La rigidez de las concepciones políticas, basadas en plasmar una idea a las legislaciones o estructuras de la república, se han convertido en un fracaso, como ha sucedido en los grandes proyectos del siglo XX y XXI. Quienes se adueñaron de los partidos a nivel de las regiones, desean aplicar ideologías fuertes y cerradas por el burocratismo, debido al dogmatismo. Tal como cayo AD en la época del último caudillo, Alfaro Ucero. En consecuencia, se han precipitado a la involución y, hasta en el descrédito al cabo de los años. Es entendido que los valores y las creencias de los ciudadanos al Sur, es muy pobre porque, nunca ha existido seriedad en cada planteamiento, por el proceso de transculturización y rigidez, lo que implica un simplismo reduccionista.
Lo que sucede en el Perú, debe ser visto desde una proyección cuántica. Incluido los aspectos de la vida cultural y las relaciones económicas del Estado. Debe existir una perfecta relación de un pensamiento político que determina un orden establecido desde la conciencia hasta la cultura,
La historia se teje como una sola trama, es sistémica. Todo esta unido a la nueva ciencia cuántica, donde la bolsa de valores es clave para tener un nivel de conciencia y fundamentar los pasos de la democracia.
Perú, no entra al aro por la globalización económica. La burguesía y oligárquica tiene sus singularidades históricas, donde la mente y el espíritu es colonizar y explotar al pueblo. Lo que implica que el sistema económico ofrece una dialéctica confusa que viene desde la época del general San Martín. El litio, es el enfoque de todos estos engranajes para colonizarnos.
La concepción burocrática adquiere forma es en la industrialización, y nos hemos olvidado que el pueblo se adecua en sus necesidades.