismo, fuente inmensa de recursos que entrarían al país, sino dejada selvática y abandona a su suerte.

La isla de Margarita, al menos la región oriental que conozco bien, sigue siendo una perla que espera ser lucida en todo su esplendor. Tal cual, como la obra cinética La Perla de Jesús Soto, colocada sin pena ni gloria, sin un entorno verde cuidado, sobre un pedazo de tierra no más, sin una luz que la ilumine para la dicha de los ojos de margariteños y visitadores. ¿Por qué la Estancia PDVSA no asume ese mantenimiento? ¿Por qué la Gobernación de Morel Rodríguez no hace algo para ello? Es una obra de arte bella, venezolana, tal cual nuestra perla del Caribe, que necesita ser rescatada.

Antes de ofrecerla a gritos como una Zona Económica Especial. Que visitarán rusos y chinos ahora, como bien dice Diogenes, que no podrán ir ya a Europa.

Postdata: me gustaría conversar con Dante Rivas, margariteño amante de su isla, revolucionario cabal, para colaborar en esta necesaria tarea.

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