Mi palabra

El abismo entre el dólar y el bolívar creado por el imperialismo es ignorado por Rodrigo Cabezas

Lunes, 09/01/2023 07:04 AM

"El placer puede apoyarse en la ilusión,

pero la felicidad descansa en la realidad"

Nicolas Chamfort

¡Ahora, si es verdad que no voy a salir a comprar! Esa expresión se la escuché a una señora, quien no aparentaba estar en mala situación, a pesar del escabroso momento por el que estamos pasando; tan envolvente, como ciertas aplicaciones de los móviles. Al preguntarle a la mujer el motivo de sus palabras, se desparramó en explicar la triste realidad de la inflación interesando a todos los presentes, porque el momento no está para juegos y quien no entienda los tentáculos del capitalismo es fácil presa, ya que, vive más de ilusiones que de la realidad –El pensamiento que sirve de epígrafe es una enseñanza muy valiosa– muchas veces disfrazada y en esto los banqueros y capitalistas son unos expertos a través de las redes sociales.

Definitivamente entre el dólar y el bolívar se ha formado un abismo tan profundo, por obra y gracia del imperialismo, que escaparse es casi imposible y cada quien le da su interpretación, aún, cuando el efecto es el mismo, pero reaccionan de acuerdo a los intereses políticos y a las consecuencias que va dejan en el bolsillo a la hora de comprar, como jocosamente lo expresó la señora del cual hago referencia al comienzo de este escrito. La inflación la aceleró la dolarización y de esto no dicen nada algunos economistas, que estuvieron en el proceso bolivariano, pero se hacen los desentendidos, como si cayeron de Marte en este preciso momento. El ejemplo más palpable e inmoral lo tenemos en Rodrigo Cabezas.

Al comienzo de la dolarización a un sector importante de la población les parecía una panacea. Todo lo querían en dólares y el desprecio al bolívar se hizo tan alarmante, que una señora en el momento de darle el vuelto de diez dólares en soberanos, por nada del mundo la convenció el comerciante; los rechazó, como si le estaban dando un cuchillo afilado para hacerse un harakiri, al final tuvo que regresarle el billete y lo veía, como un niño, cuando tiene un juguete nuevo. Estábamos prácticamente en la etapa de ensayo del imperialismo, después de fallar en todos sus planes de invasión; todavía se podía comprar algo con diez verdolagas y el apetito voraz de los comerciantes –sobre todo en los artículos de primera necesidad– daba cierto respiró.

Por eso vuelvo y repito, la inmoralidad de algunos economistas es inaceptable y pongo como ejemplo a Rodrigo Cabezas, ya que, que me parece el más hipócrita y cínico a la hora de prestarse, como pieza en el engranaje del imperialismo, después de darse sus paseítos ¡Con el "presidente" Guaidó!; a quien no lo quieren ni disfrazado de la… en una procesión de las que se realizan todos los años por esta época en el estado Lara. El disimulado apoyo del gobierno estadounidense, es sencillamente arrastrando un engendro, por ser los padres de la malformada criatura.. En todas sus declaraciones el profesor Rodrigo, el sabelotodo de economía, culpa al gobierno nacional de lo que estamos viviendo. Un traidor vomitando para que le presten atención.

La misión y acción es seguir apretando la soga, a pesar, que ya, no da para más. Con los bolívares soberanos, casi no se puede comprar y con los dólares se está extinguiendo el espejismo. Lo triste y lamentable es que la dependencia con la moneda gringa, ha llegado a donde ellos querían. La ilusión de muchos migrantes por buscarlos en la tierra del "sueño americano" está todavía en plena efervescencia y se arriesgan en verdaderas travesías y odiseas, donde la vida no vale nada y los que llegan es para vivir en un mundo tan inhóspito, que nunca se imaginaron; pero los defensores del capitalismo salvaje representado por los Estados Unidos en su máxima expresión, lo trasladan a otros países para crearle una quimera a través de los medios especialmente a los jóvenes, que en la mayoría de los casos la llevan en la mente, hasta la muerte.


 

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