Arcadia Fugaz

La autocracia Venezuela y la cultura de los pueblos, después de la Guerra Fría

Sábado, 29/10/2022 12:49 AM

Las autocracias de Egipto y Arabia Saudí siguen aliados y ligados a Washington y respecto a Moscú, prefieren buscar un ostpolitik conciliadora, como hicieron durante la Guerra Fría. En vez, de un enfoque más beligerante, más a la americana. Los europeos a fin de cuentas desean un acercamiento con los norteamericanos y que sea democrático. Las diferencias estadunidenses con sus aliados europeos es que, se escarcearon con la invasión a Irak, palidecen ante otras diferencias geopolíticas más fundamentales y, sobre todo, ante las crecientes tensiones de la alianza trasatlántica democrática y la Rusia autocrática.

La búsqueda de una paz europea ha costado, sino también, y sobre todo, el mantenimiento de un orden monárquico y aristocrático contra los desafíos liberales y radicales planteados por la revolución francesa y la revolución norteamericana y, sus resonancias en Alemania, Italia y Polonia. El concierto fue agotándose gradualmente a causa de las tensiones creadas por el nacionalismo popular, alimentado en parte por el ascenso del liberalismo y neoliberalismo revolucionario. La ONU es un concierto de grandes potencias que estableció Franklin Roosevelt en el Consejo de Seguridad y, la ONU se encuentra hoy derribada por los conflictos ideológicos, más que por la guerra.

El futuro Orden Internacional será establecido por aquellos que tengan el poder y la voluntad colectiva de darle forma, la cuestión es que sí las democracias liberales del mundo volverán a estar a la altura de este reto. La lucha en el pasado continúa, como prosiguen en la actualidad. Actualmente el resurgir de las potencias autocráticas se ven debilitadas por la acción envolvente de Venezuela, Irán y Rusia para lograr un desarrollo evolutivo de los países del Sur.

Aquí nadie critica a nadie, Gustavo Petro ordeno cerrar las fronteras por asuntos del contrabando por las trochas debido a la corrupción entre ambos países, en nuestro país nadie puede opinar debe guardar silencio.

Queremos expectativas a nivel mundial. Dejando atrás el escepticismo. Quien versa una opinión, sea Psuvista o no pierde la oportunidad al bono. Estamos en un espacio de la vitalidad controlada y, el siglo XX fue el siglo más destructivo desde el diluvio. Hay que reconocer esta terrible realidad.

En mi caso, al emitir una opinión, como escritor y periodista solo deseo alertar sobre agresiones a gran escala, las hambrunas propiciadas por la burguesía, los genocidios, femicidios, y las amenazas de una guerra nuclear. Es un testimonio de la vitalidad de una visión y que los dirigentes en vez de crear un Estado de Bienestar, solo crean formas que atraen el mal.

Rusia, extiende sus efectos hacia China para consolidar sus fundamentos democráticos y que, los acuerdos y tratados no tengan un efecto sutil. Carlos Andrés Pérez fue un gran amigo de Moscú, tanto así que depositó su confianza en ellos en el caso de las comunicaciones, la mejor tecnología es la rusa. El propio Putin lo ha creído y los chinos han invertido millones de dólares en ampliar las redes de Internet entre sus aliados.

El país debe desarrollarse a un ritmo idóneo y las reformas tengan una aplicación a un signo de vida y que, China y Rusia ya se encuentran en un proceso de democratización en sus propios niveles.

El pueblo ya debe relanzarse en la lucha popular y, aligerar el debilitamiento de los corruptos que se activan mediante la oligarquía y burguesía. No es una descalificación a la acción política o, la preparación del camino para aventuras autoritarias. Toda idea implica un riesgo, se hace necesario la restauración de la identidad nacional que se perdió en el oscurantismo político. Es necesario entender lo que significa la palabra movimiento. Nos encontramos en una degeneración de la oligarquía y, del carácter irreal de la gobernanza.

Estamos en una era tecnocrática aplicada a los procesos económicos, militares, ecológicos y demográficos a nivel contemporáneo. Desde luego, es una larga historia diversificada de las relaciones del capitalismo.

Hubo un tiempo en que el capitalismo en la simultaneidad de las revoluciones cívico- burguesas y la revolución industrial a fines del siglo XVIII, así como la correspondencia subrayada de Marx entre las formas de circulación mercantil y las figuras de las individualidades jurídicas nos topamos con el capitalismo histórico. Lo cierto, es que debemos someternos a una gobernanza, con sus propias contradicciones. Es necesario que las revoluciones acaben con toda dominación y, lograr un pueblo libre y se constituya en una tendencia irresistible.

En un político amante de la democracia puede haber deriva de las argumentaciones. Se deben respetar las leyes, el sistema y un Estado en una estructura globalizada. Esto, lo llamamos estética social. Un buen político tiene discurso y retorica para analizar lo que considera coyunturas. Es la manera de asumir una cultura de aliados. Es un escenario muy amplio con una función pública. No es tiempo de planetistas, requerimos hombres serios.

En la época del tecnoliberalismo y, cualquiera que tiene un dominio sí das una opinión y te elimina un bono patriota. Es mezquindad. De allí lo delicado de escribir en Redes Sociales, los regímenes políticos dispersos deben corregirse y asumir su autonomía. Es que las opiniones traen odio, o de rabia dislocadas.

Es un mundo de opiniones, ello trajo esa invención genial del tecno liberalismo que son las redes sociales, las cuales les dieron a los individuos el sentimiento de ser importantes mostrando secuencias de sus vidas o revelando públicamente sus experiencias en la vida. De pronto, ese sentimiento de individualización se transformó en la ilusión de que se había ganado en autonomía, en movilidad, en independencia, en capacidad de gestionar su vida según los términos del nicho neoliberal, es decir, gracias a útiles que daban los medios para inscribirse en esa lógica Sadin nos presenta el engañoso mundo en el que vivimos enganchados de Twitter, Facebook o Google al mismo tiempo que perdemos nuestra esencia, nuestra sensibilidad y nuestra subjetividad. El Metaverso será la próxima trampa.

He visto, muchas realidades, como periodista y escritor, digame en el Hotel Intercontinental de la ciudad de Valencia, cuandio había actos protocolares, sí hubo o hay una critica es en lo positivo, en el 1971, empecé a ver cosas que sucedían, ya en el 1963- 68, le escribía poesías y relatos cortos a mis compañeros de clase para que las compartiese con sus compañeras de clase, hubo un año que falte 15, quince, días a clase porque los más adultos querían una canción romántica, vallenato, poesías o relatos, cobraba un medio. De pronto empecé escribir sobre política y farándula.

Muchos se han disolucionado de la política y, constituye un asunto progresivo, al final de cuentas, son principios comunes de acontecimientos decisivos. Fue a partir de los años 70- 75 que comenzó el giro liberal, que algunos llamaron el pacto de confianza. Recién a finales de los 90 aparece el fenómeno más decisivo, fundamental: la aparición simultánea del teléfono móvil e internet. De pronto, ese sentimiento de individualización se transformó en la ilusión de que se había ganado en autonomía, en movilidad, en independencia, en capacidad de gestionar su vida según los términos del nicho neoliberal, es decir, gracias a útiles que daban los medios para inscribirse en esa lógica

Los extremos políticos han sido muy frágiles. Apareció la dialéctica de los opuestos, del antagonismo entre las circunstancias y el humanismo individual, y no la conformidad ni la identidad.

Es la relación entre la esfera privada y pública que ha alterado todo el territorio latino. ¿Dónde termina la individualidad y, donde comienza el dominio público? Solo basta razonar y ver esa verdad.

Los grandes textos literarios se ven amenazados como los políticos, hay grupos que buscan desacreditar la ideología del humanismo. , cuando no, también su práctica comprometida. Unos buscan desacreditar y humillar al que se atreviere a opinar o escribir una opinión. Esta en escena, la perturbación. Nadie, en este escenario debe quedar anulado.

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