Diario de una Cuarentena

Capítulo Cuatrocientos Noventa y Cuatro: Alertas tempranas para el año 2023

Jueves, 29/12/2022 11:16 AM

A 1.019 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en la mitad casi de la semana 146 de esta contingencia, y siendo el jueves 29 de diciembre de 2022, quiero permitirme algunas alertas tempranas sobre algunos focos policéntricos que pudieran denotar una importante conflictividad social en el año 2023. Y es mi obligación moral lanzar estas advertencias a través de los medios que dispongo para ello.

Debo hacer un obligado comentario sobre el reciente incendio en el Complejo Refinador de Paraguaná, en el estado Falcón. Para los que alguna experiencia tenemos en las lides políticas y revolucionarias, debo señalar responsablemente que para mí esto no es nada inocente. Sobre todo, cuando dentro de los titulares de la noticia indican "conato de incendio". Y con la misma suspicacia de mi amigo, el ingeniero Oscar Rattia: ¿Será que para los que titularon esa noticia debía quemarse completamente el CRP para considerarlo como tal? Por una duda que tengo como lo diría Roberto Hernández Montoya.

Un complejo refinador de esa envergadura, reparado totalmente con tecnología iraní producto de los convenios celebrados por el Presidente Chávez con diversos mandatarios de ese país, y continuados además por el Presidente Maduro. Qué casualidad que sea inmediatamente saboteado. Esto indudablemente ya está generando el problema de la falta de combustible, ya que un fenómeno que algunos analistas hemos advertido semanas atrás sobre la reaparición de las filas o colas en las estaciones de servicio para poder proveerse de este hidrocarburo, ha venido escalando y seguramente escalará, ahora con esta situación que se ha venido presentando recientemente.

Ya está situación se había solventado en buena medida, este complejo refinador de Paraguaná ha sido reparado por enésima vez y ya vemos lo que está en pleno desarrollo.

En estos momentos nada debe sorprendernos, puesto que en el país estamos cundidos de células durmientes del paramilitarismo colombiano y de militares apátridas venezolanos que aun no se sabe dónde están asesorando y entrenando a mercenarios del M16, Mossad, CIA, entre otros. No podemos olvidar que el terrorista convicto y confeso de Lorent Saleh se encuentra en Ucrania, específicamente en Kiev, y uno cabría preguntarse: ¿Qué fue a hacer ese muchacho para allá?

Otra situación o alerta temprana que responsablemente quiero formular tiene que ver con los que trabajamos con el petro. Algunos indudablemente pudieran pensar que lo que plantearé a continuación es una locura, pero no es así. Resulta que hace algunos días ha ocurrido el colmo de los colmos. En medio de la batalla por proteger nuestro poder adquisitivo (y confieso que yo que la había dejando un tanto la estoy retomando), donde el petro constituye la herramienta fundamental de defensa del ahorro pulverizado por la guerra económica, los bancos en el país bloquearon durante varios días, las cuentas jurídicas del ecosistema, receptoras de los depósitos en bolívares de los compradores de esta criptomoneda. Curiosamente, solo funcionaba la del Banco Central de Venezuela. Al parecer, y de acuerdo a las investigaciones que he realizado, ya las mismas han sido desbloqueadas. Esto es algo totalmente inaudito en esta guerra interna.

Si el petro no es confiable, no es criptomoneda, ni vale nada. Entonces, me preguntó de manera ingenua y hasta casi inocente: ¿Por qué entonces atacar y sabotear su ecosistema? Por otra duda que me surge y espero que Roberto Hernández Montoya no me demande por usar su sello de fábrica.

Es por ello, que en la visita realizada ayer a la morada de un hombre extraordinario como lo es el compañero Julián Isaías Rodríguez Díaz, ex Fiscal General, ex Vicepresidente Ejecutivo de la República, el primero que tuvo en dicha responsabilidad nuestro eterno Comandante Hugo Chávez, Constituyente en dos oportunidades y en su momento nuestro embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Italia, decidimos retomar y con el apoyo de varios compañeros y me aventuraría a decir del Centro de Formación Ideológica (CFI) creación del inolvidable compañero, amigo, maestro y guía como lo fue, como lo es y como lo seguirá siendo el Comandante William Ernesto Izarra Caldera, de dar un taller teórico-práctico sobre el uso del petro, y donde demostraremos que es una realidad y es la alternativa real al combate del dólar criminal.

Al dólar criminal no hay que tumbar la página de monitor dólar para derrotarlo. Por la sencilla razón de que los servidores de la misma no se encuentran en el país sino en EEUU. Para derrotar al dólar criminal que se ha convertido en el indicador de precios de los bienes y servicios en nuestro país, se le derrota masificando el conocimiento sobre el uso del petro. Cuando eso ocurra, el mismo dólar criminal como lo llamó el Presidente Maduro, se les va a quemar en las manos a los especuladores cambiarios, quienes se han reactivado con muchísima fuerza a final de este año, para pulverizar nuestro poder adquisitivo, y en especial los que trabajamos dentro de la Administración Pública, en cualquiera de sus niveles.

Y por cierto, aprovechando la visita a la casa del Dr. Isaías Rodríguez, me correspondía abordar el servicio del Metro de Caracas. Necesitaba recargar mi tarjeta para poder viajar hasta Plaza Venezuela para poder encontrarme con compañeros con los que asistí a cumplir esa visita, y en la estación Parque Carabobo no pude hacerlo. Al principio pensé que era porque el punto no quería agarrar mi tarjeta, y una serie de cosas, y eso me obligó a caminar desde allí hasta Plaza Venezuela, caminata para mí saludable y de más o menos 45 minutos a 1 hora. Como estaba holgado de tiempo, decidí probar en esa estación para recargar mi tarjeta del Metro de Caracas y cuál no fue mi sorpresa cuando el operador me indica que ellos presentan problemas con el Banco de Venezuela. ¿Qué les parece?

Diría yo que si el Presidente Nicolás Maduro ha promovido el uso de medios electrónicos como mecanismos de pago ante la escasez de efectivo para diligencias menudas, como por ejemplo el transporte público, y tomando en cuenta que el sistema Metro de Caracas es el corazón que mueve a la Gran Caracas. ¿Cómo es eso que las plataformas del Banco de Venezuela y del Metro de Caracas no estén sincronizadas? ¿Qué hacemos los usuarios y usuarias de ese sistema de transporte que no nos negamos a pagar la tarifa, que es de 1 bolívar por cierto, aunque la recarga mínima sea de 10 bolívares, cuando un operador del sistema nos dice que no tienen recarga o que el Banco de Venezuela tiene problemas, y un trabajador del Metro o miliciano, muchas veces mal encarado, sencillamente te niega el paso, impidiéndote que puedas usar ese transporte para hacer tus diligencias o sencillamente ir a trabajar? ¿No es esto un atentado al derecho al libre tránsito que señala el artículo 50 de nuestro texto constitucional? ¿Dónde está la Defensoría del Pueblo o los canales que le corresponden para recibir las denuncias y quejas de los usuarios y usuarias por la mala prestación de servicios públicos, como por ejemplo el de transporte, y específicamente el del sistema Metro de Caracas?

Pero además de eso, y lo que es peor: ¿Al dejar de cobrar el pasaje porque sencillamente el "Banco de Venezuela tiene problemas…" no se deja de percibir recursos importantes para lograr sostener los mantenimientos correctivos y otro tipo de servicios que se realizan en el marco del Plan "El Metro se Mueve Contigo? Es decir toda la cadena y las afectaciones que se generan por ese simple detalle. Por eso es que Chávez es Chávez…

Son muchas cosas que expresar y decir en estos momentos, pero haría más larga las líneas a expresar acá.

Otra alerta que se ha convertido en un detonante de posibles conflictos es el incremento desmesurado del dólar, tanto el del BCV como el dólar paralelo.

No sólo los que laboramos en la administración pública somos los más afectados (Y eso por no hablar del dichoso instructivo ONAPRE, del cual me referí varias veces en este año 2022), sino los pensionados, los cuales aun esperan los 10.000 bolívares ofrecidos en mayo por el presidente Maduro, para que puedan bandear su situación.

Ahorita conozco de muchas personas que sufren, y que su situación se precariza, porque este ataque inmisericorde que habíamos logrado contener durante por lo menos durante 8 meses de este año 2022, se ha desatado nuevamente. Hay que ponerle coto a esta situación antes de que sea demasiado tarde. Ya que no podemos olvidar que en 2024 vienen elecciones presidenciales.

Hay que ver lo que implica comprar un pollo al día de hoy en 8 dólares, y por no soñar con un pernil, en lo cual en este año ni siquiera hubo la necesaria organización para traerlo a bajo costo. Y ojo que esto no es culpa del Presidente Maduro.

El fraccionamiento en cuatro partes de los aguinaldos me pareció un error porque se demostró ad nauseam que la liquidez monetaria no es el combustible de la inflación alta que tenemos, sino que responden a decisiones políticas de actores que quieren derrocarnos. Pero eso, dentro de sectores de la institucionalidad pareciera que no lo entienden, patean a la base social chavista y buscan fortalecer a nuestros potenciales verdugos.

Y peor aún es que, aquellos que por ser revolucionarios, que tenemos el compromiso moral de decir verdades, cuando decidimos salir a ejercer nuestro derecho a la protesta por lo que consideramos justo, y sin negar la disciplina política y militante de la Revolución y sin dejar de reconocer el liderazgo de Nicolás Maduro no sólo como Presidente de la República sino como líder de la Revolución Bolivariana dejado por el propio Hugo Chávez; pues se nos tilda de contrarrevolucionarios, quinta columna y todos los calificativos que se les pueda ocurrir. Pero, peor aún, corres el riesgo si protestas o ejercer la crítica, de ser execrado de ciertos espacios, de perder tu empleo, o hasta ser detenido.

Creo que el tema salarial debe ser atendido sin más dilaciones. Más allá de la reunión tripartita de enero en Margarita para ver si se acuerda el aumento de salario mínimo, hay que promover todo un conjunto de políticas de protección al pueblo, sobre todo de los más vulnerables. Deben reformularse todas las políticas sociales, revisarse, para que estas realmente protejan al pueblo en medio de estas agresiones, y poder estar nosotros en una mejor capacidad de resiliencia y de resistencia.

Creo que el 2023 es el año del gran debate sobre esa adecuación salarial, pero además de ello, de las políticas sociales del Gobierno Bolivariano. Creo que algo de eso anuncio el Presidente con el surgimiento de un Plan de Protección de Derechos Humanos, que podría iniciar este debate en el mes de enero.

Si así lo hicieren, bienvenida esa discusión y a la orden estaré con mis modestos aportes. Si no, que el pueblo lo demande.

Hay algunas otras consideraciones que tengo en mente, pero eso espero hacerlas en la próxima edición de esta columna.

¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!

¡Independencia y patria socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

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