Una de las manifestaciones más aberrante traída a estas tierras colmadas de libres guacamaya y humanos amantes de sus ríos, selvas y montañas fue la degradante esclavitud. Españoles, ingleses y portugueses llenaron nuestro continente de esclavos, después de haber diezmado la población indígena que al principio también fue sometida a semejante injusticia.
Es Simón Bolívar el primero en intentar acabar con tan odiosa institución cuando el 11 de enero de 1820, en el Congreso de Angostura, decreta la abolición progresiva de la esclavitud en todo el territorio nacional. El mismo José Antonio Páez nos recuerda que ninguna ley había sido tan importante como la referida a la Manumisión expedida por el Congreso el 30 de septiembre de 1830 y mandada ejecutar bajo sus órdenes el 2 de octubre del mismo año.
El Congreso Constituyente de Venezuela en los "Considerando" entre otras cosas señala que la abolición gradual de la esclavitud ha sido objeto de vivas solicitudes del gobierno de Venezuela y del unido de Colombia y que este objeto humano y justo puede obtenerse en toda la extensión que quisieron abrazar las leyes anteriores sin ofender el derecho de propiedad y la tranquilidad civil y doméstica, y consultando la misma educación y bienestar de los manumisos.
Consciente de que esta Ley de Manumisión no resolvería de forma definitiva el tema de la esclavitud el General Páez aclaraba al respecto: "Sensible es sin embargo que el decreto no fuera de completa abolición, y que haya dejado tamaña gloria a la administración del general José G. Monagas cuando ya no había en Venezuela tropiezo alguno para llevarla a cabo.