La importancia de definir los campos y el Plan de la Patria socialista

Martes, 10/01/2023 08:45 AM

Lo primero que hay saber es que el socialismo es una construcción social que se hace con la participación de las mayorías, de los trabajadores, de los excluidos, y su vanguardia, la cual puede emerger de esas mismas mayorías, de sectores políticos, militares, intelectuales, sin una avanzada que guíe el camino con su ejemplo no hay revolución. El socialismo no es un simple programa político de cinco años, tampoco es un discurso reiterativo y vacío, no son consignas, no es una promesa vana ni limosnas o una masa obediente sin más, se trata de la construcción constante, política y personal de su ideal, que sirve de estrategia, de idea rectora para cambiar el orden político, económico y social.

Confrontando la realidad a este ideal se define lo contrario. Todo aquello que esté marcado con el sello del individualismo (materialista), del egoísmo mezquino, lo que sea estimulado por la avaricia, la codicia y la ganancia, o por la vanidad y la ostentación, queda fuera del ideal socialista. Si tú eres un ministro que se dice socialista y ostentas de lujos, no eres socialista, cuando mucho llegas a ser un pendejo confundido. Nadie está en contra de la felicidad y el disfrute de la vida, pero ostentar de ello es ya un reproche a la validez de ese disfrute, es una extravío pequeñoburgués, de gente que aspira no solo a ser feliz, sino a serlo más que los demás. Ese simple sentimiento de "distinción" puede acabar con toda una revolución, minando el espíritu de gente sin convicciones firmes y sin carácter. El socialismo necesita carácter.

Las fuerzas que se oponen al socialismo y a las luchas sociales de los trabajadores invitan al individualismo, a las soluciones personales, inclusive gremiales o grupales, estimulan la indiferencia por la suerte de los demás trabajadores y pobres necesitados de la inclusión social. Por esta razón son presas fáciles de la demagogia, de la picardía de los oportunistas pagados por el capitalismo, del madurismo que ha traicionado a Chávez y su liderazgo y falsificado el Plan de la Patria, o de Guaidó, el más osado de todos los oportunistas de la derecha pro gringa, y el resto de esa fauna variopinta de chacales.

Hoy las protestas gremiales deben dar un giro expansivo, de conciencia de clase, sus líderes tienen que pensar que los maestros, o los médicos, o los obreros petroleros, los pensionados y jubilados, cada quien por su lado, no va a poder vencer al sistema y la sociedad que los desprecia, entender que ¡o nos salvamos todos o no se salva nadie!, demolidos por la máquina del capitalismo, demolidos los sueldos, nuestro sistema de educación y de salud públicos, nuestra economía y riquezas. La única salvación para los problemas que causa el sistema capitalista es el socialismo, construido por la acción de un gran colectivo, acabar con la propiedad privada de los medios de producción (material y espiritual), racionalizar la producción, y organizar la sociedad bajo un régimen democrático distinto, verdaderamente participativo y protagónico. El espíritu de Chávez nos debe iluminar.

Hay que salir del madurismo, derrotarlo a base de develar sus mentiras y sus promesas falsas. Solos y dispersos es más difícil. Sin embargo las mentiras han sido siempre las mismas, habría que verificar con las mismas denuncias de Chávez la validez de esta traición a su legado; sobre el deterioro del salario, la bonificación del salario, la eliminación de las prestaciones sociales (por ejemplo). Y cómo el madurismo llama eso mismo, con ironía, "socialismo en lo social": bonos y bolsas de comidas, con las cuales intentan remplazar las desmejoras laborales a favor de los empresarios, de los "inversionistas", y peor aún, remplazar la revolución bolivariana, socialista y chavista.

Todo el que crea en el socialismo, en el Plan de la Patria original de Chávez, el que crea que debemos retomar el rumbo desviado por Maduro hacia la derecha debe actuar en esa dirección, en una sola dirección, el plan de acción política ya existe, solo así nos haremos fuertes, seremos una fuerza para resistir los embates del capitalismo, el representado por la madurismo o el otro, representado por Guaidó y ese resto de chacales. Hay que definir los bandos, los intereses de clases en pugna, sin dejarnos engañar por discursos ampulosos, falsos. ¡Sigamos a Chávez en su Plan de la Patria!

¡CHÁVEZ SOCIALISTA Y RADICAL!

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