El mango de la R Causa

Martes, 27/12/2022 12:16 AM

Acompañe a Andrés Velásquez en su primera campaña electoral a la presidencia, junto a mi amigo Carlos quien en esos tiempos de carencias fungía como su asistente, la primera fotografía de Andrés en El Nacional apareció en La Viñeta de este diario venezolano (hoy expropiado su edificio). Recuerdo que al carro de nuestro candidato se le acabo la gasolina (en esa época la gasolina era muy barata y abundante en Venezuela) y ambos candidato y asistente se ponen con un envase plástico y un embudo hecho de papel periódico a ponerle combustible al vehículo accidentado y yo tomo la fotografía (sin permiso del candidato). Arranca Andrés arranca, creo que era un texto así lo que le daba carnadura a la imagen.

Lo cierto es que hubo muchos reclamos por esa fotografía, también reclamos de toda la dirección de la R Causa, como me gustaba llamarla, esa campaña no dio muchos votos, pero amalgamo sentimientos de organización y de fraternidad, era el año 1988 y las elecciones las ganaría Carlos Andrés Pérez, nadie en la R Causa esperaba ganar, en el local de Los Matanceros (nombre de la R CAUSA en la zona del hierro) no nos hacíamos muchas ilusiones, era si una campaña divertida, animada con muchas necesidades y con grandes dosis de ingenio a la hora de enfrentar la adversidad. En medio del patio del local de los matanceros crecía un frondoso árbol de mango, los frutos de ese árbol nos mataron el hambre en más de una ocasión y entre caratos de mango y mangos militamos, discutimos, razonamos.

Luego llego El Caracazo y cambio toda la lógica política de la nación venezolana y con ese fenómeno social también llego La R Causa a engordar y a buscar aliados y sumar, ya no quería ser una asociación de grupos dispersos la lógica leninista se imponía a cada paso, Andrés se convertía ya no en solo un dirigente obrero, ya no se dudaba de la voz de la dirección, se perseguía a la disidencia. Yo participe activamente en los combates callejeros de febrero de 1989 y a partir de ese punto, aunque los R causianos que estén el gobierno lo nieguen, también hubo persecución a quien llegara a participar en movimientos sociales sin fuera de lo establecido por la dirección.

Todo aquello de un movimiento flexible, de grandes discusiones, de actividad popular y social de que hablaba Maneiro se fue colapsando y fue tomando cuerpo una organización electoral, cuyo único fin era ganar las elecciones (que ganaría Caldera), así que la R Causa fue sumando y cooptando y siendo cooptada por deseosos militantes profesionales (cuya más codiciada prenda era ser electos y manejar presupuesto).

Lo lograron ganaron alcaldías, gobernaciones, senadurías, diputaciones y sigue la cuenta. No creo que Andrés haya ganado las elecciones frente a Caldera y de verdad creo que hubiera sido peor que el propio Caldera, aunque menos malo que Maduro. Y es que de haber existido fraude en las elecciones los sabrían Aristóbulo, Paravisini, Capella, Farruco Sesto, Eleuterio Benítez, Aguedo Alcala y todos los que fueron senadores o diputados por dicha organización. La R Causa había dejado de ser una organización divertida y se había transformado en un partido más, con menos carga teórica que el MAS (Al morir Maneiro se le acabo la sagacidad política y también se acabó la confianza entre los actores).

Andresito seria electo gobernador del Estado Bolívar y sus antiguos compañeros o muchos de ellos serian expulsados o se harían entre unos y otros la vida imposible. Creo que yo fui de los primeros expulsados junto a dos o tres amigos de esa organización, pedimos un derecho de palabra y Andresito junto a otros capataces, nos mandó a sacar y nos señaló con adjetivos menos graves de con los que hoy él es señalado, todos en esa asamblea guardaron un silencio sepulcral, para luego vituperarnos mientras salíamos de los espacios que ocupaban los militantes. Luego vinieron señalamientos, persecución y acoso.

Andrés se transformó en lo que yo creía que el despreciaba en un eterno candidato, como German Borregales o Jóvito Villalba. Sin movimiento obrero en Guayana y tampoco empresas metalúrgicas con miles y miles de hombres y mujeres que le den carnadura a algo interesante. Poco o nada queda de aquel vozarrón y de aquella sencillez o de aquellos diálogos con los trabajadores, con los humildes, con los que nada tiene además de la esperanza.

Aquella fotografía que publico El Nacional hoy tiene tanta vigencia como en sus días de aparición y aquello de Arranca Andrés Arranca. No creo que el eterno candidato se atreva a salir de su añejada candidatura electoral, ojalá y les diera cabida a otros, no sé si a Américo De Gracia (escucho que este es un alacrán) y no sé si es verdad (yo creo que Américo solo tiene corazón de policía) y es que el corazón del que tiene esa condición no latirá como el de los demás. En fin, la vida.

Nota a pie de página: La vida es una donde los dados no están cargados y donde la suerte tiene un gran peso en nuestra vida. Lo otro son libros de autoayuda.
La Escuela de Teatro Ramon Zapata en Valencia la de Venezuela está a punto de morir de mengua y su planta física esta que da "grima". Pero su dirección guarda silencio, pecar de omisión, también es pecar. Ojalá y la dirección de la Escuela de Teatro Ramon Zapata se atreva hablar y a exigir lo que por dignidad y ley le corresponde a ese centro de estudios actorales.

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