Rompiendo paradigmas

Jueves, 26/01/2023 07:07 AM

Para los que durante toda la vida hemos militado en la lucha por un mundo ideal, sin fronteras físicas ni de clases sociales, y equitativo en cuanto a la distribución de la producción acorde a las necesidades de cada quien, nos toca ya en nuestro ocaso vital, revisar las diferencias contrastantes entre el mundo ideal planteado teóricamente por los pensadores revolucionarios desde la óptica del pensamiento marxista, y la realidad desarrollada a partir de la toma del poder por los bolcheviques en el otrora Imperio ruso, transformando a este en una unión de repúblicas denominada Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Históricamente esta fue la vez primera que el proletariado (al menos teóricamente) toma del poder. Su ejemplo se va a repetir en la China milenaria y con el tiempo también lo hace en la Cuba revolucionaria, para luego incluir, aunque no de manera total, a este hibrido de difícil definición política que a partir de Hugo Chávez se mantiene en la hoy denominada República Bolivariana de Venezuela.

Vemos así como en todos estos casos en que toman el poder los revolucionarios de base ideológica marxista, lo que resalta a simple vista es cierta incongruencia entre el principio doctrinario del internacionalismo proletario, en contraposición a la preponderancia de los intereses del Estado Nación. Con la notable excepción en el caso de Venezuela, país que en su tradicional "bolsería" ha impulsado a ayudar ilimitadamente a los demás, sin haber resuelto sus graves falencias internas.

Volviendo al tema del Internacionalismo proletario, observamos como ideológicamente este se fractura a partir del inicio de la primera guerra mundial, al dividirse el movimiento Socialista internacional entre la Social Democracia partidaria de la alianza con el estado burgués en pro de los intereses de sus respectivas naciones, y los Socialistas Revolucionarios (reconocidos mundialmente como comunistas), que abogan por el internacionalismo proletario como una entidad supranacional, sin límites de fronteras. Icónico el caso de Trotski en la URSS con su prédica de la revolución permanente, en contra de la idea de Stalin del socialismo en una sola nación.

Al final triunfa el estalinismo, rompiendo con una de las normas fundamentales del marxismo, acerca de que los intereses del proletariado como clase social son privativos sobre los intereses particulares de cada nación.

Aunque la centralización de la economía en la URSS fue una reafirmación del significado del socialismo revolucionario, la URSS no se distinguió de cualquier otro imperio en cuanto a imponer su predominancia y actuar según sus propios intereses nacionales de cara a sus relaciones internacionales, lo cual se puede observar en sus relaciones con otros países que en una u otra forma pretendían hacer la revolución, o al menos consolidar un progresismo democrático contra las fuerzas políticas más retrogradas y oscurantistas que mantenían a esos países en el pasado. Valgan al respecto los siguientes ejemplos:

- No corrió el riesgo de ayudar al movimiento revolucionario húngaro: una coalición del Partido Comunista Húngaro con el Partido Social Demócrata, que encabezada por Bela Kum había tomado el poder inmediatamente posterior a la primera guerra mundial, en 1919.

- Desestimó en Alemania el nacimiento y progresión del nazismo, concentrando todos los esfuerzos de la URSS en su papel de ser la representante del internacionalismo proletario, direccionando la lucha del gran partido comunista alemán contra el partido Social demócrata, lo cual terminó por desgastar a ambos partidos y conllevó indirectamente al auge del nazismo, que termina por perseguir y destruir tanto a uno como al otro.

Condicionó su ayuda a la república española durante la guerra civil (1936-1939), a la eliminación de trotskistas y anarquistas del gobierno republicano; fue un hecho tanto trágico como bochornoso que en plena guerra civil contra el enemigo común, se suscitaran en Barcelona en mayo de 1937, los enfrentamientos entre el Partido Comunista español contra los partidos Anarquista y Trokista, siendo que estos últimos apegados principistamente a la idea básica de la toma del poder por el proletariado, propiciaban una revolución socialista; lo cual colidía en contra de las ordenes de Moscú al partido comunista español, de luchar solo por el restablecimiento de la República, manteniendo a España dentro de un estatus democrático liberal de corte progresista.

No era gratuito este posicionamiento de Stalin en esos momentos, ya que diplomáticamente la URSS buscaba una alianza internacional en contra del nazismo alemán, y quería presentar como un hecho ante los países occidentales que la URSS no tenía interés en exportar fuera de sus fronteras su sistema de gobierno. Preveía Stalin el que la URSS no fuera la primera víctima del expansionismo nazi; no sin razón, ya que la ausencia de sanciones a Hitler por parte de las potencias occidentales ante el armamentismo alemán, y su neutralidad ante la abierta intromisión nazi-fascista a favor del golpe de estado militar contra la república española, no encerraba otra cosa que el deseo de parte de dichas potencias que estos dos sistemas antitéticos de doctrina y de gobierno, colisionaran y terminaran destrozándose entre sí, para ellos terminar de rematarlos militarmente cuando llegaran al agotamiento.

Otra muestra de buena voluntad hacia los países occidentales por parte de Stalin, con miras a que exigieran a los gobiernos de Italia y Alemania cesar su apoyo militar a las insurgentes fuerzas franquistas, fue el desmantelamiento de las Brigadas Internacionales que luchaban a favor de la república española, y el abandono final de la ayuda al bando republicano por parte de la URSS.

Al no obtener respuesta a sus esfuerzos diplomáticos, Stalin terminó "huyendo hacia adelante", al firmar con la Alemania nazi el pacto de no agresión de Múnich (1938), además de no dudar de repartirse a Polonia con los nazis, siempre en pro de los intereses nacionales de la URSS; lo cual fue un apoyo al expansionismo del poderío bélico de la Alemania nazi.

Como una concesión a sus aliados occidentales en la segunda guerra mundial, Stalin de un plumazo eliminó a la tercera "internacional" comunista, demostrando así el poder real de la URSS a nivel del comunismo internacional, fuera de cualquier otro miramiento ideológico.

Ni hablar de su predominio en la política interna de los países del este de Europa después de la segunda guerra mundial, cuya muestra más visible fue, la invasión de la URSS a la Checoslovaquia socialista en 1968, al no estar de acuerdo con el cambio de líderes en su gobierno.

Ya antes, en 1962, sin previo aviso al gobierno cubano, Kruschev retiró de Cuba los cohetes de mediano alcance que tenía desplegados en esa isla, al llegar a un acuerdo con Kennedy para que este retirara los cohetes estadounidenses posicionados en Turquía.

No es necesario abundar en más detalles para confirmar la predominancia de los intereses nacionales soviéticos, y comprobar como el internacionalismo proletario fue desplazado a favor de los intereses nacionales, en el primer país en donde el proletariado obrero campesino tomó el poder.

Lo que aquí expongo no es una crítica a esa política nacionalista de la URSS, solo quiero remarcar la toma de decisiones acorde a la política existente en esos momentos históricos: La
Real Politik. La URSS se adaptó a las circunstancias de esa época: sobre la doctrina básica marxista del internacionalismo proletario, a "la hora de las chiquitas" (valga el aforismo popular) o "en el momento de la verdad" si queremos usar otros términos, privaron los intereses nacionales de la URSS sobre el ideal doctrinario político socialista revolucionario.

He omitido comentar, lo que ya se puede entender entre líneas, acerca de la violación de los valores éticos universales que rodearon estos procedimientos, no diferentes a los procedimientos aplicados por cualquiera de las potencias mundiales de cualquier signo político a lo largo de la historia.

China: Después de ardua lucha contra el reaccionario Kuomintang y los invasores japoneses, el partido comunista chino, con Mao Tse Dong a la cabeza, toma el poder en la China en 1949, aplicando en su gobierno un esquema estalinista bien definido: "el partido comunista como representante de los intereses del proletariado", con una adenda nada socialista, representada por el culto a la personalidad de Mao, similar al culto soviético a la personalidad de Stalin.

Las denuncias de las arbitrariedades y errores de Stalin efectuadas por Kruschev después de la muerte del primero, precipitaron una ruptura de relaciones entre estos dos países comunistas: China y la URSS. Hasta encuentros armados por cuestiones de fijación de límites territoriales se suscitaron a partir de 1960, y de una manera grave en 1969 en la isla fronteriza de Zhenbao. En 1991, después de la caída de la URSS, tras negociaciones pacificas entre la Federación Rusa y la China continental, la isla fue reconocida internacionalmente como perteneciente a la China.

Otro ejemplo de ruptura entre países del mismo signo político proletario vuelve a ocurrir después de la derrota norteamericana en Vietnam, en razón de la invasión a Camboya por los vietnamitas en 1979 para derrocar al régimen genocida del Pol Pot. China invade al Vietnam comunista, siendo rechazada en la misma frontera.

Con estos ejemplos nos damos cuenta como entre los países donde el partido comunista ha tomado el poder, han predominado los intereses nacionales de cada uno de ellos sobre el internacionalismo proletario, llegándose hasta el enfrentamiento armado entre ellos en pro de la defensa de sus límites territoriales.

La singularidad venezolana: El desprendimiento desinteresado de nuestro país en cuestiones internacionales, es una marca que nos ha caracterizado desde la independencia, que en términos psiquiátricos pudiéramos generalizar con el nombre de "complejo de complacencia", que por lo general en relación proyectiva hacia lo foráneo, anida en la personalidad de cada uno de los nacidos en esta tierra de gracia, contrastando con el "pájaro bravismo" que también nos caracteriza, aplicado a diario a nuestros propios connacionales: - La especulación como norma no escrita por parte del sector comercial, que no solo carteliza y ajusta los precios de los productos de consumo en correspondencia con la incontrolada inflación, sino que por encima de esta desvalorizan al dólar USA, moneda fuerte de referencia.

- Acompaña a lo anterior, el bachaqueo directo o indirecto por parte de algunos de los designados para distribuir los productos de la cesta básica subsidiada.

- El cobro de comisiones o "vacunas, por funcionarios públicos para expender a los ciudadanos permisos, documentos, retiro de las aduanas de envíos internacionales de importancia, el libre ejercicio de circulación por el país

- La corrupción administrativa marcada a todos los niveles jerárquicos de la administración pública. Y toda otra serie de variables derivadas de las aberraciones anteriores, las cuales serían muy largas de enumerar.

Contrasta ese comportamiento interno practicado por un importante sector de nuestra población, con el complejo de complacencia de nuestros gobiernos en sus relaciones con otros países, con icónica representación en la Venezuela de hoy: El abrir de par en par las puertas a la República revolucionaria de Cuba para inmiscuirse en nuestros asuntos internos, sin ninguna reciprocidad en lo que se refiere a Venezuela por parte de dicha república hermana.

Veamos a este respecto algunos importantes ejemplos:

Los cuerpos de inteligencia cubanos, conocen a fondo todos nuestros secretos de Estado, incluyendo los secretos militares; está de más decir con respecto a nuestro gobierno que ni por asomo sucede lo mismo con los secretos del Estado cubano.

A la llegada de Chávez al poder, de una manera asertiva, y reafirmando nuestros derechos como país independiente, la misión de expertos militares estadounidenses fue sacada de Fuerte Tiuna adonde habían tenido acceso durante los serviles gobiernos de la cuarta república, la situación cambió y hoy son los cubanos con una injerencia mucho mayor que la que tuvieron los militares norteamericanos.

Cientos de negocios y negociados de nuestra República se han efectuado y se efectúan a través de personal cubano, con la respectiva ganancia que, como intermediarios, a dicho personal corresponde (me comentaba el director de un hospital del IVSS: "Lo que no entiendo es ¿porque todas las compras que hace el Instituto deben hacerse a través de los cubanos?").

Pusieron en manos de personal cubano todas las notarías y registros del país, desde entonces las ganancias obtenidas del público por pago de registro y legalizaciones, en un incomprensible absurdo, van a parar al bolsillo del gobierno cubano, cuando anteriormente se utilizaron para pagar al personal, y con excepción del embolsillamiento de las habilitaciones por parte del notario, o del registrador, servían de impuestos adicionales al País.

En el momento del mayor auge económico del país gracias a los ingresos petroleros durante el gobierno de Chávez, buen número de las construcciones de obras públicas, fueron sin licitación alguna adjudicadas a los cubanos. Ahora, en un país en quiebra, se han enriquecido amplios sectores de comerciantes árabes, que de la noche a la mañana y con capitales de origen "desconocido", terminan por constituir una buena parte de esa nueva burguesía, eufemísticamente llamada "burguesía nacional".

El personal cubano ha sido empleado en asesorar muchos de los proyectos y funcionamiento concernientes al aparato del Estado, incluso (y esto cae en lo risible), asesoran o asesoraron el mantenimiento de la energía eléctrica del País, cuando en Cuba el funcionamiento de la energía eléctrica es un desastre.

Y por último, unido estrechamente al plan de salud Barrio Adentro, donde los cubanos no rinden cuentas a nadie, groseramente alteran las cifras de pacientes vistos, y han abandonado las funciones sanitarias preventivas, para dedicar mayor tiempo a las consultas curativas y así obtener mayores divisas para su país. El gobierno les ha dado potestad para la formación de "médicos comunitarios", lo cual se puede catalogar como "un desastre de mayor magnitud", ya que en él está implicada la salud del pueblo venezolano. Estos médicos en formación (con las pocas excepciones propias de aquellos entre ellos, que con ahínco se dedican a aprender de la clínica hospitalaria), abandonan las pasantías en los hospitales, dada su ignorancia crasa de los más elementales conocimientos clínicos, lo cual no incide en que sus profesores cubanos den por vistas dichas pasantías, y se las reconozcan como aprobadas.

A este respecto, es profundamente doloroso el observar como nuestros médicos salidos de las universidades tradicionales, dada las precarias condiciones económicas del país, lo abandonan para insertarse con relativa facilidad los cuerpos médicos de los países a los cuales emigran; situación que ha sido imitada por algunos "médicos comunitarios" que aunque en minoría, también han emigrado del país, siendo aplazados en esos países en las pruebas de capacitación con calificaciones por debajo de "0" puntos, que ya es mucho decir (me comentaba un médico radiólogo, que con muy buena voluntad accedió a la petición de varios estudiantes de "medicina comunitaria" a darle un curso de radiología, que dicho curso no lo pudo efectuar, porque dichos alumnos nunca habían cursado una materia básica como lo es la Anatomía).

Lamentablemente, si más temprano que tarde no se le pone coto a esta irregular situación, lo que avizoro es un futuro oscuro para la calidad del acto médico en nuestro país, que se vislumbra a la luz de lo últimamente publicado por los medios de comunicación social con titulares como: "han quedado desiertos 16 diferentes postgrados de medicina", dada por la nombrada emigración al exterior de los médicos graduados en nuestras universidades tradicionales. Añadimos a este sombrío panorama lo publicado con mucho orgullo en días pasados un vocero gubernamental, acerca del éxito obtenido por la graduación de médicos comunitarios en un "postgrado de psiquiatría de solo un año de duración. No me queda tristemente más que comunicar, que de manera azas lamentable (y valga la redundancia), pasaremos de tener una excelente y mundialmente reconocida calidad de médicos egresados de nuestras universidades tradicionales, a una ínfima y profunda mediocridad de estos pesimamente preparados "médicos comunitarios" de pacotilla, en manos de los cuales quedará el peso de la salud en nuestro país.

Al final de todo lo antes escrito hay que aclarar, que el auge de este aprovechamiento desmedido de nuestros recursos por parte del gobierno cubano, no fue efectuado por este a motus propio, fue invitado a hacerlo desde el gobierno de Chávez, quien en más de una ocasión manifestó publica y unilateralmente que Cuba y Venezuela eran una misma Nación, lo cual no se ha compaginado con la reciprocidad debida por el gobierno cubano con respecto al acceso del gobierno venezolano en sus asuntos internos.

Este posicionamiento político-económico por parte de Venezuela, se puede calificar en términos vulgares como una "bolsería" espontánea consentida, y no obligada por la fuerza, la cual se distingue por ser una de las de mayor calibre entre las mayores "bolserías" que han existido en la historia de las relaciones entre las diferentes Naciones en el planeta.

Hay que agregar que dada la enorme crisis económica por la que actualmente pasa Venezuela, provocada en primer lugar por la enorme corrupción e incapacidad administrativa gubernamental, el interés de los cubanos hacia Venezuela ha disminuido, no así los servicios prestados a Cuba por parte del gobierno venezolano (por ejemplo: en plena crisis económica Venezuela sigue suministrando petróleo a Cuba a precios irrisorios, que esta paga con servicios, cuya calidad ya hemos descrito con anterioridad).

Queda expuesto este ejemplo básico de nuestra complacencia hacia afuera, una constante que siempre han tenido los gobiernos de nuestro país, aunque magnificada por el actual gobierno "socialista y revolucionario" como "bolsería suprema". Hemos perdido en los siglos XIX y XX casi la mitad de nuestro territorio sin disparar ni un tiro, en tanto que nos desangrábamos internamente en concatenadas guerras civiles (reivindico la excepción representada por del gobierno de Cipriano Castro a principios de siglo pasado, quien no dudó de enfrentarse al mundo en defensa de nuestros derechos soberanos).

De ninguna manera estoy negado a que nuestra nación preste ayuda solidaria a los países hermanos, pero de ahí a hacer una entrega de competencias y recursos en forma cuasi ilimitada a dichos países, sobre todo sin tener en cuenta en primer lugar las necesidades no resueltas de nuestra población, es para mí un absurdo que roza con lo criminal.

Termino expresando (como así lo he hecho en otros artículos y ensayos), que mi interés es reivindicar el muchas veces calumniado concepto acerca del significado del Nacionalismo. El Nacionalismo que propongo, no tiene que ver en nada con el nacionalismo de signo imperial, cuya expresión contemporánea está representada en primer lugar por el Nazi-fascismo, dada su abiertamente expresada ideología racial, cuya base estaba direccionado hacia el apabullamiento de otros pueblos, considerándolos inferiores, para de esa manera justificar su expansión territorial. Tampoco puede ser confundido con el intervencionismo de la URSS en los países de la Europa del este, a favor de sus propios intereses políticos, justificándolo bajo el signo ideológico del internacionalismo proletario. Mucho menos se puede confundir con el imperialismo norteamericano, cuyos deseos, doctrina e intereses nacionales pretende imponer internacionalmente, causando muchas más victimas que las causadas en la segunda guerra mundial por el nazismo alemán.

Esos conceptos sobre la "malignidad" del nacionalismo, basados todos sobre intereses políticamente bien definidos; hay que contrastarlos con lo que significa el Nacionalismo de signo liberador que aquí propongo. Se trata de un nacionalismo revolucionario, en pro de la liberación de nuestro pueblo de la ignorancia, cuya base principal estaría asentada en una revolución educativa, con un cambio profundo tanto en la metodología como en el contenido de la educación formal, complementado con una re-direccionálisación de los mensajes de los medios de comunicación social, encausándolos de manera primordial hacia la educación de nuestra población en general.

Quiero aclarar que no se trata de un adoctrinamiento ideológico unilateral de ninguna clase, hay que abrirles la mente a los educandos y al pueblo en general a las diferentes ideologías que se plantean en todos los ámbitos del saber humano. La única base educativa común, estaría asentada en la enseñanza de los valores éticos universales tales como: la tolerancia, el respeto, la solidaridad, y la necesaria intercolaboración activa entre pares, es decir la intercolaboración en las relaciones entre sí de los niños y jóvenes en formación (dado que son la fuente no contaminada, o menos contaminada de la Nación), propiciar el equilibrio educativo entre la creatividad y la operatividad tecnológica imprescindible para impulsar hacia adelante al país. (Simón Rodríguez primero, y Paulo Freire luego, propusieron modelos similares), Inculcar así también, tanto a los jóvenes como a la población en general el ineludible respeto a la naturaleza, fuente de todo tipo de vida, incluyendo la vida y supervivencia de la especie humana (trascender el modelo Antropocéntrico para pasar al modelo Ecocéntrico, propuesto entre otros por Leonardo Boff).

Un gobierno del tenor de lo que aquí describo, debe propiciar a través de los medios de comunicación, así como en otros escenarios, la confrontación de las diferentes ideas, tanto en el plano político, como en el religioso y filosófico; ofrecer a la población un amplio bagaje cultural, de modo que sus decisiones al elegir estén fundamentadas no en la impronta emocional, sino en el entendimiento racional del porqué de sus propias decisiones, cerrándole de esa manera la puerta a la demagogia con toda su parafernalia concomitante.

Lo anterior hay que complementarlo con el objetivo claro y permanente de la necesidad de desarrollar a todos los niveles nuestra productividad industrial autóctona, un control severo por parte del gobierno de la especulación comercial, y el pago de salarios justos a los trabajadores, con una indexación de los mismos acordes a las cifras de inflación. Esto implica una gerencia y administración de los recursos de manera proba y eficiente, que evitará que el índice inflacionario se desborde y acabe con los planes y proyecciones en el área económica.

Lucha sin cuartel tanto en contra de la delincuencia de "cuello blanco" y la delincuencia común. A mi juicio, son incompatibles y contrastantes la defensa de los derechos ciudadanos con la cacareada defensa de los derechos de los delincuentes. A los delincuentes peligrosos y consuetudinarios hay que enfrentarlos del único modo que ellos conocen y temen: reprimirlos con el uso la fuerza y hacer recaer sobre ellos todo el peso de la ley. No conozco la ideología política de Bukele, presidente de El Salvador, pero su lucha implacable contra la delincuencia ha dado resultados altamente positivos, con el uso de una elaborada metodología represiva en contra de las "maras", recuperando así el derecho a vivir de los ciudadanos de su país.

Punto de suma importancia: Tener en cuenta la importancia geoestratégica del país, dada por la riqueza tanto en productos del subsuelo como en fuentes acuíferas. Es un territorio codiciado por las grandes potencias industriales, lo cual nos obliga a un reacondicionamiento de nuestra Fuerza Armada (incluyendo a las Milicias) en torno a un exhaustivo entrenamiento para la guerra defensiva en lo que respecta a la guerra regular, y con mayor énfasis en estrategias de guerra irregular.

Las falacias del antimperialismo de boquillas que utiliza nuestro gobierno actual, solo sirven para ocultar su estruendoso fracaso, con el cual ha hundido al país en la pobreza. Sin lugar a dudas, las sanciones impuestas por USA ciertamente han sido perjudiciales para el país, pero el Gobierno las utiliza para ocultar su rampante inoperancia y profunda corrupción. El surgimiento de una nueva burguesía "revolucionaria", es una bofetada al 90% aproximado de la población que precariamente sobrevive en condiciones paupérrimas. Este núcleo de prosperidad, nacido bajo el ala tutelar de la corrupción administrativa, se destaca obscenamente dentro de un protoplasma de miserias. El triste resultado de la quiebra de PDVSA antes de que se decretaran las sanciones económicas, impuestas por los EE.UU y sus lacayos, es una muestra icónica de lo antedicho.

Lo peor es, que ante esta desastrosa situación gubernamental, el conglomerado social venezolano no tiene a quien acudir, ya que los partidos opositores del gobierno sobrenadan en una sopa de letras, representativa de las ambiciones personales y grupales de quienes los constituyen, con una corrupción acentuada que compite con la del gobierno, no siendo de extrañar que en los altos planos de los grandes negocios, tanto unos como los otros (gobierno y oposición), lleguen a confundirse y a confraternizar dado sus delictuales intereses comunes.

Creo que la única salida al profundo deterioro nacional que vivimos, nunca antes visto, es el de retomar y profundizar nuestros valores patrios, con las medidas aquí expuestas o similares, centrando en ellas todos nuestros esfuerzos en pro de la recuperación e independencia de Venezuela como Nación.

 

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