Las batallas de Carvajal e Isnotú

Jueves, 22/12/2022 06:54 AM

Después de la partida de Cipriano Castro con la revolución
Restauradora de Valera las tropas de Leopoldo Baptista que se
encontraban situadas en Carvajal al no poder oponerse a las tropas del
caudillo tachirense solo intercambian unos tiros con alguna partida
retrasada y no se suscitan combates de mayor envergadura siendo fácil
para la gente de Castro el paso por el estado Trujillo.

El doctor y General González Pacheco desconoce el gobierno del Juan
Bautista Carrillo Guerra con el cual nunca tuvo muy buenas relaciones
ataco el 20 de septiembre a Trujillo a las cinco de la mañana.
La guarnición defensiva era muy poca pero peleo con bravura Desde la
torre de la iglesia de Trujillo se situaron francotiradores que
oponían fuerte resistencia a los atacantes entonces estos decidieron
quemarla para acabar con el enemigo.

Hubo muchos muertos en estos combates como es de imaginar y las
fuerzas de Carrillo Guerra tuvieron que rendirse. Los lagartijos
gonzalistas como se apodaban a los liberales deciden castigar a
Carrillo Guerra. Prepararon a sus hombres que eran unos 900 y atacan a
Guerra que solo contaba con cien hombres que estaban mal armados y sin
ninguna experiencia en el combate.

A pesar de todo con la ayuda de unos pocos veteranos Carrillo Guerra
combatió por 12 horas teniendo solo 12 bajas mientras la gente de
González tuvo 70 muertos. Las fuerzas atacantes a pesar de ser
dirigidas por un hombre decente y de gran calidad humana y de una
formación universitaria al consumar la derrota del enemigo se dieron a
la tarea de saquear y cometer atropellos indignos de soldados
comandados por González Pacheco.

La gente del Tigre de Guaito al ir a saquear la casa de Carrillo se
encontraron con Pepito Garbi y José Gabaldón que les impiden tal hecho
a pesar de pertenecer al mismo bando. Los vencedores saquean la ciudad
y sueltan a los presos comunes y como ya les mencione hay atropellos.
Mientras esto ocurre la gente de los Araujo y los Baptista se
preparan. José Manuel Baptista reúne un grupo de hombres en Jajo y en
Valera pero se entera de la rendición de la ciudad de Trujillo.

Él ya sabe que su hijo Leopoldo Baptista se acerca desde Barquisimeto
por el camino de Carache a Santa Ana y se apresta a esperarlo en La
Quebrada Grande. Como es de imaginar de un hombre tan bragado como
González Pacheco que buscara el enfrentamiento.

Las fuerzas del General José Manuel Baptista, las de Leopoldo y las
del general Pedro Araujo se encontraban en la placita de Carvajal. Los
combates empezaron el 1 de octubre todo el día, se combate casa por
casa y en esta acción ocurre lo mismo que en Trujillo los liberales
sitúan a sus mejores tiradores en la torre de la Iglesia y estos
producen una gran cantidad de bajas en las tropas conservadoras.

Leopoldo Baptista que conocía la puntería certera de los hermanos
Terán les ordena que se encarguen de los tiradores de González
Pacheco. Los hermanos Rodolfo y Mario les conocen sus disparos como el
tiro teranero que era dado en la base de la nariz, en medio de los
ojos.

Los dos hermanos armados con rifles Winchester van bajando a los
francotiradores uno por uno de la torre de la iglesia y el 2 los
liberales se retiran con varias bajas importantes como fueron el
General Pimentel y el Coronel Dávila a Pampanito y Pampám en donde
descansan por dos días.

Las fuerzas de los conservadores se encargan de enterrar a los muertos
y a los heridos lo envían a Valera. La batalla dura 48 horas
interrumpidas. En la pelea de Carvajal se acercó el futuro general
Gabaldon al General Pedro Araujo y le dijo que quería incorporarse a
la tropa y este le responde que no lleva mocosos al combate.

Gabaldón no tiene pensado dejarse apabullar por las palabras de Araujo.
En la batalla de parte de los conservadores se distingue en el combate
una compañía "Estiguate" al atacar las posiciones de González con gran
valor. Al terminar la lucha el General Pedro Araujo quiere saber
quiénes han sido los locos de la compañía que se arrojaban en contra
de las posiciones enemigas y cuál sería su sorpresa al ver al joven
que hacía unos días había desdeñado por mozo.

¡Qué le dije general que yo no era ningún mocoso! A Gabaldón se lo van
a disputar para sus fuerzas los generales Pedro Araujo y José Manuel
Baptista. y lo llamaran "el niño José". En uno de los combates en
donde Gabaldón acompaña al general José Manuel los disparos pasan
silbando cerca de ellos y como es normal el muchacho se encoge
Baptista le dice: "No se cimbre, que la que chifla no pega:"

Los liberales se dirigen a Motatán seguidos por la gente de los
Baptista y los Araujo que reciben armamento y municiones del Zulia.
González Pacheco al enterarse decide atacar a sus contrarios para
apoderarse del armamento pero la municiones se encuentran en manos del
enemigo que habían sido enviadas desde Agua Santa a Sabana de Mendoza
en donde horas antes la habían descargado así que al llegar los
liberales encontraron los vagones del tren vacíos.

Los conservadores se dirigen a San Juan y sus enemigos se sitúan en el
cerro de Ponemesa en donde antaño se suscitó aquella famosa batalla de
la campaña Admirable. El 6 de octubre los liberales se sitúan en San
Juan e Isnotú y los conservadores se atrincheran en Betijoque.

Los Baptista contaban con 500 fusiles nuevos y de 100000 balas y las
tropas de González tenía solamente 20000 capsulas. El 8 de Octubre se
libra en Isnotu la más sangrienta batalla de la historia del estado.

Las tropas de González Pacheco tienen la obsesión de apoderarse de las
cajas de municiones de la gente de Leopoldo, en esta batalla los
liberales gastan casi los 20000 tiros con que contaban. Se apostan a
la entrada del pueblo y las tropas de Leopoldo Baptista atacan en la
madrugada y el combate empiezan con brío y heroísmo de ambas partes.

El ataque de frente de los conservadores es rechazado por el General
Eugenio Montaña pero otro ataque por detrás corta el centro del
pueblo. Estas fuerzas atacan de frente y por los flancos buscando el
camino de atrás del cementerio, los combates son cruentos y al final
los hombres de González Pacheco se retiran hacía Pampám en donde se
presentan escaramuzas y de ahí se dispersan.

En la batalla de Isnotú se producen 300 muertos y 700 heridos y hasta
en Betijoque en el sector de Los Cedros se producen combates. Leopoldo
Baptista se queda con el grueso de la tropa ocupándose de los muertos
y de los heridos, mientras su padre sale con su batallón a perseguir a
González Pacheco haciéndolo huir a Barquisimeto.

Hay una anécdota del respeto que se le tenían a los jefes en plenas
batallas los dos bandos conocían el sombrero pelo de guama de Leopoldo
Baptista y el sombrero de jipijapa de González Pacheco y nadie se le
ocurrió dispararle a traición a los jefes de los poncho y de los
lagartijos.

Narra el Dr. Betancourt en su excelente libro "Tiempos de Caudillos"
que Leopoldo Baptista ve pasar a un capitán de sus tropas en la mula
blanca de González y lo llamo y pregunto de quien era esa bestia y al
saber que era de González le ordeno que se la entregara personalmente
al caudillo ya que el no aceptaba los botines de guerra.

Lo que si no nos dice el escritor trujillano es si el capitán poncho
devolvió la mula. Indudablemente la personalidad de Leopoldo Baptista
era bastante interesante y con un código de honor bastante rígido.

Los caudillos trujillanos se han caracterizado por ser hombres de
personalidades muy bien definidas, no solo los de aquí de Trujillo
sino los hombres que llenaron nuestra historia en las épocas de la
Independencia , la federación y en la guerras del caudillismo, claro
sin olvidar los nombrados caciques indígenas que combatieron
inútilmente por la libertad de estas tierras. Saliéndonos un poco del
tema no es malo comentar que la historia de nuestra tierra es
apasionante y siempre llena de heroísmo y sacrificio.

Volviendo al tema después de estas luchas en esos momentos ya Cipriano
Castro había llegado a Caracas y en la ciudad de Valera es recibido la
noticia con beneplácito y los lagartijos y los ponchos buscaran la
cuota de poder en el gobierno de Castro y luego en el de Gómez.

Extraído del libro "LOS CAUDILLOS TRUJILLANOS Y SUS HISTORIAS" de José
Rosario Araujo

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