Quienes lean estas líneas –y más aún quienes me conocen– pueden tener la absoluta certeza de que hablar de seres como Diosdado Cabello y Oscar Figuera me produce algo parecido a la acidez, porque son personajes que representan gran parte de lo que debemos superar –y superaremos– en el país y en el Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Sin embargo, estoy moralmente obligado a hacerlo, ya que me informaron que el conductor de «Con el mazo dando» volvió a aludirme, el pasado 16 de noviembre.
A pesar de que la edición Nº 411 de su programa duró tres horas y cuarenta minutos, esta vez tuve la «suerte» de que la mención fuese a la hora y media del inicio, por lo que la agonía de verlo en video no fue tan larga.
De todas maneras, para ahorrarle el mismo sufrimiento a los lectores, al igual que con el artículo anterior, seguidamente tienen la transcripción de lo que dijo:
«Bueno, ahí está, el Partido Comunista dividido ahorita, María [León], muy dividido.
»Porque parece que hicieron una reunión, eso sí fue entre cuatro paredes. Y… ¿Ah? Sí, un Congreso, sí. Entonces, salió Carlos Aquino peleando con Figuera porque lo dejaron por fuera; no sé cómo fue la cosa.
»A mí me han enviado cartas de varios estados, y yo les digo: "Bueno, acudan a donde tienen que acudir", para ver qué fue lo que pasó, porque parece que hicieron un Congreso, un Congreso pero parecía una parrilla, pues, con los amigos nada más, y tomaron una serie de decisiones ahí –son las decisiones que los ponen al lado de la opinión de EEUU–, de la cúpula que dirige hoy al Partido Comunista, una cúpula que dirige ahí, con Figuera al frente, pues.
»Y se van por el mundo, a hablar mal de la Revolución Bolivariana. Se fueron a Cuba a hablar mal, y allá menos mal que los Partidos los pararon –varios Partidos Comunistas de otros países–, a hablar mal de la revolución. […]»
ACLARANDO POSIBLES DUDAS
Como ni Diosdado en su programa ni Figuera en su chiringuito permiten derecho a réplica, por este medio expreso un conjunto de puntualizaciones:
1ª) Eso de que «el Partido Comunista [está] dividido ahorita, […] muy dividido», habría que desmenuzarlo:
– Por una parte, debo insistir en que quienes impulsamos la reconstrucción revolucionaria del PCV no hemos planteado ni promovido crear una fracción orgánica o dividir lo poco que queda de él constituyendo otra organización que atomice aún más al disperso movimiento comunista venezolano;
– Reitero que la profunda crisis que tiene el Partido no nació por mis declaraciones públicas, sino que su origen se encuentra en la consolidación de una pandilla –encabezada por Figuera– que secuestró la democracia interna del PCV, traicionó sus principios fundacionales y desvió sus objetivos estratégicos[1];
– Ratifico que a lo interno del PCV se agudizan contradicciones antagónicas, y que la militancia tiene una disyuntiva histórica en la que debe elegir entre la depuración y reconstrucción revolucionaria o continuar con una camarilla que por más de dos décadas ha hundido e infectado al Partido con fraseología pseudorevolucionaria en defensa de los enfoques, las prácticas, la gestión y «el legado» del proyecto socialreformista de Chávez[2].
2ª) Con aquello de que en el 16º Congreso[3] «salió Carlos Aquino peleando con Figuera porque lo dejaron por fuera», se nota que a Diosdado le echaron muy mal el cuento:
– En mayo de 2019 informé al Buró Político (BP) mi decisión de dejar de ser funcionario del PCV, lo cual posteriormente reconfirmé en una carta[4], y en octubre de 2019 el Comité Central (CC) aprobó –con mi voto a favor– la propuesta del BP de sustituirme en la Dirección de Tribuna Popular y como miembro del BP, manteniéndome sólo como militante de base y miembro del CC;
– Ya no teniendo la responsabilidad de ser propagandista ni vocero de las aberraciones de los cabecillas del BP, a partir de principios de 2020 –hace casi tres años, cuando todavía Figuera y sus compinches seguían los dictados del PSUV y defendían al Gobierno– comencé a develar ante la militancia el prontuario de ellos y a mostrar públicamente las diferencias conceptuales, políticas, metodológicas y de enfoque por las que me batí a lo interno durante más de una década;
– Aunque lo insinúe Diosdado y lo haya dicho Figuera, he demostrado que mis actuaciones no son producto de un «conflicto generacional», una «reacción visceral» o por «ambiciones personales» en una pugna por la Secretaría General.
3ª) Ahora Diosdado dijo, en genérico, que le «han enviado cartas de varios estados», cuando la semana anterior afirmó haber recibido cuatro cartas de Comités Regionales del PCV:
– Es una diferencia cualitativa que algún militante o exmilitante le envíe una carta, a que lo haga un organismo de dirección intermedia;
– Sería impresentable y políticamente injustificable que alguna de esas cartas fuese de quienes «migraron» al PSUV en 2007 –hace más de 15 años–, como María León, Jesús Germán «Xuman» Faría o Euribes Guevara, e incluso de quienes corrieron al PSUV en años más recientes, como Henry «El Gallo» Parra.
4ª) Aquello de que el 16º Congreso «parecía una parrilla, […] con los amigos nada más», numéricamente sí puede caber, pero la analogía no refleja el ambiente que se vivió:
– A pesar de los filtros, las exclusiones y maniobras que aplicó el BP, el 15% de los delegados no votó por Figuera para integrar el CC;
– El 40% de los delegados no votó a favor de Perfecto Abreu Nieves y Janohi Rosas, lo cual obvió Figuera y repiten en la Presidencia del PCV y en la Secretaría de Organización.
5ª) Con el discurso de que «la cúpula que dirige hoy al Partido Comunista, […] con Figuera al frente» tomaron «decisiones que los ponen al lado de la opinión de EEUU», es con lo que más se evidencia que las camadas de Diosdado y Figuera comparten el ADN del oportunismo acomodaticio y demagógico que adoptaron de Chávez:
– Cuando les ha convenido a sus respectivos intereses, no escatimaron en mutuos halagos públicos ni en alianzas con saldos políticos para uno y materiales para el otro;
– Cuando chocan sus intereses, empiezan a sacarse los «trapos sucios» que tiene cada uno;
– Para Diosdado, ahora Figuera y los suyos están del lado de EEUU; y para Figuera, ahora Diosdado es anticomunista, el de Maduro es un Gobierno «entreguista» y la «oposición dialogante» pasó a ser «derecha colaboracionista»;
– En sintonía con esa conducta, Figuera y sus cortesanos nos acusan de «agentes de Diosdado» a quienes hemos combatido durante años las desviaciones chavistoides del BP.
6ª) Aquello de que «se van por el mundo, a hablar mal de la Revolución Bolivariana», amerita una aparentemente sutil diferenciación:
– El BP se «deslindó» del Gobierno de Maduro, no del progresismo chavista ni de la gestión de Chávez; por eso el reclamo que le hace al actual presidente es haberse alejado del «proyecto político estratégico» de Chávez;
– Al revisar las comunicaciones del BP e intervenciones de sus voceros a nivel internacional, desde mediados de 2020 a esta fecha, se constatará que esa es la línea discursiva;
– Por ende, no «hablan mal» de la Revolución Bolivariana, al contrario, la reivindican, sólo que concretamente el periodo de Chávez;
– Nuestro planteamiento es debatir y reconocer autocríticamente los errores y las desviaciones que hemos tenido durante más de 20 años –incluyendo el seguidismo servil al «arañero de Sabaneta»–, para poder iniciar un proceso de reconstrucción autónoma de la izquierda revolucionaria y de sus organizaciones.
* * *
[1] «Violaciones normativas, procedimentales y de principios», 17 de marzo de 2022.
[2] «Imperiosa necesidad política y moral», 8 de noviembre de 2021.
[3] 3 al 6 de noviembre de 2022.
[4] 16 de septiembre de 2019.