El fin del mundo según Enoc (2)

Martes, 11/10/2022 02:08 AM

En el 2018 escribí un artículo referido a este tema que de nuevo voy a tratar. Me siento obligado hacerlo debido ya que, por fortuna, por razones técnicas no se cumplió mi predicción. En verdad en materia de pronósticos esto no es nada nuevo, hasta el profeta francés Nostradamus (Michel de Nuestra-Dame) lo anunció hace siglos y hasta ahora no se ha cumplido, según los especialistas por mala interpretación de sus metáforas. Según juzgo parece que esta práctica, quiero referir, la de predecir desgracias, porque los humanos están empeñados es matarse entre si y acabar con el planeta. Tales predicciones son comunes entre los iluminados, augures, adivinos, pitonisas, vaticinólogos y taumaturgos. Pareciera que todos estamos comprometidos en mandar el mundo al carajo.

Yo, como pensador, puesto que pienso y luego existo, según René, más conocido en los medios intelectuales como Descartes, me considero una autoridad para reflexionar sobre el tema. No soy como el pensador de Auguste Rodin cuyo único mérito es estar sentado desnudo sobre un bloque de piedra, con la quijada sostenida con su mano derecha, sin que nunca se supiese el nombre de tal erudito. Esto es compresible, la escultura era de un virtuoso del cincel muy egoísta que hasta opacó a su joven amante Camile Claudel, antigua alumna y también escultora quien permaneció como una desconocida en el medio artístico.

Tampoco puedo considerarme como mi tocayo, el patriarca Enoc hijo de Jared, padre de Matusalen, quien según La Biblia caminó con Dios durante 300 años. El sacrosanto personaje, debido a su buen comportamiento fue premiado por la deidad a que no muriera y subiera directamente al cielo. Mi único mérito como pensador es abogar en mis escritos por fin del capitalismo y por el derecho de los seres humanos a vivir en paz. Sin embargo, muy a mi pesar, el capitalismo no ha desaparecido y la paz no se consigue.

No cabe duda que el animal más depredador que vive en la naturaleza es el humano, el único ser que no sabe coexistir en equilibrio con la Pacha Mama en el empeño de destruirla. Es por esta razón que no me cuesta, en mi papel de pensador, de pensar (perdonen la redundancia) en el fin del planeta como secuela de un nefasto modelo político-financiero-industrial-militar, cuya única finalidad es concebir el desarrollo fundamentado en el acaparamiento y la aniquilación de los recursos naturales del planeta.

Podemos darle una fecha del preludio de la destrucción continuada de la Tierra, esta comienza a partir del siglo XXVIII cuando se inicia en Inglaterra la Revolución Industrial caracterizada por las profundas transformaciones económicas, financieras, sociales, culturales y tecnológicas. Esta metamorfosis da inicio a la producción en serie de productos de todo tipo y el aumento de consumidores, así mismo, la necesidad de materia prima, la cual será extraída de la única fuente donde está almacenada, es decir de la Tierra, ocasionando, como consecuencia, la depredación y contaminación del ambiente. Es decir, se inauguran fábricas de todo tipo que deberán verter productos de desecho (basura tóxica) en el aire, en mar y en los ríos. Por lo tanto, las antiguas monarquías del planeta emprenden las búsquedas de las riquezas almacenadas en las entrañas de la tierra, en los bosques, ríos y mares. Para el logro de tal fin dedican sus esfuerzos a la apropiación indebida de la materia prima ubicada de los países americanos, africanos, asiáticos y de Oceanía. Esta incautación injusta genera el reparto del mundo entre las viejas monarquías convertidas en los imperios europeos, como el inglés, español, austrohúngaro, alemán francés, italiano, portugués, entre los más ambiciosos. Dicho repartimiento (las antiguas colonias o protectorados) fue considerado desigual e injusto por algunos de los beneficiados. Esto dio origen a ciertos desacuerdos entre las potencias que al final, tales discrepancias provocaron guerras atroces, como la Primera Guerra Mundial la cual comenzó en 1914 hasta 2022, puesto que tal conflagración no ha concluido.

Consecuencia de lo anterior, como pensador, en vista de lo que he vivido, he visto y leído auguro que el planeta será destruido porque el avaro capitalismo no se detiene en sus ambiciones de apoderarse de las materias primas del planeta, como petróleo, oro y otros metales, piedras preciosas, litio, gas, madera, agua, minerales de todo tipo, hasta del universo colocando satélites considerando el espacio interestelar de su propiedad. Para tal fin cuenta con diversos medios: un sistema mediático para desinformar, alta tecnología en materia armamentística, maquinaria militar como la OTAN presente en toda Europa y bases militares en el resto del mundo, organizaciones internacionales financieras, comerciales y políticas que controlan las actividades de una gran parte del planeta, organizaciones internacionales como la ONU, OEA, FMI, OMC, BM y otras. Tal dominio le permite tener injerencia en las decisiones políticas, financieras, comerciales y militares ante el silencio cómplice de los gobernantes.

Esta confabulación de los gobiernos permite al capitalismo actuar y destruir el ambiente, tal como lo viene haciendo desde hace más de un siglo. Uno de los peligros que enfrenta la humanidad es la organización de la maldad en el llamado "Club de países con bombas nucleares", cuyos integrantes iniciales fueron EEUU, el Reino Unido y Francia, responsable del lanzamiento de dos bombas atómicas contra Japón al final de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que el Imperio del Sol Naciente estaba a punto de rendirse. Sin embargo, había que probar la efectividad del nuevo e innovador artilugio mortal y de destrucción capaz de asesinar a más 300 mil personas en cuestión de segundos. Buen record. No se lazó una sino dos bombas atómicas.

Pasado el tiempo los otros países poderosos del planeta concibieron que un arma de este tipo se convirtiera en una amenaza contra ellos y se da comienzo a la carrera armamentista en materia nuclear. El referido club se amplía con nuevos miembros Rusia y China, convirtiéndose estos en vigilantes y reguladores para que otros países no "disfrutaran" de esta tecnología destructiva. Paulatinamente se van incorporando nuevas naciones al club del horror como India, Pakistán e Israel, transformándose estos en amenazas al país con la cual siempre están enfrentados. Lo más risible de todo esto es que las naciones anteriores, con misiles con ojiva nuclear, les niegan a otros países el derecho a desarrollar tecnología nuclear para uso pacífico como en el caso de Irán y otros países. Actualmente existen más 13.080 misiles con cabeza nuclear, repartidos entre varios países, apuntando hacia diversas zonas del planeta, siendo EEUU y Rusia los que tienen mayor número. A pesar que con la explosión dos de estos "ingenios mortales" se acabarían una buena parte o casi todo el planeta, que, si quedase algún sobreviviente de este fatídico estallido, los vivos envidiarían a los muertos.

Lo que actualmente se está viviendo en Europa en el enfrentamiento de EEUU, la OTAN, UE y Ucrania contra Rusia es una prueba que los humanos no han aprendido absolutamente nada de los episodios anteriores en materia de guerra. Siguen siendo los intereses económicos los que privan, los que mueven a los capitalistas para tomar este tipo de decisiones, no es la libertad, no es la democracia, ni la violación de los derechos humanos, es el negocio del gas lo que puede a conllevar a la destrucción de nuestro indispensable errabundo globo azul. Negocios mortales.

El mundo va hacia la desaparición consecuencia, no solo por la amenaza nuclear, a esto debo añadir: la depredación ambiental; la sustracción de materia prima de la Tierra de manera incontrolable; el abuso de pesticidas; el consumo de drogas naturales y sintéticas como el fentanilo por parte de millones de humanos; el uso descontrolado de fármacos por parte de los terrícolas; la mala alimentación de los niños, jóvenes y adultos; la proliferación de la obesidad; la proliferación de alimentos preparados con aditivos químicos; la amenaza del uso de armas biológicas por parte de los países desarrollados; la fabricación, por parte de laboratorios, de virus perjudiciales para los humanos; las campañas de odio y racismo; la proliferación de la venta de armas; los peligrosos avances científicos y tecnológicos; la sobrepoblación mundial; la desertificación; la proliferación y acumulación de basura; el acopio de residuos nucleares; los continuos genocidios; la falta de tierras fértiles para la producción de alimentos; la fabricación incontrolada de todo tipo de armas; entre tantos determinantes que apuntan a la autodestrucción del planeta, evidentemente, extensivo a los humanos. No se le hace difícil a este pensador vaticinar que si se sigue por esta vía quedará ni planeta y como secuela, ni animales, ni plantas, ni flores que adornen nuestro errabundo planeta azul. Quizás por esto el Físico Stephen Hawking no se equivocó cuando afirmó: "La humanidad tiene un margen de mil años antes de destruirse a manos de sus avances científicos y tecnológicos". ¿Qué planeta van a heredar quienes vienen detrás de nosotros? Le que algo queda.

 

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