"La pobreza engendra ignorancia, y la ignorancia desgracia".
Fin de la cita. Mark Twain.
La tragedia de Las Tejerías de 1993, fue debido a una explosión, y posterior incendio ocurrido el 28 de septiembre de 1993 en el kilómetro 57 de la Autopista Regional del Centro a la altura de la población de Las Tejerías en el estado venezolano de Aragua, distante de unos 60 kilómetros de la ciudad de Caracas. En Venezuela, las tragedias se repiten como comedia hasta el fatídico día en que el país, y el mundo conocieron de esta horrible desgracia en las afueras de esta ciudad.
El que suscribe esta nota trabajaba en ese momento para una empresa norteamericana la Burntel Internacional Telecomunicaciones, asociada a Inelectra, una empresa de ingeniería de consulta, que realizaban trabajos de planta externa telefónica para la CANTV, como lo hacia también Abengoa en esa época. Y nos hicimos presentes en forma solidaria, y humanitaria, para ver desde el punto vista técnico en que podíamos ayudar.
Los habitantes de la ciudad de Las Tejerías, en el estado Aragua, para entonces no se imaginarían, que con el correr de los años, la historia volvería a escribir otra vez la muerte, y el dolor, con otra tragedia, escribiendo dos tristes reseñas en la historia negra de Venezuela nuevamente.
Las Tejerías, es la capital del municipio Santos Michelena del estado Aragua, era muy poco conocida hasta la tragedia de 1993, a pesar de su actividades agroindustriales, y manufactureras. En Venezuela, pocas personas la conocían, hasta que salió la noticia de ese fatídico día en que el país, y el mundo supieron de esta ciudad a través de esta tragedia.
El letal gasoducto, fue tocado a eso de las 7:00 AM del martes 28 de septiembre de 1993. Cuando cuadrillas de una empresa contratista, del entonces Ministerio de Transporte y Comunicaciones, se encontraba realizando trabajos de asfaltado en el kilómetro 57 de la Autopista Regional del Centro. A la altura de Las Tejerías, y motivado a esos trabajos, se generó una cola a lo largo de la vía. Donde vehículos particulares, de transportes privados, y colectivos públicos de pasajeros, estaban atrapados en ese congestionamiento vehicular.
Paralelamente, una maquina cortadora tipo topadora de la empresa Abengoa, que realizaba trabajos de excavación para la instalación de los cables de fibra óptica para la empresa CANTV, que en esa época se iniciaba en forma masiva, la era del Internet en Venezuela. La topadora rozó accidentalmente el gasoducto, ocasionando una explosión de gran magnitud. Cuya explosión produjo una onda expansiva de unos 300 metros, donde el incendio alcanzó por la fuerte explosión llamaradas de hasta 50 metros. La onda expansiva, y las altísimas temperaturas alcanzaron a muchos vehículos que se encontraban circulando lentamente debido a los trabajos de asfaltado, por la autopista de manera casi instantánea. Las cifras oficiales de ese momento arrojaron la muerte de unas 43 personas, y una decena de lesionados. Cientos de vehículos resultaron dañados. El horror, y la tragedia, hicieron que Las Tejerías fuera noticia nacional e internacional, debido a este lamentable accidente.
Después de casi 30 años, vuelve otra tragedia, parecida a aquel lamentable siniestro, nuevamente, Las Tejerías es en el siglo XXI, protagonista de otra terrible mala noticia. En esta oportunidad, el culpable, fue la naturaleza, y la falta de mantenimiento de drenajes, lechos, y cauces de ríos, y la eterna e irresponsable falta de planificación. Al permitir durante más de 100 años de la fundación en 1904 de esa ciudad, la constante construcción de ranchos, y viviendas, en los cauces naturales de ríos, y quebradas, que ese día los reclamaron.
La noche del pasado sábado 8 de octubre, las fuerzas de la naturaleza, causaron el desbordamiento de varias quebradas, y riachuelos, dejando un lamentable saldo inicial de unas 37 personas fallecidas, y 52 desaparecidas aproximadamente.
Cientos de familias lo perdieron todo. El Gobierno Bolivariano, con el presidente Maduro a la cabeza, se desplegó de inmediato en la zona para atender a los afectados.
Sin duda que estas dos tragedias, marcarán para siempre a los habitantes de Las Tejerías, y quienes seguramente más nunca querrán seguir escribiendo, páginas de terror en la historia de Venezuela. Estos problemas no se solucionan colocando militares ignaros al frente de esas operaciones, es seguir cometiendo los mismos errores. Esto se resuelve con planificación, recursos, y con profesionales, técnicos, y trabajadores calificados, para que estas tragedias no se vuelvan a repetir en nuestra querida Venezuela. Zapateros a sus zapatos.