He aquí un nombre que revive polémica y aviva el escozor latente de heridas no cicatrizantes ni por el tiempo ni por la historia, pero quienes lo odiaban y no solo odiaban su nombre, sino que bastaba con pronunciarlo para que la hipocresía de ciertos profesionales de la moral cambie de color, tornándose lívidos de ira e irrumpen en improperios contra el eterno y supremo comandante.
Aquellos que lo han insultado con burlas el desnaturalizado, el bembón, el blasfemo, el luciferiano que fue enemigo de la paz, el orden y la autoridad, agotando el diccionario de los epítetos difamatorios, arrojan sobre su nombre toda clase de insultos, pero no han podido ni podrán menoscabar su obra de gobierno y mucho menos su liderazgo, quien antes de su partida física dejo bajo responsabilidad los destinos de la patria de Simón Bolívar a otro líder, Nicolás Maduro Moros para dar continuidad a su gobierno, basado en el plan de la patria, el cual redactó con su puño y letra. El presidente Maduro ha sabido dirigir con un bloqueo económico impuesto por el imperio norteamericano, el más criminal del planeta, con intentonas golpistas para derrocar su gobierno; terrorismos, Covid-19 y todos los medios calamitosos para derrocarlo.
Con todo eso no han podido ni podrá impedir el avance progresivo de la revolución bolivariana de Venezuela. Hasta el presente su presidente Nicolás Maduro ha demostrado madera de estadista, gobernando "con el pueblo, por el pueblo y para el pueblo", como lo ordenó el eterno comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
Aún quedan vestigios de una oposición que se halla fuera del país de donde reciben apoyo para continuar conspirando contra la patria de Simón Bolívar, pero el pueblo bolivariano está convencido que tenemos un presidente constitucional que se llama Nicolás Maduro Moros.
"PATRIA SOCIALISTA, VENCEREMOS Y TRIUNFAREMOS"