La calidad de vida, es un criterio sustentable que condiciona los niveles socioeconómicos del ciudadano en un ámbito que nos lleva a la paz social en un justo acuerdo con las normas del derecho. De modo, que se debe tener una clara visión de la verdadera crisis coyuntural que se observa en América Latina y el Caribe, en cuanto, a los niveles de sustentabilidad social por los bajos salarios dados por la contraloría y administración del país, en cada región.
El presidente Nicolás Maduro Moros no aprovechó los dividendos producidos en ganancia en la comercialización de producto y lo poco dado por hidrocarburos, se dedicó el ejecutivo nacional a comprar armas al Oriente y cambiar sistemas estructurales de origen cibernético e industrial, a sabiendas que se avecina un mercado petrolero no confiable y, el Caribe va a decantar hacia abajo, igual que países latinos por la corrupción acelerada de sus funcionarios y la doce vita, sin importarles el fortalecimiento de la hidrología y electricidad.
Es un nuevo escenario geopolítico y territorial. Podemos inferir que el bloqueo no traduce las ventajas del capital, y solo existe una concepción exclusivamente antropocéntrica que tiene rasgos culturales que constituyen un serio obstáculo a la sustentabilidad en grosso modo. Viene más desempleo, aumento en productos agrícolas en cuanto a la inflación.
Todo debe verse bajo un contexto de la globalización. Porque esta gran estructura sistematiza la totalización del mercado. Es simplemente, la posmodernidad. Nunca el capitalismo ha sido utópico, los comunistas lo utilizan a diario. El pueblo, es un colectivo histórico y crece al estar en conflicto con la ley. Entendiendo que es un reflejo hacia la liberación y, se debe resistir a los fundamentalismos de un gobierno centralizado.
Hay caídas brutales de la adquisición de bienes públicos y canasta alimentaria. Ya prácticamente, hemos perdido la identidad alimentaria, como pueblo originario y, hay una agresión directa del capitalismo nihilista hegemónico. Es terrorismo hacia la sociedad civil, hacia nuestro pueblo. En La Asamblea Nacional hay diputados no calificados que pretende ser alternativos a una realidad legitimada por fantasmas.
Hay muchos excluidos que son referentes a un criterio de vida, como orden deseado. Responden a un nivel calamitoso que necesita ser legitimado. El autocrátismo ha hecho mucho daño, esa manera perversa de ofender y humillar a otros gobiernos que protagonizan otras luchas. Se debe identificar la humanidad en el individuo. Un proyecto que luego se hace sentir como un criterio para la construcción, es una afirmación hacia la subjetividad y, desde esta perspectiva engañar a todo grupo humano.
América Latina, se ha regido en un país de magos. Quieren desmedir los acontecimientos actuales, es un mundo a la antigua, un pueblo turbado por carencia laboral y el no conseguir a precios justos, alimentos de la cesta básica. La modernidad nos inserta en la búsqueda de una sociedad que en sí misma cultive la ignorancia.
Necesitamos comprender la realidad, es un acto de experiencia y fundamentación de una verdad, que debe llevarnos a un conocimiento esperado que, permita comprender los algoritmos del nuevo discurso revolucionario.
Las grandes multinacionales, quieren ejercer presión para lograr a través de sus palancas lograr un poder económico y político. Los efectos hacia la sociedad han sido un desastre y, se debe ser realista en cuanto a la desigualdad social.