Gracias a las omisiones de la justicia venezolana ya es parte del imaginario colectivo
Muy a pesar nuestro, Juan Guaidó ha pasado a formar parte del imaginario colectivo (nacional e internacional) y, dependiendo desde dónde se le mire, ya es un icono o, mejor dicho, un signo capaz de expresar ideas positivas, regulares o malas. Es una representación mental que se forjó gracias a varios factores que más adelante mencionaremos. En una reciente entrevista concedida a un medio español, el ex diputado guaireño dijo al periodista que «Mi aspiración de vida ya hace bastante tiempo que la superé. En los libros de historia tendrán que poner asteriscos, pies de página gigantescos, explicaciones larguísimas, pero siempre dirán que fui presidente de Venezuela». Sin duda el daño ya está hecho.
¿Incluirán ese episodio en los libros de historia patria? ¿Lo permitirá el Ministerio de Educación? ¿Cómo manejaremos eso ante nuestros niños, en las escuelas? ¿Será comparado con Juan Vicente Gómez, Cipriano Castro, Isaías Medina Angarita o el mismísimo Hugo Chávez? ¿Qué lugar ocupará este personaje que nadie conocía hasta 2019? Es la misma situación que se plantea con la moneda, con el bolívar, que ha sido desplazado por el dólar no solo en los comercios sino en el imaginario colectivo y, por ende, en nuestra historia. Es así como vamos perdiendo identidad en un país donde hablar de descolonización es más una moda, una pose, una propaganda, que una posición tomada. ¿De qué manera descolonizaremos ese imaginario social y colectivo si Guaidó es una invención del sistema de dominación yankee? Le hemos permitido atornillarse en la narrativa diaria de los medios, de las llamadas redes sociales, de las reuniones familiares, le hacen bullying en el canal 8, sin darnos cuenta del desastre institucional causado por el «interinato», porque creó también la cultura de lo paralelo: un gobierno paralelo, una fiscalía paralela, un TSJ paralelo. Esa ambigüedad ha hecho un daño irreparable a Venezuela. Parece un chiste pero no lo es.
Entonces nadie se pregunte qué será de Guaidó porque gracias al mismo gobierno bolivariano nos lo metieron hasta en la sopa. Olvídense; tenemos chavismo y Guaidó para rato.
Por otra parte, no nos queda claro cómo es que Guaidó tiene aspiraciones electorales pues el 28 de marzo de 2019 la Contraloría General de la República resolvió inhabilitar al entonces diputado de la Asamblea Nacional por el período máximo de 15 años para desempeñar cualquier cargo público. Esto fue por fraude fiscal al no declarar más de 310 millones de bolívares en viajes y de 260, 4 millones de bolívares en alojamientos dentro y fuera del territorio venezolano. Esta es una decisión que no ha sido revocada y, por lo tanto, no puede presentarse como candidato a ningún proceso electoral que se realice en Venezuela hasta el año 2035.
No obstante e inexplicablemente, el presidente Nicolás Maduro le exhortó a lanzarse como candidato a la gobernación de La Guaira en las pasadas elecciones locales. Y últimamente Guaidó piensa participar como candidato en las elecciones primarias de la oposición para «medirse» con Maduro en los comicios generales de 2024. Entonces esos diálogos de México están dando al traste con todas las investigaciones, averiguaciones, acusaciones, llámelo como usted quiera, abiertas contra el papá de Miranda (porque no tiene más cargos) y, peor aún, con las decisiones de los órganos de justicia nacionales.
Pero, además, en un documento llamado «Estatuto de Transición de Venezuela» (suerte de constitución del gobierno paralelo) se estableció un año de duración para el «presidente encargado». También allí dice que al finalizar la «usurpación» de Nicolás Maduro, no se contempla la reelección de Guaidó para el período 2019-2025. Por añadidura la coalición opositora de la Mesa de la Unidad Democrática (que ya no existe) firmó un documento público donde se contempla que el «presidente de la transición» no iba a participar en las «primeras elecciones presidenciales libres» después de Maduro. Por favor no se rían porque todo es verdad y quedará para la historia. Como Maduro no cayó, tuvieron que renovarle el mandato al gobierno interino año tras año hasta que en 2022, la Asamblea Nacional electa en 2015 y que ya no está en funciones, resolvió sacarle la silla.
El hombre más investigado
En este aparte trataremos de resumir lo que acumula Juan Guaidó con la justicia venezolana. Desde el 29 de enero de 2019 el «autoproclamado» tiene averiguaciones abiertas y hasta prohibiciones de salida del país pero no ha sido imputado por ningún delito y además ha hecho giras internacionales de lo más tranquilo. En esa oportunidad el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en ponencia del magistrado Juan José Mendoza decretó «prohibición de salida del país sin autorización del diputado Juan Guaidó hasta tanto se culmine la investigación; prohibición de enajenar y gravar los bienes de su propiedad y bloqueo e inmovilización de cuentas bancarias y/o cualquier otro instrumento financiero en el territorio venezolano». Pero Guaidó pasó a Colombia durante aquel bochornoso concierto en la frontera, el 19 de febrero de 2019, y se reunió con los Presidentes de Chile, Colombia y Paraguay. Es decir, se burló de la decisión del alto tribunal. Un detalle que llama la atención, es que a Guaidó nunca se le hizo antejuicio de mérito (artículo 266 de la CRBV) mientras fue diputado, lo cual indica que no había intenciones de meterlo en la cárcel. «No era el momento» decían juristas expertos asesores del gobierno que despacha desde Miraflores.
En cuatro años la Fiscalía abrió otras cinco investigaciones contra Guaidó por presunto daño a la paz de la República, sabotaje al sistema eléctrico y corrupción, entre otros señalamientos. También por unas fotos donde Guaidó aparece con un grupo paramilitar colombiano, Los Rastrojos, que lo ayudó a cruzar la frontera; luego, el 30 de abril por el fallido golpe de Estado y los actos de guerra en la autopista Francisco Fajardo, frente al aeropuerto La Carlota. Además ayudó a escapar a Leopoldo López. Por aquellos hechos hubo 14 implicados imputados por los delitos de terrorismo, conspiración, traición a la patria y asociación para delinquir. Guaidó salió liso de eso porque tampoco era el momento.
También está investigado por la fallida Operación Gedeón (mayo de 2020), cuando se produjo un intento de invasión armada por Macuto y costas de Aragua. En este caso, apareció un contrato firmado por Guaidó con Jordan Goudreau, un veterano de la guerra de Afganistán, en el que se especificaban directrices para invadir el territorio. Otro asunto donde aparece implicado es su incursión en la empresa binacional Monómeros. Guaidó ha sido señalado de repartirse junto a otras personas cuantiosos recursos y de estar metido en otros hechos de corrupción, pero nada de eso ha servido para privarle de libertad. Solo en su entorno ha recaído la acción de la justicia.
Pero el asunto no termina ahí. El 6 de septiembre de 2019, el fiscal general Tarek William Saab anunció una nueva investigación contra Guaidó por un presunto intento de entregar el Esequibo a Guyana. Iniciamos una investigación contra Juan Guaidó, Vanessa Neumann y Manuel Avendaño por estar presuntamente involucrados en una negociación ilegal, que pretende desistir del histórico reclamo que tiene el país sobre el territorio del Esequibo a cambio de apoyo político de Reino Unido», dijo Saab en esa oportunidad. Pero nada le pasó.
Todavía más: acusado de ser cómplice en bloquear alrededor de siete mil millones de dólares en activos de Venezuela tanto en Estados Unidos como en países de la Unión Europea.
El medio TRT reseña que el Ministerio Público tiene abiertas 25 causas en las que se investiga a Guaidó y a otros venezolanos señalados de estar implicados en delitos como usurpación de funciones, corrupción, legitimación de capitales e instigación pública continuada a la desobediencia de las leyes. Malversación agravada, aprovechamiento fraudulento de fondos públicos, conspiración con Gobierno extranjero, terrorismo, rebelión, tráfico de armas de guerra, traición a la patria y asociación para delinquir. En 2021 Tarek Saab prometió que la justicia actuaría. Nada.
En abril de 2022, otro medio recoge que Saab detalló que entre los hechos por los que investigan a la administración de Juan Guaidó se encuentran: «El nombramiento ilegal de una Junta Administrativa AD HOC de Citgo, la corrupción con ayuda humanitaria, el nombramiento de la junta administradora en la Corporación Venezolana de Guayana y el intento de apropiación del oro de la República depositado en el Banco de Inglaterra»; la «designación de un inexistente Procurador Especial de la República de Venezuela, de una Junta Administradora Ad- Hoc del Banco Central de Venezuela y de una Junta Administradora AD HOC del Banco de Desarrollo Económico y Social» y el nombramiento írrito de embajadores, así como de nuevos miembros para el Consejo Nacional de Defensa Judicial». Pero Guaidó llama a todo «acusaciones falsas».
Si algún día lo meten preso, podría pagar, por todos los delitos que le achacan, hasta tres décadas de cárcel. Solo por el de traición a la patria (artículo 128 del Código Penal) le tocarían entre 20 y 30 años de prisión.
Entonces ¿cómo es que un individuo que ostenta este prontuario puede ser candidato a nada?. Ahora bien, Guaidó tampoco está siendo juzgado en libertad y, como dijimos antes, los diálogos en México, donde ha sido reconocido como interlocutor, pudieran enterrar todo lo anterior en aras de la paz y la democracia.
Las cuentas de Guaidó
Por último, no podemos omitir cómo ha sido la «gestión» de Guaidó durante el interinato. La primera vez que rindió cuentas fue en septiembre de 2022 (tres años y medio después de autoproclamarse). Según reseñan algunos medios, no lo hizo ante la Asamblea Nacional como lo manda la Constitución en su artículo 237, ni ante la Comisión Delegada sino en un local del este de Caracas. El «interino» ni siquiera ha respetado las normas de su propio «Estatuto para la Transición».
En esa oportunidad, en un documento enviado a la prensa, explicó que desde 2019 "los fondos manejados por el gobierno interino suman un promedio de 65 millones de dólares anuales". El presupuesto aprobado por la AN2015 ha sido de 80 millones de dólares en 2020, 152 millones de dólares en 2021 y 56,5 millones de dólares en 2022.
El portal Crónica Uno reseña que: en 2020, el 70 % de los fondos se ejecutaron en «programas sociales»; 14,17 % se destinó a la Asamblea Nacional (de donde comen los diputados que ya no tienen mandato); 1,8 % para la presidencia encargada (no se informa en qué gastaron esos reales); 7,51 % en el «trabajo diplomático» y 5,92 % en el Consejo de Administración del Gasto. "En el año 2021, alrededor del 40% fue destinado a la ayuda humanitaria, el 31% en Defensa de la Democracia, otro 20% entre la AN, la Presidencia Encargada y nuestra diplomacia por la libertad, y el restante en el manejo de los gastos de los activos recuperados por la república", señaló en un resumen enviado a los periodistas y no hizo referencia a los gastos del año 2022. Se sabe que han gastado cuantiosas sumas en el pago a bufetes en el exterior.
Mención aparte merece el programa llamado «Defensores de la Democracia» mediante el cual han recibido recursos «las fuerzas democráticas venezolanas, sindicatos, gremios, universidades, activistas» y se ha apoyado aproximadamente a 35.500 personas «para que puedan, desde cada uno de sus espacios seguir defendiendo la democracia como lo ordena la constitución".
Epílogo
Todo lo anterior ha sido permitido con total impunidad durante estos tres años del gobierno interino el cual además ha aupado las medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela. Entonces será muy difícil olvidar esta parte de la historia contemporánea de Venezuela. No se puede borrar porque todos la hemos sufrido y además está instalada en el imaginario colectivo. Guaidó no es un chiste, es una nefasta realidad.
Ciertamente le rescindieron el contrato, pero quedó en funciones un «gobierno parlamentario» a expensas de la asamblea nacional electa en 2015 y como ya hemos dicho con un mandato vencido, que seguirá disfrutando, no obstante, de cuantiosos recursos en dólares y contará con el reconocimiento de EEUU y otros países.
¿Hasta cuándo continuará esta burla contra el pueblo venezolano? ¿Hasta cuándo coexistirán dos gobiernos en Venezuela?
¿Hasta cuándo esta guachafita?